Descubrir a María en la pobreza

¿Qué le puede regalar Schoenstatt a la India? Experiencias de un matrimonio schoenstattiano español, misioneros de Schoenstatt en la India

Se repite la visita de Maria con su prima Isabel Mary’s visit to Elizabeth repeated Der Besuch von Maria bei Elisabeth wiederholt sich
La Gran Misionera conoce al pobreza The Great Missionary knows poverty Die Große Missionarin kennt die Armut
Descubrir Maria en la pobreza Discovering Mary in this poverty Maria entdecken in dieser Armut Fotos: Aymerich © 2006

INDIA, Rosa y Edu Aymerich. ¡Cómo transmitir lo que uno vive y sueña en esta tierra! De la India de "La boda del Monzón" a la India de "La Ciudad de la Alegría" (Dominque La Pierre, City of Joy), hay una variedad de modos de ser, de culturas y matices difíciles de imaginar, con sus caras amables y sus lados oscuros.

No siempre se tiene la oportunidad de descubrir como es la vida cotidiana de una gran parte del mundo; una parte de la que se conoce algo por la televisión o por las historias de misioneros que vienen y van, pero que no se hace real hasta que uno la vive en carne propia. Desde que estamos aquí no ha habido un solo día en que no hayamos recibido la mirada amable de algún desconocido en la calle, o la risa de un niño curioso que no aparta los ojos de los que posiblemente sean los primeros blancos que haya visto en su vida. Cierto es que al llegar a la India uno choca con la pobreza, y en algunos casos, con la miseria más absoluta.

Las dos caras de la pobreza

La "pobreza alegre de Dominique Lapierre", tiene el rostro de gente humilde, que no se complica la vida y para quien nuestras necesidades son sueños de ciencia ficción. El rostro generoso del que no tiene nada pero lo da todo, ya sea un trozo de comida en una hoja de banana o su propia cama de madera sin colchón para que no tengas que dormir en el suelo. ¡Cómo cambia todo cuando uno experimenta estas cosas! Conocer gente que siendo pobre es feliz. Una felicidad sana, una alegría del que no conoce las comodidades de nuestro mundo y sólo lucha por una vida sencilla, la de cada día, sin mas ilusión que la de ver a sus hijos crecer o tener una charla con el vecino antes de ir a la cama.

Esa es la cara amable de la pobreza que desde lejos parece incluso algo romántica. ¡Qué bonito es el sueño de ayudar y vivir entre los más humildes, la idea de ser austeros hasta el extremo, la fantasía del aventurero misionero! Sin embargo, en el momento en que uno tiene que convivir con ella, no es tan amiga como la imaginación la pintó, sobre todo cuando descubres su parte más amarga. El lado oscuro de la pobreza "huele". Tiene olor de contaminación y de perros callejeros, de agua estancada y niños sin lavar. Huele a basura tirada en las aceras, y a vacas, perros y ratas que se la comen y viven en ella. Tiene el olor ácido de miles de hombres que orinan en cualquier lado, y el olor gris de los excrementos de aquellos para los que las calles y los árboles son su único cuarto de baño.

¿Qué le puede regalar Schoenstatt a la India?

¡Cuántas veces caemos en el error de pensar que el problema de la pobreza es sólo cuestión de dinero! ¡Con qué facilidad nos olvidamos de que lo más importante no está en lo que tengo, sino en cómo vivir con lo poco que tengo! Y en este sentido, ¿cómo responde Schoenstatt al reto de hacer de la pobreza algo más bello y digno?

Lo primero, y el tesoro más valioso que Schoenstatt puede regalar a la India, es el Santuario. En este lugar de gracias, la Santísima Virgen nos acoge como somos, nos hace sentir cada vez más suyos, nos educa, y eleva nuestra naturaleza de simples personas a hijos de Dios. Además, por medio del Movimiento, Schoenstatt tiene la gran misión de educar al hombre en los más nobles valores cristianos, y regalar a María como Madre y modelo.

Proyectos sociales

Más allá de esto, se han emprendido numerosos proyectos sociales. Al colegio y guardería de Bangalore, con más de dos mil alumnos, y cuyos bajos aranceles permiten el acceso a los más humildes, se les añaden varias escuelas pequeñas para niños de la calle. En torno a los Santuarios, se organizan también actividades puntuales, como por ejemplo una cena festiva para celebrar la Navidad con los más pobres. Además Schoenstatt está a cargo de un pequeño centro para deficientes.

Por otro lado, también se está llevando a cabo la construcción de un orfanato que se ha bautizado como "Children Village" Esta ciudad de los niños pretende ser más que un simple centro de acogida, un verdadero hogar para todos los que se refugien en ella. Más allá de una cama y un plato de comida, lo realmente importante que se les puede dar a estos niños es el crecer en un ambiente donde reine el cariño, el trato personal, la alegría y sobre todo el amor.

Todas estas cosas las queremos guardar en nuestro corazón para que nunca olvidemos el mundo real en el que viven la mayor parte de los hombres. El mundo que nos han enseñado y hemos aprendido de pequeños ha cambiado. Esta vivencia marcará nuestras vidas para siempre, y nos ayudará a darnos cuenta de lo afortunados que somos, y a que también nosotros podemos vivir de una forma más sencilla y aspirar a una vida más austera y alegre.