Una Reflexión en las Vísperas del 60 Aniversario del 31 de Mayo de 1949

Por Sarah-Leah Pimentel, Johannesburgo, Sudáfrica

En las vísperas de los 60 años del tercer hito de la historia de Schoenstatt, más comúnmente conocido como el 31 de mayo de 1949, hay misas conmemorativas y programas a lo largo de todo el mundo de Schoenstatt, especialmente Chile, más específicamente Bellavista. La Familia de Schoenstatt en Ecuador ha escogido también esta fecha significativa para la consagración de su nuevo santuario.

Así como todos celebramos y damos gracias por los muchos regalos recibidos, también estamos llamados a reflexionar sobre cual lo que significan estos 60 años del 31 de Mayo y sobre cómo estamos llamados a continuar con esta misión para nuestro tiempo.

Hace más de medio siglo, el P. Kentenich identificó el "pensar mecanicista" como el mayor problema de la era moderna, en la cual el hombre se separa de Dios, de su propia naturaleza trascendental, de su prójimo y del mundo que lo rodea. Así su vida se torna más y más "dividida en compartimentos," y su fe y vida cristiana se separa del mundo secular en el que vive. Este tipo de persona pierde su habilidad para amar y se aísla. La solución del P. Kentenich para combatir este "bacilo" que está contaminando el mundo de Occidente de manera especial, es la formación del "hombre nuevo en la nueva comunidad." Este "hombre nuevo" es visualizado en todas sus dimensiones simultáneamente y cada faceta del ser humano crece para formar una unidad personal que opera en unión con su creador y cuyo corazón late con amor por aquellos que lo rodean. Para que esto suceda, el Padre Kentenich pensó que era necesario construir una cultura de vínculos a personas, lugares, fechas y acontecimientos.

Las comunidades se han desintegrado. Los pequeños pueblos alrededor del mundo van desapareciendo lentamente porque las oportunidades de trabajo son cada vez más escasas y las personas son forzadas a emigrar a las grandes ciudades en búsqueda de empleo y de una mejor calidad de vida. Estas metrópolis son lugares impersonales que hacen que el ser humano se aísle. Ya no existen los pequeños proyectos en los cuales los empleados eran parte de una "familia" y el jefe podía – en algunos casos – alivianar el peso de la carga de dificultades inesperadas, dándoles un adelanto de su salario mensual o simplemente mostrando un interés personal en la vida de sus empleados. En cambio, hoy trabajamos para grandes corporaciones donde el gerente tal vez ni siquiera conoce todos los nombres de quienes trabajan con él.

Vínculos

Vivimos en bloques de apartamentos impersonales con cientos de vecinos, y la comunidad eclesial local consiste en más de mil personal. En un ambiente tal, es muy difícil establecer vínculos con otras personas que compartan intereses similares, menos aun encontrar personas con quienes compartir nuestra fe y camino de vida

Hoy en día los jóvenes han tratado de contrarrestar esta tendencia uniéndose a clubes deportivos, gimnasios, todo tipo de clubes sociales donde puedan conocer a otros jóvenes. Pero muchos de estos lugares son también impersonales y estériles. Si bien siempre es posible ir a una discoteca en la noche, bailar y tomarse unos cuantos tragos, el nivel de ruido hace que sea imposible sostener una conversación sin tener que gritar. La cultura de baile también a cambiado y, hoy por hoy es perfectamente aceptable que las personas bailen solas sin una pareja, formando círculos de baile con extraños. Es normal pasar toda una noche bailando junto a personas con las cuales no se intercambia ni una sola palabra.

La Internet promete un contacto personal y comunidades en línea como Facebook, Orkut y Twitter permiten a las personas mostrar detalles personales, unirse a comunidades (tales como "Soy un fan de la Nutella), iniciar juegos y conversaciones con alguien que vive al otro extremo del planeta. Si bien es cierto que estos sitios en la web, junto con programas de conversaciñon en línea, tales como Skype y Messenger proveen con horas de entretenimiento, la oportunidad de conocer a otros y de compartir experiencias; constituye también un elemento distractor que confirma la teoría del Padre Kentenich sobre el mecanicismo.

