Los tres deseos que formuló un Obispo al entrar al Santuario Original

Visita de Mons. Saúl Figueroa Albornoz, obispo auxiliar de Caracas, Venezuela

Mons. Saúl Figueroa Albornoz, P. Wilke Auxiliary Bishop Saúl Figueroa Albornoz, Fr. Wilke Weihbischof Saúl Figueroa Albornoz mit P. Wilke
Mons. Saúl Figueroa Albornoz Auxiliary Bishop Saúl Figueroa Albornoz Weihbischof Saúl Figueroa Albornoz
Teresa Blumers con sus invitados de Venezuela Teresa Blumers with her guests from Venezuela Teresa Blumers mit ihren Gästen aus Venezuela
Santa Misa en el Santuario Original Holy Mass in the Original Shrine Heilige Messe im Urheiligtum Fotos: POS Fischer © 2007

SCHOENSTATT, mkf. Mons. Saúl Figueroa Albornoz, obispo auxiliar de Caracas y vicario general de la Zona Pastoral Suroeste, mostró no poco asombro antes de la ultima pregunta – algo audaz – de la entrevista que se le hizo la tarde del 26 de septiembre en la Casa de Sacerdotes en el Monte Moriah, Schoenstatt. "Monseñor, hay una tradición popular que dice que uno tiene ‘garantizado’ el cumplimiento de los tres deseos que se formulan al entrar por primera vez a una iglesia o capilla, ¿qué deseos expresó al entrar el Santuario Original de Schoenstatt?" Mons. Saúl no necesitó mucho tiempo para responder: pidió para su país, Venezuela, paz, tolerancia y sobre todo, libertad. En la conversación destacó la importancia de los movimientos laicales en la Iglesia de Venezuela y de toda Sudamérica.

Mons. Saúl Figueroa Albornoz nació en Caracas el 25 de octubre de 1947. Fue ordenado presbítero el 16 de octubre de 1976. Su Santidad el Papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Amudarsa y auxiliar de Caracas el 10 de noviembre de 1997. Recibió la ordenación episcopal el 10 de enero de 1998. Es la primera vez que él – y muy probablemente la primera vez que un obispo de Venezuela – visita Schoenstatt. El matrimonio Blumers, (él es alemán, ella paraguaya), que por razones de trabajo vivió unos años en Caracas, lo había invitado a visitar Schoenstatt alguna vez ¡y este 26 de septiembre llegó el día! Se conocieron en las reuniones del Consejo Nacional de Laicos en Venezuela. Del Movimiento de Schoenstatt sabía poco, admite, porque en Venezuela Schoenstatt es una pequeña comunidad que recién está comenzando a organizarse. Los Blumers lo invitaron a su casa, a la ermita de la Virgen de Schoenstatt, se encontraron con él para de Schoenstatt. "Cuando ellos dejaron Venezuela hace unos meses, me invitaron para que cuando tuviera alguna oportunidad de viajar a Europa, visitara también Schoenstatt", cuenta."Agradezco el matrimonio Blumers esta invitación, aunque me costó mucho tomar la decisión, porque un obispo tiene que ir a todos lados y no tiene tiempo para descansar", dice sonriendo, y se muestra muy contento con la haberlo decidido.

Los Movimientos laicales en la Iglesia

Desde los comienzos, el Movimiento de Schoenstatt de Venezuela buscó trabajar junto con los demás Movimientos y el Consejo Nacional de Laicos. Se le pregunta al Obispo, en una conversación informal en la Casa del Monte Moriah, cómo ve la función de los Movimientos en la Iglesia de Sudamérica después de la Vª Conferencia de Aparecida. "Como obispo de la Iglesia católica he experimentado personalmente la vitalidad de los movimientos en muchas parroquias, y la influencia de los movimientos en la vivencia cristiana, en la formación de comunidades, en la espiritualidad", dice. "En parroquias que estaban casi muertas, muy caídas, en situaciones pastorales difíciles, ayudaron mucho a la revitalizarlas", contesta, y agrega que esto no solamente se nota en las parroquias, sino en la Iglesia en general. Es la espiritualidad vivida que impacta, destaca.

