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 published: 2003-10-28

Un centro de irradiación y acogida, lugar de comunión y de encuentro

A pocas semanas de la colocación de la piedra fundamental del Santuario Matri Ecclesiae en Roma

 

P. Oskar Bühler, Instituto de Diocesanos, en la Jornada de Delegados en Argentina: charla sobre la misión del Santuario y Centro de Roma

Fr. Oskar Bühler, Institute of Diocesan Priests, in the Leaders' Convention in Argentina, talking about the mission of the International Center

Pfr. Oskar Bühler, Schönstatt-Institut Diözesanpriester, in der Delegiertentagung in Argentinien: Begeisterung wecken für das Internationale Romzentrum

 
 

Los delegados firmaron el pergamino, como los delegados en Schoenstatt. El pergamino fue llevado para el cierre que rodeó portando la Bandera argentina la figura del Padre junto al Santuario.

The delegates signed the document, like the delegates in Schoenstatt did. The document was taken to the final act of the Convention, at the Statue of Father Kentenich

Die Delegierten unterzeichneten die Grundsteinurkunde; diese wurde mitgenommen zum Schlussakt bei der Vaterstatue

 
 

Es el Santuario anhelado por el Padre, el Centro del Padre en Roma...

It is the Shrine of the Father, the Center of the Founder in Rome…

Es ist das Heiligtum, das der Gründer ersehnt hat, sein Zentrum in Rom…

Fotos: López © 2003

 

Documento para la piedra fundamental

Document for the corner stone

Grundsteinurkunde

 
 

Firmas de los delegados en Schoenstatt

Signing during the October Week in Schoenstatt

Unterschrift der Delegierten der Oktoberwoche

 
 

Schoenstatt camino a  Roma, para la iglesia...

Schoenstatt going to Rome, for the Church

Schönstatt auf dem Weg nach Rom, für die Kirche

Fotos: POS Brehm © 2003

 

 

 

ROMA, P. Alberto Eronti. El tiempo ha pasado y cada vez se acerca más el 8 de diciembre, fecha en la que se bendecirán las obras de inicio y se colocará la piedra fundamental del Santuario "Matri Ecclesiae", en Belmonte, Roma. En el articulo "Si Padre, vamos contigo a Roma", hacía referencia a que la idea de construir un Santuario "en la ciudad de los Papas", fue expresada por el Padre Kentenich ya en 1939. Cuando los dirigentes de la Familia de Schoenstatt, presentes en Roma en noviembre del año 1965, le ofrecieron como regalo de sus 80 años construir el Santuario de Schoenstatt en Roma, el Padre de la Familia no solo aceptó el regalo sino que, en diversas intervenciones, expresó "su visión", de lo que sería un día el Centro Internacional de la Familia de Schoenstatt en Roma.

No hemos de olvidar que se vivían los tiempos de la última sesión del Concilio Vaticano II, que había un clima muy particular en la Iglesia universal, el cuál era intensamente percibido en Roma. ¡El Padre estaba justamente ahí!. Es así como surgieron expresiones que reflejaron el pensar y sentir del Padre sobre ese momento de la Iglesia y, por ello mismo, de Schoenstatt. Quizás la expresión más llamativa sea la de "Schoenstatt previvió el Concilio", por eso la Familia tiene en este don su misión posconciliar: ofrecer y entregar a la Iglesia lo que vivió y experimentó en función de los nuevos tiempos, de la Iglesia que él llamaba "de las nuevas playas". De acuerdo a lo dicho podemos concluir que la visión que el Padre tenía del futuro Centro Internacional, debe ser leída en "clave" eclesial posconciliar. El Centro Internacional, dijo el Padre, deberá constar del Santuario de la Madre Tres Veces Admirable, de edificaciones que permitan a los Institutos de la Familia tener ahí "sus delegaciones generales", de un edificio y espacio para la acogida de peregrinos de la Familia provenientes de todo el mundo.

¿Qué importancia tiene el Centro Internacional en la visión estratégica del Padre Kentenich?

Una pregunta, entre otras, es: ¿Qué importancia tenía y tiene el Centro Internacional en la visión estratégica del Padre Kentenich?. Creo que es una pregunta cuya respuesta se irá clarificando en el futuro próximo. Sin embargo querría aportar algunas ideas para la comprensión de lo que ya se comienza a construir. Para ello voy a partir de una experiencia de Juan Pablo II cuando, siendo un joven sacerdote, vivió en Roma entre 1946 y 1948 para completar su doctorado en filosofía. El rector del Colegio Belga, donde residía, le decía "debes conocer a Roma en sí misma, es única". Al inicio de su pontificado dirá de aquellos años: "Caminé por toda la ciudad, buscando el genio del lugar, poco a poco lo encontré…". Lo que le impactó profundamente fue la universalidad. Lo dirá de esta manera: "En Roma, mi joven sacerdocio se enriqueció en la dimensión europea y universal. Así regresé a Cracovia con el sentido de la universalidad de la misión…". Ya desde entonces el futuro Papa percibió que Roma era no sólo el centro de la Iglesia Católica, sino que en buena medida determinaba la identidad de Europa y por eso, del Occidente cristiano. Se trata de la identidad cultural: Europa-cristianismo, Occidente-cristianismo. Por eso, dirá, "Roma tiene algo importante que aportar a la identidad de Europa y de Occidente. En sus viajes por el mundo, el Papa se presenta como "el Obispo de Roma", e insiste sobre el carácter de Roma con el clásico anagrama sobre el nombre de la ciudad: "ROMA es AMOR".

