El rostro de la Palabra: Jesucristo, la casa de la Palabra: la Iglesia
Sínodo sobre la Palabra de Dios. Roma, octubre de 2008
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Palabra de Dios Word of God Gottes Wort Foto: StckXchnge © 2008 |
ROMA, P. Guillermo Mario Cassone. El 26 de octubre, Benedicto XVI cerró el Sínodo sobre la Palabra de Dios con una solemne Eucaristía concelebrada con los padres sinodales en la basílica de san Pedro: eran 326 cardenales, patriarcas, obispos y sacerdotes provenientes de todas las partes del mundo. Con ello ha clausurado la XIIª Asamblea General ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicado a la palabra de Dios y que comenzó en el Vaticano el pasado 5 de octubre. Un sínodo, ha dicho el Papa en su homilía en la basílica de san Pedro, que podrá ser el principio de "una auténtica renovación en la Iglesia Universal".
Este es un comentario personal elaborado unas semanas después de su terminación.
El Sínodo como estilo eclesial
Recién después del Vaticano II se institucionalizó el Sínodo como forma participativa del Colegio Episcopal en la orientación de la vida eclesial en el ámbito mundial. Tradición que las Iglesias orientales siempre mantuvieron. Su etimología significa "caminar juntos" y es una expresión fuerte de la Iglesia-Comunión puesta en práctica.
Este tal vez fue el rasgo más destacado de este Sínodo, ya que no solo estuvieron representadas las Conferencias episcopales con sus delegados elegidos, sino también la Curia romana, algunos miembros nombrados por el Santo Padre, representantes de congregaciones religiosas, de movimientos, expertos, auditores, delegados fraternos (no católicos) e invitados especiales (entre ellos un rabino).
Se reunieron en plenarios y en grupos menores por lenguas, a lo largo de tres intensas semanas que se iniciaron junto a la tumba de S. Pablo y concluyeron junto a la tumba de S. Pedro.
En casi todas las sesiones estuvo presente el Papa, aunque la dirigían rotativamente tres Cardenales delegados por él, quienes, junto con el Secretario y el Relator genera, iban conduciendo las sesiones y elaborando las conclusiones con la ayuda de sus equipos.
Propuestas finales
Se formularon 55 propuestas que fueron votadas por la asamblea como síntesis de las muchas propuestas de grupos y personas, y que se entregaron al Santo Padre, quien probablemente sobre la base de ellas escriba una Exhortación Apostólica sobre la Palabra de Dios.
Se las reunió en tres items: la Palabra en la fe de la Iglesia, en la vida de la Iglesia y en la misión de la Iglesia. Solamente destaco algunos temas que parecieron novedosos y motivadores.
En la primera parte: la dimensión dialogal, la acción del Espíritu, la unión con la Eucaristía, la lectura orante, la relación con los pobres y la inspiración.
En la segunda parte: la liturgia, la homilía, las celebraciones de la Palabra, la liturgia de las Horas, la lectura en familia, en grupos, en los religiosos y en los sacerdotes, la formación bíblica y la catequesis, la iluminación bíblica de toda la pastoral, la dimensión ecuménica.
En la tercera parte: el compromiso misionero de todo bautizado, su inserción en el mundo, la iluminación de la cultura, el arte, la difusión y traducción de la Biblia, el uso de los medios de comunicación, el diálogo interreligioso, la Tierra Santa.
Se concluye con una referencia a María como modelo de la escucha , la puesta en práctica y el anuncio de la Palabra y se recomienda el rezo del Rosario y del Ángelus
Mensaje final del Sínodo
Este hermoso texto es casi imposible de resumir, por eso sugiero una lectura personal, pero al menos doy una idea de su hilo conductor.
Se hace un itinerario con cuatro imágenes muy elocuentes:
- La voz de la Palabra: la Revelación
- El rostro de la Palabra: Jesucristo
- La casa de la Palabra: la Iglesia
- El camino de la Palabra: la Misión
Temas y signos importantes.
Un gran tema fue la relación entre la exégesis con sus métodos y la teología espiritual bíblica con su lectura orante, donde hay realmente tensiones aún no resueltas.
Otro gran tema fue el hacer de la Palabra de Dios un valor fundamental en la vida de cada católico, que se convierta en un uso cotidiano, así como en una costumbre familiar, reconociendo en esto los avances pero también lo mucho que falta por recorrer.
Otro tema fue la valoración de la Palabra como un nexo ecuménico fundamental. Aquí se dio un fuerte signo no solo porque hubo una buena representación de cristianos no católicos, sino por la tarde de encuentro con el Patriarca de Constantinopla Bartolomé I en la Capilla Sixtina, donde además de orar juntos lo escucharon por más de media hora en un discurso brillante y comprometido, que merece ser estudiado.
Otro tema y signo fue la lectura orante en común de la Palabra, que no es solo el método de la lectio divina sino mucho más y marca un estilo eclesial.
La persona y el ejemplo de S. Pablo estuvieron muy en el centro, su modelo de discípulado misionero, su forma de abrir el mensaje al mundo, su testimonio de vida. Por eso el Papa quiso empezar con una concelebración en la Basílica de S. Pablo, donde se veneran sus restos y que en este Año paulino es muy visitada por los peregrinos de todo el mundo.
Comentario personal
Si bien no participé, seguí diariamente las sesiones del Sínodo, estuve en su apertura y en otros encuentros abiertos, conversé con algunos participantes y me informé por diversos medios.
A la luz de esto y mirando con ojos schoenstattianos este signo de los tiempos, me planteo algunas preguntas a modo de cuestionamiento y también de motivación.
¿Tenemos incorporada cada día la Palabra de Dios en nuestra vida espiritual personal?
¿Le damos en nuestra pastoral y pedagogía el lugar que le corresponde?
¿Entronizamos la Palabra en nuestros Santuarios del Hogar para su lectura en familia?
¿La destacamos en nuestros Santuarios dentro de la Liturgia y en el espacio interior?
¿Vemos la relación de la Palabra con las enseñanzas de nuestro Padre?
Podríamos formular otras tantas y comentar varios temas más pero creo que es suficiente.
Motivando nuevamente a la lectura personal del Mensaje final los saludo afectuosamente desde Roma,
P. Guillermo Mario Cassone