Habla con entusiasmo del encuentro de los Movimientos y Comunidades Nuevas en Bogotá a comienzos del año 2006, en la preparación de la Vª Conferencia. "Estuvieron representantes de los Focolares, de los Neo Catecumenales, de Legio Mariae, de Schoenstatt, y muchos más", recuerda, "y me impactó el testimonio de los Movimientos, su vitalidad, su espiritualidad." También para la vida religiosa, para nosotros como sacerdotes y obispos, fue un testimonio.

Pensativo, dice que los Movimientos no sólo son importantes para los laicos, sino también para los religiosos, para el clero.

Schoenstatt, por ejemplo, tiene laicos, pero también consagrados, sacerdotes, obispos.

Especialmente en un país como el nuestro, que vive una confrontación política, dice Mons. Saúl Figueroa, es importante el lugar de los movimientos con un carisma concreto para revitalizar a la Iglesia.

Cada uno debe actuar en el mundo según su carisma. Pero lo más importante es la espiritualidad

En los años pasados mucho se ha hablado sobre el compromiso social, la opción por los pobres, la responsabilidad de los cristianos en la política, la sociedad. Los laicos llegan adonde ya no lo pueden hacer los sacerdotes.

Por supuesto es importante, y es un campo para los movimientos, cada uno según su carisma – afirma el Obispo – que los movimientos ayuden en el área de la caridad, con los pobres, donde muchas veces el sacerdote no llega. Nuestros países, nuestro pueblo, requiere la presencia de laicos comprometidos por la cantidad de pobres, de enfermos, de la gente sin techo, dice. Pero sin embargo para mí lo más importante es la espiritualidad. "A veces nosotros como sacerdotes pensamos que sabemos todo, que tenemos todo, que somos santos, y entonces uno se encuentra con laicos que rezan mucho, que tienen una vinculación fuerte con la Virgen, con Cristo, laicos que llevan adelante un apostolado impresionante, que salen a misionar, que viven una espiritualidad impresionante como por ejemplo los Focolares con la palabra de la vida, los Carismáticos con una vida de oración impresionante..."

En su visita a Alemania, el Santo Padre dijo que la gente no busca cualquiera cosa sino a Dios, que tiene sed de Dios. En las sociedades secularizadas de Europa ya hace mucho tiempo que se nota un volver al misterio de Dios, al encuentro íntimo con Dios: una mística nueva. También se puede decir esto sobre Latinoamérica, ¿donde se nota más la religiosidad?

"La globalización de la secularización es un hecho", dice Monseñor Saúl; hay mucho secularismo también en Latinoamérica. El campo de la lucha contra la pobreza, el campo de la construcción de un nuevo orden social, el compromiso político, la educación, el desarrollo humano es importante, dice, y cada vez más lo es la fe, el encuentro con Dios. La gente busca eso, busca espiritualidad, busca a Dios.

En Venezuela estamos en un momento de una fuerte confrontación política. Venezuela está a las puertas del comunismo, dice, está en riesgo de perder la libertad. La gente nos pide hacer algo, comenta, se lo piden al sacerdote, al obispo. Pero como clero nuestra tarea primero es el alimento espiritual, el brindar los sacramentos, el servicio pastoral. La construcción de una nueva sociedad, de un nuevo orden social, es tarea del laicado, y la conciencia de ello debe crecer aún, dice con convicción. Muchos esperan que los obispos lo hagan todo, que hablen, actúen en lo político, especialmente ahora con el país en riesgo de caer en el comunismo. Piden al clero algo que no podemos dar. La acción política, repite, es tarea de los laicos cristianos.

Y tiene la esperanza de que en los Movimientos nazcan auténticas vocaciones de políticos y de reformadores sociales.

