published: 2007-12-14 | |
Gracias papá porque nos trajeron a este lugar tan lindoTres grupos de matrimonios de Encarnación se preparan a la Alianza de Amor |
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Los matrimonios de Encarnación con alegría aceptaron el regalo que les ofreció el Padre Antonio Cosp con este retiro, pero, como comenta Papito Martín, "lo que contenía ese presente… ni siquiera nos imaginamos… asimismo: no nos imaginamos que fuera tan excelente, tan rico, tan profundo, delicado… tan de MARÍA. Unos de los matrimonios llevaron a sus hijos a Tuparenda. En la primera reunión después del retiro, 'Juank y Patricia comentaron que los hijos estaban re felices. Alan, el mayorcito, le dijo a su papá, estando allá: Gracias papá porque nos trajeron a este lugar tan lindo'. Ahora sabemos para qué vinieron.. Ellos saben ahora que papá y mamá pertenecen al grupo Familia en Alianza, y saben por qué se llama así, y que los demás pertenecen a los grupos Huellas y Sembrador. Los demás padres sintieron no haberles llevado a sus hijos ¡para ver y vivir, unos días en Tuparenda!" Una sorpresa en CaacupéLa novena de la Patrona del Paraguay, Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, finaliza el 8 de diciembre, exactamente con la misa de las 19h., que para que sea mayor la fiesta para "los hijos de la Reina" es una misa cuya responsabilidad en la realización corresponde a la familia paraguaya de Schoenstatt. La flamante Rama familiar de Encarnación se encontró de pronto allí, junto con muchos miembros más de la Familia de Schoenstatt, sentados en una de las alas laterales esperando la celebración que fue presidida por Monseñor Claudio Giménez, Obispo de la Diócesis de Caacupe y sacerdote de Schoenstatt, y concelebrada por los sacerdotes del instituto de los Padres. Asistieron también todos los novicios; los liturgistas fueron de la familia local del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, el coro del movimiento hizo gala de la liturgia cantada – ¡una verdadera fiesta! A las familias de Encarnación aún les esperaba una sorpresa: "Los hechos hablaron al corazón con claridad. Ella nos dijo: Te necesito, necesito de tus brazos y de tu corazón para que muchos me vean, para que muchos me conozcan. Necesito que custodies mi obra con tu vida.. Yo estoy detrás de todos los acontecimientos y te llamo". Y ¿qué fue la "gran sorpresa"? Se aproximó al grupo esperando el comienzo de la Misa una religiosa "solicitando ayuda". ¿Para que? ¡Nada más y nada menos que para portar la imagen desde el interior de la basílica hacia el lugar de la celebración! Los corazones encarnacenos enamorados de la Reina enloquecieren de emoción. ¿Quién porta a quién? Las lágrimas hacen temblar la voz y mojar los ojos, pero los brazos imprimen toda la fuerza para realizar diligentemente la tarea. Qué enorme privilegio el poder nosotros también hoy mirar los ojos que vieron los ojos del PadreDesde los inicios, los grupos de Encarnación fueron marcados por una fuerte vinculación al Padre Kentenich, destacando con santo orgullo que cuando el Padre Kentenich desde Argentina miró a Paraguay vio su ciudad, la ciudad de Encarnación. En los días del retiro, y con un encuentro hermoso con Monseñor Claudio Giménez, se despertó en ellos la consciencia de ser, respecto al Padre, lo que se destaca en una de las biografías de la iglesia joven: "el... todavía conoció a los que conocieron a Jesús". Como dice Nelly Ramírez:; "Entre nosotros todavía caminan aquellos que tuvieron el privilegio de oír su voz, de estrechar sus manos, y que cotidianamente "actualizan al Padre con todo su ser y su actuar. Qué enorme privilegio el poder nosotros también hoy mirar los ojos que vieron los ojos del Padre. ¡Qué destellos de luz regalan, qué compromiso atraen! Monseñor Claudio Jiménez y el Padre Antonio Cosp son para nosotros el encuentro con la mirada que vio esa mirada. Y como los benjamines con sed de todo, como novel rama familiar de Encarnación y descubriendo todo, nos volvemos a repetir comprometidamente: el Padre Kentenich miró Paraguay, y cuando miró vio Encarnación, nos miró, nos llamó. Hoy el Padre nos mira y nos llama con el ejemplo de entrega magnánima de dos corazones sacerdotales que nos regalaron su tiempo (sin tiempo) para darle sentido de misión al nuestro. Cuentan que el Padre Kentenich cuando se encontró con estos dos sacerdotes, entonces seminaristas, les dijo : "Vayan e incendien el mundo". Y por el sur de la Nación de Dios, la llama esta encendida y empezando a alumbrar". Fruto de la presencia, invocada y pedida de la MaterLa llama es encendida ya en los más pequeños. Cuentan los Martin: "Anoche cuando se preparaban para la reunión le dice Alan a su papá: ¿Dónde se van a ir ahora? Nos vamos a la reunión de nuestro grupo. Ahh, ¿del Grupo Familia en Alianza?.... Papá, ¿me prometes algo? Sí, mi hijo, ¿qué querés? Si te vas a la reunión tienen que llevar la remera del grupo Familia en Alianza, porque uds. son de Familia en Alianza. Y así hizo... Mirta contó algo que nos llegó muy hondo a todos. Leila, la mayorcita de las nenas, le dice a su mamá lo siguiente: mamá, cuando sea el día de mi cumpleaños no quiero que me regales nada, y que lo que vas a gastar lo entregues para la construcción de la casa de María, porque me dijeron allá que se estaba construyendo una casa más grande para ella...". El compromiso de los más pequeños tiene su resonancia en el de sus papás: "Lo que vivimos en Tuparenda y Caacupé", cuenta Papito Martín, "fue fruto de la presencia, invocada y pedida de la Mater. Ella fue la que nos dio el regalo, utilizando la maravillosa predisposición del P. Antonio, que nos dedicó, nada más y nada menos, que dos días a nosotros… Qué lujo, qué privilegio, qué gran amor del P. Antonio, pero que entraña un compromiso enorme de nuestra parte, que no podemos defraudar. Si hoy somos veintitantos matrimonios, no podemos dentro de un año decirle al P. Antonio: ¿sabe P. Antonio, en nuestro grupo éramos 7 y ahora somos 5. No pudimos convencer a otras parejas para que ingresen a este Movimiento. Todo lo contrario, tenemos que decirle al P. Antonio en julio del 2008, cuando él venga: Padre Antonio: Aquí le presentamos: Ellas son las 40 parejas que quieren ingresar a Schoenstatt, porque vieron que es un movimiento que cambia la vida de la familia, que vieron en nosotros que es así… Desde el sur de la Nación de Dios, con María, construimos una nueva Familia en Alianza, siguiendo las huellas que el Sembrador dejara, en el surco y en el corazón de cada una de las familias de esta porción del Paraguay". |
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Last Update: 14.12.2007