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Desde 1997 el acta original de fundación del Movimiento firmada por el Padre Fundador y las primeras schoenstattianas chilenas, tiene un lugar especial dentro del Santuario de Agua Santa, junto a la imagen de San Vicente Pallotti. Since 1997, the original document of the founding of Schoenstatt in Chile, signed by Father Kentenich and the first Chilean Schoenstatters, has found a place of honor in the Shrine of Agua Santa, next to the statue of St. Vincent Pallotti Seit 1997 hat das von Pater Kentenich und den ersten chilenischen Schönstättern unterschriebene Gründungsdokument Schönstatts in Chile einen Ehrenplatz im Heiligtum Agua Santa, bei der Pallottistatue |
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27 de junio de 1947. A las 16 horas, en esta casa, el Padre Kentenich declaró fundado el Movimiento de Schoenstatt en Chile. June 27, 1947, 4:00 PM: In this house, Father Kentenich declared the foundation of Schoenstatt in Chile 27. Juni 1947, 16.00 Uhr: Pater Kentenich erklärt in diesem Haus die Schönstatt-Bewegung Chile für gegründet |
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El Pasaje La Quinta es una calle muy estrecha y pequeña, ubicada de forma perpendicular a la Avenida Argentina, en pleno centro de Valparaíso. The Pasaje La Qunita is a small and narrow street, close to the Avenida Argentina, in the center of Valparaíso The Pasaje La Quinta ist eine enge, schmale Straße quer zur Avenida Argentina im Zentrum von Valparaíso Fotos: Vinculo © 2006 |
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CHILE, María de los Angeles Miranda B. A diez pasos está el mercado de las pulgas de Av. Argentina, más allá la Iglesia Los Doce Apóstoles y el Congreso Nacional. Pero el pasaje La Quinta es tranquilo, sólo circulan un par de vecinos un domingo cualquiera. Cerca de la esquina, está la casa 28, con una mano de bronce para golpear, pero nadie abre, los postigos están cerrados. Ese sencillo lugar era en 1947 la Casa de la Asociación de Mujeres de la Acción Católica, quienes habían formado el primer grupo schoenstattiano en Chile a partir de 1942, dirigidas primero por Benedicta Daiber y luego por el P. José Kögler, superior de los Padres Pallottinos. Junto a ellas, el Padre Kentenich firmó el acta de Fundación del Movimiento en Chile.
En ese año ‘47 el Padre Fundador realizaba su primera visita a nuestro país, dos años después de su liberación del campo de concentración de Dachau. "Él viene con el apremio de encontrar personas que quieran sellar la Alianza de amor con la MTA", cuenta la crónica de la Hna. M. Carmen Cordero.
Por eso, haciendo suyas las palabras de Cristo, dijo cuatro días antes de la Fundación y ya en suelo chileno: "He venido a traer fuego a la tierra y no pretendo otra cosa sino que arda. He venido a traer fuego, el fuego del Amor de Dios, del amor a las almas. El fuego del amor a Schoenstatt, a María, a Cristo, a Dios Padre, el fuego del espíritu apostólico". Con esa intención llegó a Valparaíso.
Lo que un fundador no debe olvidar
El Acta de Fundación, desde el aniversario número 50, en 1997, tiene un lugar especial dentro del Santuario Cenáculo de Fundación de Viña del Mar, junto a la imagen de San Vicente Pallotti, con un espejo por detrás para que pueda leerse por los dos lados. Está escrita en papel proceso y a máquina, y se pagó un impuesto de dos pesos.
Eran las 16 horas. Consta en el acta que estaban el Padre Fundador, el P. José Kögler, el P. Federico Amberger, cura párroco de la Iglesia San Luis, a cargo de los pallottinos, dos religiosas: la Madre Georgina Wagner y la Madre Ursula. A continuación se menciona a las fundadoras presentes: Luisa M. de Vallejo, Javiera Ch. de Le Roy, Nora P. de Bostelmann, Claudia de Smith, Blanca de Aorostizaga, Aída de Hager, Laura de Bergeot, Julia E. de Winter., Lucy de Elizalde, Ana de Riveros, Rosa B. de Durney, Rosa Calvo, Luisa Durney, María Andueza, Pilar Moreno y Ruby Young.
Luego dice: "El Reverendo Padre José Kentenich (...) declaró fundado el Movimiento Apostólico en Chile y a las personas abajo firmantes, miembros fundadores".
El Padre recalcó que las fundadoras no debían olvidar tres puntos importantes. El primero es que "Schoenstatt es una misión divina, por lo tanto no había que fijarse en lo débil de sus instrumentos, sino siempre aspirar a subir más alto confiando en la Madre tres veces Admirable". El segundo es "recordar siempre que éramos fundadoras y por lo tanto pesaba sobre este Grupo una gran responsabilidad". Por último "que éramos élite, así que deberían siempre los miembros del Movimiento Apostólico destacarse del común de la masa, dondequiera que se encontrasen".
Fuente: Vinculo, Revista del Movimiento de Schoenstatt en Chile