En Facebook, por ejemplo, soy libre de exhibir a cualquier persona que yo quiera. Puedo crear una persona completamente diferente a quien soy yo en realidad y puedo proyectar una personalidad y valores totalmente contrarios a los que vivo. Esto permite que esconda quien soy en realidad y mientras puedo tener mucho éxito comunicándome por este medio con una persona en alguna ciudad lejana, puedo carecer de toda habilidad interpersonal en mi interacción diaria con las personas a mi alrededor. En resumen, el individuo ha encontrado una comunidad, pero permanece separado de su propio ser al evadir el desarrollo de su propia personalidad escondiéndose en una persona falsa. Un vínculo falso es creado pero los vínculos reales, con personas reales son más y más irreales.

La "atomización" de la persona humana

Esta es la separación radical del individuo, la "atomización" de la persona humana de la cual habló el P. Kentenich. Tal vez nosotros deberíamos considerar las consecuencias de estas tendencias modernas. Cuando la persona se separa de las personas reales que la rodean, no tiene que dar cuentas de nadie y no es responsable por nadie. En este vacío, el individuo tiene suficiente tiempo para satisfacer sus propias necesidades. Esto puede tomar varias formas, desde encuentros sexuales interpersonales a corto plazo hasta gastos desproporcionados en un pasatiempo. El "Yo" se convierte en el centro de toda actividad, pero esto no puede confundirse con amor propio. El amor, nos dice San Pablo, es amable y generoso. El amor verdadero no se contiene a sí mismo sino que debe ser compartido con otros. Un enfoque excesivo en uno mismo nos frena en el amor que podemos dar a los otros, y de cierta forma esto explica las tantas relaciones y los tantos matrimonios fallidos en nuestros tiempos. En cuanto la pareja deja de satisfacer el deseo de amor personal, el "amor" (un falso entendimiento de amor) se acaba, y si el amor se acaba, se rompe el vínculo y es fácil simplemente irse. Incluso si la unión temporal ha dado frutos en los hijos.

Hay muchos otros ejemplos que pueden ser tomados de la época en que vivimos, pero el enfoque de esta reflexión no es fijarse en los males de nuestra era y de formar nosotros mismos comunidades cerradas donde compartimos nuestra fe y formación con gente de similares pensamientos. Nuestro Padre y Fundador identificó tendencias sociales que buscan una tierra en la cual el amor de Dios por cada persona y Su plan original para cada uno puedan ser revelados. La visión del P. Kentenich de "el hombre nuevo en la nueva comunidad" representa una actitud proactiva al deseo expresado en la oración del Señor: venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, o para usar las palabras del P. Kentenich: buscar "unidad en la Ciudad de Dios en la tierra" (Hacia el Padre)

Testigos de un nuevo tipo de persona que vive en unión con Dios, consigo mismo y con los demás

Al celebrar el 60 aniversario del 31 de Mayo, estamos llamados a reflexionar sobre nuestras propias vidas y hasta qué punto hemos caído víctimas de la sociedad impersonal en la cual debemos vivir, y sobre el grado al que hemos sido capaces de ser testigos de un nuevo tipo de persona que vive en unión con Dios, consigo mismo y con los demás. Estamos también llamados a reflexionar sobre los círculos en los cuales nos movemos e identificar las "puertas abiertas" por las cuales podemos entrar y presentar una nueva visión de humanidad a nuestros hermanos y hermanas que han perdido su habilidad de amar y son presos de la soledad a pesar de que siempre están rodeados de personas. Sobre todo, estamos llamados a reestablecer los vínculos de amor verdadero, que resultan de la restauración de nuestra vinculación a Dios, a personas y acontecimientos en nuestras propias vidas y en la vida de otros.

Traducción: mev, Ecuador