published: 2006-10-19 |
El 18 de octubre de 2006 en el Santuario OriginalEl viaje de un schoenstattiano paraguayo a Schoenstatt, Alemania, en la semana jubilar del Santuario de Tuparendá |
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SCHOENSTATT, Enrique Molas. Soy Enrique Molas, de Asunción, Paraguay. Estoy en el nivel introducción del Movimiento de Schoenstatt, mi grupo se llama "Unidos por los Sagrados Corazones". Nuestros encargados de grupo son Lidia y Fredy Agüero. Todo comenzó cuando me designaron por mi trabajo a participar de una reunión en Ginebra del día 16 al 20 de octubre de 2006. Casualmente nuestro grupo del nivel introducción va a realizar su compromiso con la Mater el día 21 de octubre, así que mi preocupación era cómo podría llegar a tiempo para esa fecha ya que por el momento no podía conseguir ningún vuelo de regreso desde Ginebra. Fue entonces que la Mater con su divina luz me dio la idea de poder visitar el Santuario original. Ahí me dije: Ya que no voy a poder estar el día 21 en Tuparendá con mi grupo, voy a intentar ir a Schoenstatt en Alemania. Fue entonces que entré en contacto con personas que ya habían estado en el Schoenstatt original, hasta que alguien me comentó que aquí (Alemania) había una Hermana que hablaba español, llamada Kornelia, y me puse en campaña para contactarme con ella y pedirle su ayuda para llegar a Schoenstatt. Ella realmente me indicó cómo tenía que hacer para llegar a Schoenstatt desde Ginebra, y hasta me consiguió alojamiento en la casa internacional de Sonnenau, todo un milagro. ¿Por qué un milagro? Ahora les cuento: porque realmente en ésta época del año no es muy fácil encontrar lugar para hospedarse aquí pero la Mater quiso, y recibí alojamiento en un lugar maravilloso: Sonnenau. También ocurrieron otras cosas, como que yo tenía reunión durante toda la semana y no sabía si podría estar el día 18 en Schoenstatt, pero la Mater es tan maravillosa que mi reunión que era el día 16 y 17 se acortó sólo para el día 16, entonces la Mater me dijo "Vení a visitarme" y yo no podía desaprovechar esa oportunidad. Así que emprendí viaje hacia Koblenz, una ciudad muy cerca de Schoenstatt, que está a siete horas y media en tren de Ginebra, pero valía la pena el viaje tan largo por la ilusión de poder realizar un sueño: "estar el día 18 de octubre en el Santuario original". Me sentí el hijo más feliz de la tierraY para más, la misa que se celebraba a las 10:00 hs. sería en español, qué más podía pedir yo. En ese momento me sentí como el hijo más feliz de la tierra, porque la Mater me estaba dando el mejor regalo que un hijo podría anhelar, estar en el Santuario original ese día 18 de octubre participando de una misa. Les cuento la emoción que sentí cuando la Hermana Kornelia me dijo que en el altar de la misa iba a estar el afiche y las estampillas que Schoenstatt Paraguay lanzó por los 25 anos de Tuparendá, o sea que todo Paraguay iba a estar representado ahí. Fue muy emocionante para mí, realmente inexplicable, sólo la Mater puede hacer estas cosas y de una manera tan maravillosa. La misa la ofició el Padre Ángel Strada, de Argentina, y al inicio dijo que hoy también íbamos a rezar por todo el pueblo schoenstattiano de Paraguay y que tendríamos una bendición especial porque estábamos celebrando el jubileo de los 25 años de Tuparendá. Me sentí tan feliz porque la Mater me ha utilizado como instrumento suyo, a mí, que apenas estoy iniciando en la familia de Schoenstatt, para representar a todo el Movimiento de Schoenstatt en donde hay personas que viven por y para la Mater desde el inicio del Movimiento. Un llamado que unió el Santuario Original con TuparendaLes comento que tanta fue mi satisfacción que llamé a mi esposa para contarle y a nuestro encargado de grupo (Fredy Agüero) que casualmente era su cumpleaños y me atendió sorprendido porque no se esperaba una llamada desde Alemania y mucho menos de Schoenstatt… sólo que él también me dio una gran sorpresa contándome que estaba trabajando en Tuparendá en ese momento para el día 18. Fue tan lindo saber que en diferentes lugares del mundo al mismo tiempo dos personas quedamos sorprendidos y muy emocionados por una simple llamada, sólo que esa llamada tenía muchas bendiciones de la Mater, esa fue la diferencia. Hubo una conexión muy profunda de alianza entre el Santuario original de Schoenstatt y Tuparendá. Esa fue mi percepción desde lo más profundo de mi corazón. Bueno, queridos hermanos del Movimiento de Schoenstatt, lo que quisiera dejarles como mensaje desde mi humilde persona, es que la Mater siempre puede y que sólo tenemos que entregarle nuestro corazón y ella nos protegerá y nos utilizará con su amor maternal de la manera más maravillosa que podamos imaginar. Eso yo, Enrique Molas, lo confirmo como un testimonio de vida hoy aquí desde el Santuario original de Schoenstatt en Vallendar, Alemania. GRACIAS MATER POR ABRIRME TU CORAZÓN.
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Last Update: 19.10.2006
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