Roma es realmente un Santuario abierto

Tercer aniversario del "Santuario de todos nosotros" en Belmonte, Roma

La casa, casi lista... The house, almost ready Das Haus, eigentlich fertig...
Vista del Santuario desde la casa View of the Shrine from the house Blick aufs Heiligtum vom Haus aus Fotos: Nuño © 2007
Interior del Santuario In the Shrine Im Heiligtum Foto: POS Fischer © 2007

ITALIA, Hna. M. Fernanda Balán. Se acerca un nuevo aniversario de la bendición del Santuario Matri Ecclesiae en el centro internacional de Schoenstatt en Roma: el 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de María Santísima, es el tercer aniversario de la bendición del Santuario por el Cardenal Ruini, junto con muchísimos obispos y sacerdotes y en presencia de toda la Familia internacional de Schoenstatt. Este Santuario está ubicado en el terreno – del barrio Casalotti – que visitó el Padre Kentenich en 1965 y que durante muchos años fue un lugar de sueños, oraciones y espera para que un día se cumpliera la promesa de toda la Familia: construir el Santuario en Roma, el Santuario del amor a la iglesia.

El día de la bendición estará para siempre relacionado con la interminable procesión de tinajas aportadas por casi todos los Santuarios del mundo. A tres años de este acontecimiento, la MTA ha cumplido con creces con lo que se le pidió también entonces: ha nacido una Familia de Schoenstatt en Italia que crece sin pausa... El 9 de septiembre hará en Belmonte su cuarto encuentro nacional.

La Hermana M. Fernanda Balán, brasileña, que desde este año trabaja en Belmonte, será junto con el P. Ludovico Tedeschi una de los oradores del encuentro del 9 de septiembre, comparte con schoenstatt.de la experiencia de los primeros meses de su vida en Belmonte.

El tiempo le pertenece a Dios

Todos anhelan que las obras en construcción avancen con más rapidez aquí, en Belmonte, pero todo marcha muy lentamente... El Santuario celebra ya tres años de existencia y aunque – a grosso modo – la Casa d’Alleanza, que alojará a la familia que custodia el lugar, a la Hna. de María y a otras personas está ya casi terminada hace dos años, aún no se ha conseguido el permiso para habilitarla. El parque que rodea al Santuario y gran parte del terreno está muy hermoso, pero falta un lugar para recibir a la gente, pues la sacristía es muy pequeña y la construcción en la parte más baja está ocupada como depósito y baños.

Ya han pasado algo más de tres años desde que los matrimonios del Instituto de las Familias se turnan para custodiar el Santuario y sus alrededores con mucho amor, espíritu de sacrificio y eficiencia Merece un agradecimiento especial la familia Abram, Nivaldo y Teresinha, que comenzó "de la nada", sin casa y sin auto, en el inicio de los trabajos y dejó un hermoso comienzo, sea en diversos contactos, especialmente con la parroquia, y con el inicio de la Campaña de la Mater Peregrina.

Los Nuño, Francisco y Anneliese, y yo, procuramos continuar lo que ya está iniciado, agilizar los trámites y avanzar cada vez más por amor a la misión de nuestra querida Madre y Vencedora, con entusiasmo por la difusión del mensaje de Schoenstatt. Se puede decir con gratitud que la Mater atrae a sus hijos y convoca a sus instrumentos. Muchos grupos de visitantes de varias partes del mundo peregrinan al Santuario, traen con ellos sacerdotes y Hermanas de María, misioneros de la Campaña de la Mater Peregrina y miembros del Movimiento y de la gran Familia de Schoenstatt. Crece el número de misioneros de la Campaña, tanto en las parroquias de aquí como en los alrededores y en los distritos vecinos a Roma, como ser Riano, Monte Rotondo... Ellos crecen también en profundidad, pues mensualmente tenemos encuentros de formación aquí, en Belmonte. Y también crece el número de visitantes italianos (romanos sobre todo) y de la gente que participa en la Santa Misa, en el rezo del rosario, de novenas y demás iniciativas, sean promovidas en el ámbito parroquial o directamente por el Santuario.

Vida en torno del Santuario

Se celebra regularmente una Santa Misa semanal en el Santuario, y casi cada semana concelebran dos o tres sacerdotes schoenstattianos o que son simpatizantes de Schoenstatt. Algunos están estudiando en Roma, como por ejemplo el P. Alberto (colombiano), el P. Felipe (mejicano), el P. Anthony (nigeriano). Los tres pertenecen al Instituto de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt. El P. Ludovico (Padre de Schoenstatt argentino) se empeña mucho en la fundación del Movimiento en toda Italia, y por supuesto también en Belmonte. Con cuatro de sus hermanos de comunidad forman una filial en Roma y recientemente recibieron una parroquia en el bario del Trastévere, vecina al Santuario Cor Ecclesiae que está en la casa de las Hermanas de María. También está el P. Rafael, de la Federación de sacerdotes de Schoenstatt. Además de ellos siempre llegan de paso otros sacerdotes que desean celebrar la Santa Misa en el Santuario. Todos los jueves hacemos dos horas de adoración al Santísimo Sacramento. Diariamente se reza el rosario con un número variable de personas, siempre con la renovación de la pequeña consagración a María. ¡La vida despierta más vida!

