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Encuentro de Obispos Amigos del Movimiento de los Focolares y de la Comunidad de S. Egidio Encounter of Bishops close to the Focolare Movement and St. Egidio Begegnung von Bischöfen, die der Fokolar-Bewegung und der Gemeinschaft Sant’Egidio nahestehen |
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Audiencia con el Papa Audience with the Pope Audienz beim Heiligen Vater Fotos: www.focolare.org © 2007 |
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MOVIMIENTOS, focolare.org. A partir de la comunión entre Obispos y Movimientos un nuevo impulso al anuncio y al testimonio del Evangelio en cada rincón del mundo. Dijo el Papa a los obispos amigos del Movimiento de los Focolares y a los obispos amigos de la Comunidad de San Egidio recibidos en audiencia ayer en la mañana.
"De la comunión entre los obispos y los movimientos puede surgir, un válido impulso para un nuevo compromiso de la Iglesia en el anuncio y en el testimonio del Evangelio de la esperanza y de la caridad en todos los rincones del mundo". Es uno de los pasajes más importantes del discurso dirigido por Benedicto XVI a los, casi 200, obispos recibidos por él en una audiencia el jueves 8 de febrero en la mañana: obispos amigos del Movimiento de los Focolares, reunidos en esos días en Castelgandolfo y obispos amigos de la Comunidad de San Egidio, venidos a Roma por el aniversario de la fundación.
En su discurso, rico de indicaciones, Benedicto XVI expresó su convicción, ya evidenciada por Juan Pablo II en 1998, de que los Movimientos y las nuevas Comunidades "son un don providencial del Espíritu Santo a la Iglesia para responder de manera eficaz a los desafíos de nuestro tiempo" y habló de la comunión entre los carismas como "un típico signo de los tiempos" alentador e importante. Subrayando la multiformidad y la unidad de los carismas y ministerios al servicio de la unidad de la Iglesia, invitó a los obispos a trabajar por ello, en comunión con el Sucesor de Pedro.
"Las relaciones recíprocas entre los obispos –recordó- van mucho más allá de sus encuentros institucionales". Y observó: "En congresos como los vuestros se experimenta no sólo la colegialidad, sino una fraternidad episcopal que encuentra en los ideales compartidos y promovidos por los Movimientos un estímulo para hacer más intensa la comunión de los corazones, más fuerte el recíproco apoyo y más compartido el compromiso de mostrar la Iglesia como lugar de oración y de caridad, como casa de misericordia y de paz".
Fuerte dimensión misionera
Hablando de la Comunidad de San Egidio y del Movimiento de los Focolares, puso de relieve su "fuerte dimensión misionera". En el rico mundo occidental donde no falta "un difundido deseo de espiritualidad –dijo- sus movimientos testimonian la alegría de la fe y la belleza de ser cristianos. Con una gran apertura ecuménica. En las grandes áreas deprimidas de la tierra, comunican el mensaje de la solidaridad y se acercan a los pobres y a los débiles".
Deteniéndose en las características de ambos, dijo acerca del Movimiento de los Focolares: "precisamente a partir del corazón de su espiritualidad, es decir, de Jesús crucificado y abandonado, subraya el carisma y el servicio de la unidad, que se realiza en los diferentes ámbitos sociales y culturales, como por ejemplo, en el económico, con la «economía de comunión», y a través de los caminos del ecumenismo y del diálogo interreligioso".
El Papa empezó el encuentro enviando "a Chiara Lubich mis mejores deseos y mi bendición", que extendió a todos los miembros del Movimiento de los Focolares, junto a los saludos para Mons. Vincenzo Paglia, el Prof. Andrea Riccardi y toda la Comunidad de San Egidio.
Enseguida después de la audiencia, los obispos amigos de los Focolares tuvieron un encuentro con 30 periodistas de medios nacionales e internacionales sobre aspectos de la "noche cultural" en diversas partes del globo y sobre el aporte de la espiritualidad de la unidad para promover una cultura de la fraternidad. Intervinieron los cardenales Vlk (Praga), Antonelli (Florencia) y Toppo (India) y los obispos Pérez González (Madrid) y Ntagwarara (Burundi). Entre los argumentos afrontados: el derrumbe de los valores y el individualismo en el mundo occidental, en hambre y la injusticia en vastas zonas del planeta, el fundamentalismo religioso y la pena de muerte. En este marco –subrayaron los obispos interlocutores- asume un significado especial una espiritualidad de la comunión y del diálogo como la de los Focolares que tiene notables reflejos sociales y que encuentra en Cristo crucificado y abandonado –como ilustraron con su testimonio personal- la clave para acoger los retos y hacer crecer la unidad y la fraternidad entre los hombres.