¡La catolicidad! ¡La universalidad! ¡La amplitud!

¡La catolicidad!, ¡la universalidad!, ¡la amplitud!, he aquí uno de los dones que Roma hace al pensar, sentir y vivir de la Iglesia. Roma, se dice, "regala el sentir con la Iglesia". De este tema, la universalidad, habla el Padre Fundador en la plática del 8 de diciembre de 1944, en Dachau. Todo indica que la experiencia internacional del Padre en el campo de concentración significó un hecho de suma importancia y, uniéndolo con la historia de Schoenstatt, lo expresa de esta manera: "Lo que vivió y actúa inconscientemente en la Familia desde hace mucho tiempo: la tendencia a la amplitud, encontró en 1944 una forma concreta y conscientemente aspirada y vivida (…) La semilla que se espació en 1914 en Schoenstatt, por un proceso lento y orgánico, llegó a ser un árbol grande (…) Hoy brota de este árbol una rama nueva y fecunda: nuestro círculo. Tiene las mismas características del árbol del cual brotó. Por lo tanto, acoge con el mismo fervor el universalismo que inspiró la consagración de octubre. Lo asume como programa de vida, claramente conocido y conscientemente aspirado. Sí, y aún más, proyecta el universalismo en todos los sentidos…". Realidad, ésta, que nos relaciona con el "Infinitismo", de Vicente Pallotti, pero advirtiendo que lo entendemos como "universalismo en el sentido señalado".

¿Qué puede dar Roma a Schoenstatt y Schoenstatt a Roma?.

¿Qué puede dar Roma a Schoenstatt y Schoenstatt a Roma?. Estamos aquí con el "misterio de Schoenstatt", pero queremos estar más aún; viviendo y entregando nuestra razón de ser y misión: la Alianza de Amor con María en el Santuario, tal como se realizó en la vida del Padre Kentenich y en la historia de la Familia. Las llamadas "ideas propias" son para la Iglesia, pero la Iglesia y el Papa han de confirmar y potenciar lo que se nos ha dado como misión. ¿Qué imaginaba el Padre con el Centro Internacional?. Entre otras cosas, visto en clave de estrategia, se trata no sólo de "la obra apostólica más grande: inducir a Nuestra Señora a que erija ahí su trono de gracias; también que la presencia de las delegaciones generales de los Institutos, posibiliten ver, vivir y dialogar en común sobre la Iglesia y la vida que fluye de su corazón: la ciudad del Papa. Al mismo tiempo, en un inicio de milenio signado por la presencia intensa y dinámica de los Movimientos y Comunidades Nuevas, Schoenstatt se haría presente con un Centro de irradiación y acogida, lugar de comunión y de encuentro, pudiendo ofrecer a otros el "tesoro" no ya "escondido", sino "encontrado" y ofrecido a muchos; a la vez que recibiríamos de otros sus propios carismas. Posiblemente sea éste uno de los caminos más simples para que se dé la "visión de la Candelaria".

... para poder decir como en 1985: Padre, ¡qué septiembre!.

La "aventura romana" continúa su marcha. Es mucho lo que ya realizaron los Institutos de las Hermanas de María, de Nuestra Señora de Schoenstatt y de los Sacerdotes Diocesanos, éstos últimos portadores jurídicos del proyecto. A ellos se sumaron luego la Federación de los Sacerdotes Diocesanos y, por último, el Instituto de los Padres de Schoenstatt. Desde el Santuario Cor Ecclesiae miramos y vamos hacia Belmonte. El regalo hecho al Padre, es parte de un sueño suyo que se está haciendo más realidad. Pero no olvidemos, es tarea de toda la Familia. Lo exige así no solo el "proyecto", sino la propia realidad de Roma como corazón de la Iglesia: universalismo, catolicidad. Vamos hacia el 8 de diciembre, pero ya imaginamos el "nuevo septiembre" de 2004, para poder decir como en 1985: Padre, ¡qué septiembre!



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Last Update: 28.10.2003 Mail: Editor /Webmaster
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