Aunque no tengamos el permiso oficial, ya utilizamos algunos ambientes de la casa para pequeños encuentros y reuniones. Pero los caminos aún son rústicos y todo es un tanto precario dentro y alrededor de la casa. Tenemos prisa de mudarnos allí, de entrar definitivamente. Pero necesitamos que "La que desata los nudos" nos libre del enredo de esta madeja para que la municipalidad nos permita habitar la casa y tengamos así los ambientes adecuados para las reuniones, confesiones, algún alojamiento y sobre todo tranquilidad. Todo en Roma es muy complicado con respecto a las construcciones y permisos. El matrimonio Nuño vive a tres kilómetros del Santuario, y yo a casi 10 Km., en la casa de las Hermanas en la Vía Aurelia Antica. Sin embargo continuamos esperanzados: lo más importante es tener personas en el Santuario, que es nuestro tesoro y el trono de la Reina y Vencedora. La Mater atrae y renueva los corazones, los cobija y los transforma.

Convocados a fundar Schoenstatt en Italia

Entretanto hemos conocido muchas iniciativas realizadas en Italia con relación a la Obra de Schoenstatt. Ahora la tarea apostólica se va organizando cada vez más sistemáticamente. Con el aumento y la formación de los misioneros, con las visitas de los peregrinos a los Santuarios y con otras iniciativas, la participación en la Santa Misa y en las novenas, comienzan a surgir los primeros núcleos de las diversas ramas del Movimiento de Schoenstatt (Liga apostólica), como la juventud masculina y femenina, grupos de matrimonios y de madres. Mucho se lo debemos al empeño de nuestras Hermanas de María brasileñas de Città della Piave, al desvelo sacerdotal del P. Ludovico Tedeschi, que realmente se esmera con todas sus fuerzas y su ardor para que se forme y crezca la Familia de Schoenstatt, y que se organice por medio del crecimiento de la vida de la Alianza de Amor con nuestra Madre y Reina de Schoenstatt. El P. Ludovico es argentino, hijo de italianos. Por eso él se identifica totalmente con el estilo italiano en su modo de ser y de hacer. ¡Es un "vero italiano"! Su madre forma parte desde hace décadas en la rama de madres en La Plata, Argentina, y es la traductora incansable de la edición italiana de schoenstatt.de

Estamos formando un muy buen equipo de trabajo, maduro, unido y autónomo, sea entre las Hermanas de María (Città della Piave, Belmonte y también las del Santuario Cor Ecclesiae) como entre los Padres de Schoenstatt, coordinados por el P. Ludovico (que es el director del Movimiento en Italia) y los laicos de diversos estados de vida, como con los peregrinos y visitantes a los Santuarios en general. ¡Qué hermoso es transmitir y constatar que nace y crece la vida, que se fortalece y aumenta, en un mundo con tantas angustias y discordias! En general, los italianos son abiertos y religiosos, afectuosos y muy generosos. Son también muy marianos. ¡En cuantas esquinas y rutas se encuentran nichos con la Madonna! ¡Roma es realmente un Santuario abierto! Me gustó mucho esta expresión, que escuché hace unos días. Ahora nos preparamos para el tercer aniversario del Santuario Matri Ecclesiae, en Belmonte. Será el cuarto encuentro nacional de la Familia de Schoenstatt italiana. Esperamos a cerca de quinientas personas, en su gran mayoría misioneros de la Campaña de la Mater Peregrina

El lema del encuentro es: "A ti mi corazón, Madre y Reina de la familia". El P. Ludovico y yo daremos las conferencias sobre la familia y sobre María. Decenas de misioneros de la Mater Peregrina harán su consagración y la Santa Misa será celebrada por Mons. Ignacio Sanna, arzobispo de Oristano, en Cerdeña, y miembro del Instituto de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt. Habrá una gran carpa para recibir a todos. En este día generalmente participan también los integrantes de la dirección general del Instituto de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt, responsables del Centro internacional de Schoenstatt en Belmonte.

Schoenstatt nació en Alemania pero tiene una cantidad de elementos italianos: la imagen de nuestra MTA (su autor era italiano); San Vicente Pallotti también era un sacerdote italiano, Pompeya – en cuyo santuario se inspiró el Padre Kentenich – está en Italia, etc. Cuando los italianos ya introducidos en Schoenstatt se enteran de esto, reaccionan con mucha alegría y gratitud.

Pequeñez de los instrumentos, tenor de las dificultades, pero sobre todo, magnitud del éxito

Creo que con lo ya dicho se intuye en parte que todo lo que sucede en Italia, en cuanto a Schoenstatt, se lo debemos a nuestra Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable. Realmente somos instrumentos muy pequeños, pero cuanto más vacíos estemos de nosotros mismos tanto más pueden actuar Dios y la Mater. ¡No faltan las dificultades! Por eso, con la fe y la esperanza de nuestro Padre y Fundador, podremos verdaderamente "mover montañas" y comprender a fondo los corazones sedientos y hambrientos de Dios en este tercer milenio, "... hasta que el mundo, como un mar de llamas, se encienda para gloria de la Santísima Trinidad" (Hacia el Padre, Nº 500)