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 published: 2006-04-11

Para que mi amor no sea un sentimiento... una campera para Jesús

Comenzó la Semana Santa en Schoenstatt

 

Semana Santa: Para que mi amor sea decirte: SI, hasta el final

Holy Week: That my love to you mean to say: Yes, for ever

Karwoche: Dass meine Liebe zu dir heißt: Ich sage Ja, immer.

 

Silvia Losada y Marta Scarponi, domingo de ramos

Silvia Losada and Marta Scarponi, Palm Sunday

Silvia Losada und Marta Scarponi, Palmsonntag

 

Procesión de ramos

Palm procession

Palmprozession

 

¿Que entregamos a Jesús?

What do we give to Jesus?

Was legen wir Jesus zu Füßen?

 

Limpieza de rimavera alrededor del Santuario Original

Spring clean-up  around the Original Shrine

Frühjahrsputz rund ums Urheiligtum

 
 

Sacerdotes y seminaristas de Nigeria con amigos de Argentina

Priests and students from Nigeria with friendo from Argentina

Priester und Studenten aus Nigeria mit argentinischen Freunden

Fotos: POS Fischer © 2006

 
   

SCHOENSTATT, mkf. "Para que mi amor no sea un sentimiento, tan solo de deslumbramiento pasajero. Para no gastar las palabras mías, ni vaciar de contenido mi "te quiero", quiero hundir mas hondo mi raíz en ti...Más allá de mis miedos, más allá de mi inseguridad, quiero darte una respuesta: Aquí estoy, para hacer tu voluntad, para que mi amor sea decirte "SI" hasta el final...". Semana Santa, tiempo de vivir con Jesús y Maria la entrega total de amor por nosotros, momento de renovar el Si de María que quiere resonar en las vidas de los que se comprometieron en la Alianza de Amor a mirar a Jesús y sus hermanos con los ojos de María, a estar cerca suyo y de sus hermanos con el cariño de ella, a confiar en su Padre con la misma confianza de ella... aún en medio de miedos e inseguridades. ¿Qué ponemos nosotros a los pies de Jesús cuando entra en el Jerusalén de nuestra vida? La gente de Jerusalén puso en aquel entonces sus vestimentas... ¿y nosotros? ¿La valija que no llegó con el vuelo, la despedida de Schoenstatt para siempre tal vez, la agenda llena de tareas?

Es un día frío y soleado. "Cada vez un poco menos muerte y un poco más de vida", dice Marta Scarponi, de Argentina. "Cada día se ve un poco más de verde en los árboles, hojitas chiquitas pero que cambian todo. Es hermosa la primavera aquí... Es vivir la Pascua". El Padre Franz Brügger es el celebrante principal de la Misa de Ramos en la Iglesia de Peregrinos. La celebración comienza afuera de la iglesia; ramitos con hojas de boj (afectuosamente llamados ramos de palmas ... que en Alemania no crecen), con flores, cintas y un burrito de cartulina son entregados a los chicos presentes allí. Silvia Losada y Marta Scarponi toman ambas un ramo de boj de los que se ofrecen a todos. "En Argentina, no va a quedar conmigo", dice Silvia. "Será repartido, hojita por hojita, a los misioneros que nunca podrán soñar con ir a Schoenstatt".

Los parlantes no funcionan bien, desde la Casa Sonnenau se escuchan las voces alegres de unas 75 niñas y jóvenes participando de una jornada de la Juventud Femenina; el viento dispersa los sonidos de la guitarra y la flauta y la voz de la Hermana Bernadett-Maria, que anima a la gente a cantar las canciones modernas y no tan conocidas como la del Padre Brügger en su saludo. Pero algo entienden todos: "¿Quién de ustedes -chicos o grandes- está dispuesto a poner su campera a los pies de Jesús?". Después, antes de la prédica, repite la pregunta, y sí... dos chicos, corren rumbo a la cruz y depositan a los pies de ella sus camperas. Vuelven sin su querida campera pero radiantes de alegría...

Al final de la Misa, el Padre Brügger los invita a buscar sus camperas, y deja a los grandes con la pregunta: ¿Qué ponemos nosotros a los pies de Jesús? No hace falta que sea una campera...

¡Gracias Mater por recibirme otra vez en tu tierra, nuestra tierra de Schoenstatt!

"¿Por qué será que las despedidas son siempre tan feas?", pregunta Silvia Losada, tras decirle adiós a la tumba del Padre. Y se responde a sí misma: "Es el precio de los vínculos que se tejen aquí... con cada rinconcito que uno hace suyo".

Deja su testimonio de lo vivido en Schoenstatt, adonde llegó pero de donde no partió junto con los 46 peregrinos de Argentina arribados el 1 de abril. "Volver a Schoenstatt (ya había estado en 2004, para la bendición del Santuario de Roma) me llenó de emoción", comenta. "Volví a casa, a cobijarme a la sombra del Santuario y poner en las manos de la Mater mi vida, mi servicio y entregarle mis seres queridos. Recorrí los lugares que tanto me habían emocionado y que ahora sentía parte de mi existencia.

No sé si volveré a esta tierra bendita, pero recordarla es un remanso para el alma y un eterno agradecimiento a Dios y a la Mater, que permitieron que este sueño se cumpliera.

Estoy escribiendo estas vivencias todavía en Schoenstatt, donde decidí quedarme cuatro días más para poner en orden mis ideas.

En la tumba del Padre Kentenich, y aferrada a sus manos en la estatua que está en la entrada de la Casa Padre Kentenich, sólo pude renovar mi Alianza con él; ..."Padre, vamos contigo, tu herencia nuestra misión"... Fueron días de conversión de corazones y alianzas. Marta Scarponi, de Santa Fe, selló su Alianza con la Mater, y su oración, que rezó con fuerte voz, pero con lágrimas en los ojos, ¡nos emocionó muchísimo! ¡Una nueva aliada para María!

Mi imagen peregrina parte de aquí cargada de gracias, para transmitirlas a todas las familias que la esperan con mucho amor. Como la visita de María a Isabel, seguirá siendo portadora de alegría y de recuerdos imborrables de su paso por los orígenes de la cristiandad.

¡Gracias Señor por haberme elegido para seguirte! ¡Gracias Mater por recibirme otra vez en tu tierra, nuestra tierra de Schoenstatt!

 


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Last Update: 11.04.2006 Mail: Editor /Webmaster
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