Los pedidos a la Mater en el Santuario de Schoenstatt

¿Qué le pidió el Obispo a la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt cuando entró al Santuario?. "Cuando entré al Santuario, me arrodillé y le pedí a la Virgen por Venezuela, por la paz, la tolerancia, y especialmente por la libertad", dice, y agrega: con libertad y con tolerancia muchas cosas se pueden mejorar. Pero sin libertad todo es difícil, y estamos al borde de perder la libertad.

También pidió por la Iglesia, por su santidad, por un crecimiento en la participación. El tercer deseo fue por los pobres de Venezuela, que son muchos y a los que les falta tanto, dice, y finalmente para que trabajemos juntos como obispos, laicos, religiosos, por el bien de la Iglesia.

Son cuatro deseos en lugar de tres, pero la Virgen de Schoenstatt seguramente es muy generosa... El Padre Wilke, que acompaña a Monseñor Saúl, agrega espontáneamente sus deseos: vocaciones sacerdotales para la diócesis de Caracas, que los laicos venezolanos se sientan más comprometidos con la Iglesia, y "que crezca el Movimiento de Schoenstatt y que el Movimiento de Schoenstatt nos lleve al cumplimiento de los dos primeros deseos"

En Venezuela nació "Un millón de niños"

Por ultimo se habla de la iniciativa que nació "como algo tan sencillo" en la ermita de la Virgen Peregrina de Schoenstatt en la Plaza Humboldt de la urbanización La Castellana de Caracas, durante el rezo del Rosario de ocho niños. Consiste en la idea de que un millón de niños recen juntos por la paz y la unidad. El consejo nacional de laicos ayudó en la difusión, se armó una página web, y así se puso en marcha... Este año, 2007, en el ámbito nacional es apoyada por la Conferencia Episcopal de Venezuela, y "Kirche in Not" (Ayuda a la Iglesia necesitada) se ofreció coordinar esta iniciativa en el ámbito internacional. ". Todos están sorprendidos al ver como se difunde esta idea y como llega a tantos países, dice el Obispo. Normalmente lleva muchos años que una Conferencia Episcopal apruebe algo, dice. "El 18 de septiembre de este año, hicimos el lanzamiento oficial de la Campaña "Un millón de niños rezando el Rosario 2007", con la celebración de una hermosa Eucaristía", cuenta. "Un éxito grandioso, niños, directores de colegios, maestras, gente de movimientos, sacerdotes" estuvieron presentes en esta Sta. Misa. Se ve un crecimiento impresionante. "Una profesora me contó que lo quisieron hacer en un colegio publico y el supervisor pidió que lo suspendieron. Y el 18de octubre a las 9 encontró a los niños rezando en el patio..."

Ha despertado mucho entusiasmo la noticia de que ahora también en Polonia se va a rezar, y que niños de familias polacas en Alemania lo van a asumir gracias al esfuerzo de la Hermana Damiana. "Va a ser un día de mucho trabajo para los ángeles", dice Teresa Blumers. "Comienza en las Filipinas y llega de país a país por todo el globo, ¡24 horas de oración de los niños!"

El 18 de octubre es la fecha para reunir en la oración generosa y sincera del Santo Rosario, como ofrenda espacialísima de amor. No se requiere de traslados ni movilizaciones, cada uno solo debe hacer un alto "donde esté" y rezar esta devoción mariana que nos hace reflexionar sobre la vida de nuestro Señor Jesucristo. Se sugiere realizarlo a las 9hs de la mañana, pero esto no es excluyente. Se va rezar en Venezuela y Holanda, en Paraguay y Polonia, en Austria y en la Argentina, ¡y también en el Santuario Original en Schoenstatt! "Y seguro que los niños que recen en el Santuario Original estarán dispuestos a rezar por Venezuela, donde nació esta iniciativa", se le promete a Monseñor Saúl.

Temprano, a la mañana del 27 de septiembre, Monseñor Saúl celebró la Santa Misa en el Santuario Original, junto con sacerdotes de Puerto Rico y de Alemania, y más tarde almorzó con los Padres de Schoenstatt en el Monte Sión.

¡Que desde el Santuario la MTA cumpla sus deseos para su país y la Iglesia!