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 published: 2006-03-28

La justicia ante los ojos de Dios

Homilía de Mons. Dr. Peter Wolf en el Rosario rezado en la Iglesia de peregrinos

 

 

Mons. Dr. Peter Wolf

Mons. Dr. Meter Wolf

Mons. Dr. Peter Wolf

Fotos: POS Fischer © 2006

 

Schoenstatt, fiesta de la Anunciación del Señor, 25 de marzo de 2006

Queridas hermanas y hermanos:

Nos hemos reunido hoy con motivo de una fiesta de la Sma. Virgen. La tenemos muy viva en nuestras almas por la reflexión del Evangelio del día y por la moderna imagen de la Anunciación que tenemos ante nosotros. Es una fiesta maravillosa, el comienzo de nuestra redención. En el ángel del Señor irrumpe Dios en la vida de María. Y hoy, en esta tarde, queremos escuchar con María los misterios gozosos del Rosario, desde la hora de la Anunciación hasta el hallazgo de Jesús en el templo de Jerusalén, quien manifiesta pertenecer a su Padre.

A la vez, queremos aceptar la invitación de nuestro Obispo y rezar en esta hora el Rosario por la próxima "Jornada de los católicos alemanes", que este año tendrá lugar en nuestra diócesis con el gran lema: "La justicia ante los ojos de Dios". Pareciera que casi nos exige demasiado y nos distrae del hermoso y conocido misterio de la fiesta de hoy.

Cuando escuchamos hablar de la justicia rápidamente pensamos en las leyes, la justicia reglamentada entre nosotros. Pensamos en los tribunales y en los procesos donde hay alguien que lucha por sus derechos y espera que se le haga justicia. Otros pensarán quizás en las actuales huelgas en Alemania y en Francia en reclamo de salarios justos, o contra lo que consideran injusto. Las palabras bíblicas que siempre traducimos como "justicia", no provienen sin embargo del mundo del derecho y de la política, ni del lenguaje de los juristas o de los políticos.

En el Antiguo Testamento y en el pensamiento bíblico, es una palabra fundamental. La "justicia" es un regalo, un don redentor de Dios. A esto se refieren los textos bíblicos de la liturgia del templo y el mensaje de los profetas. Dios es "justo" y quiere que los hombres lo sean también. En la Sagrada Escritura, decir que un hombre es justo, es el mayor elogio que se puede hacer de él. Por ejemplo, dice que San José, el prometido de María, es un "hombre justo".

La expresión bíblica "justicia" significa un "corresponder"; concretamente se refiere a que vivamos nuestras relaciones como corresponde a ellas. "Justo" es el que vive en plenitud y como corresponde una relación determinada, sea una relación de padre, de esposo, de hijo, de empleado, de hermano, de aliado... Es justa una madre que lo es realmente con su hijo, o un padre que también lo es así con su hijo. Dios es justo, según el testimonio de los profetas, porque Él se comporta con Israel como corresponde a la Alianza que ha sellado con su pueblo.

Creo que en nuestra sociedad y en nuestra política podemos aprender mucho de este enfoque y de esta comprensión bíblica de la justicia. Y la Jornada de los católicos nos debe ayudar para ello. No es lo principal el esfuerzo jurídico o legislativo de repartir todo en partes iguales y de tratar a todos del mismo modo. Según el concepto bíblico, esa "justicia" puede ser de lo más injusta. El principio no es: "dar lo mismo a todos", sino "lo que le corresponde a cada uno". Lo fundamental debe ser ver, como corresponde, la relación con las personas con quienes queremos y debemos vivir. Esto comienza con las relaciones familiares y el compromiso mutuo. Sigue en el ámbito de la escuela, del trabajo y de la sociedad.

También aquí se necesita la relación y una vida correspondiente al compromiso mutuo así establecido. Alumnos y maestros, estudiantes y profesores están mutuamente relacionados, no pueden simplemente ser indiferentes cada uno por su lado, deben respetarse y valorarse mutuamente, porque sin eso, no actúan correspondientemente. Los trabajadores y los empresarios tienen una relación que los compromete mutuamente, y no corresponde a esa relación moverlos y disponer de ellos como de una masa anónima por simples razones de provecho. Las generaciones tienen una relación mutua irrevocable y son mutuamente responsables para siempre.

A partir de estas ideas fundamentales sobre la justicia como un hacer "lo que corresponde" mutuo, dirigimos otra vez la mirada a la hora de la Anunciación, la fiesta que hoy celebramos y que luego meditaremos en el Rosario. En la Anunciación es fundamental la mutua relación entre Dios y el hombre. El Dios infinito y trascendente irrumpe, en la figura del Arcángel Gabriel, en el pequeño mundo de los hombres, en la casa de María, la Virgen de Nazaret. Pero María no necesita morirse de miedo, pues el mensajero de Dios la saluda y le dice ante todo, con firmeza: "el Señor está contigo". Ella está en su gracia, ella está ante él como la "socia" de la Alianza, porque Dios así lo quiere, porque Él considera a la Alianza como una realidad. La Alianza es lo primero en esta íntima comunidad.

Por eso, a lo largo de unos mil años el arte cristiano ha representado a María erguida, de pie frente al mensajero de Dios, que también está de pie. Como nos relata la Sagrada Escritura María tiene una total apertura ante el mensaje del Ángel. Ella quiere responder como corresponde a lo que en ese momento le es manifestado de parte de Dios. "He aquí a la servidora del Señor. Que se haga en mí según lo has dicho". Esta es la respuesta, profunda y mesurada, que corresponde a esa relación de ser llamada y estar llena de gracia por regalo y predilección divina. Sus palabras de asentimiento no la transforman en una esclava de Dios sin voluntad propia. Las palabras bíblicas "Servidora del Señor" expresan una plena disponibilidad, pero al mismo tiempo son el título de honor de los llamados "Siervos de Dios" que corresponden a Moisés o los grandes profetas. Siempre se trata de corresponder a las condiciones y relaciones. Así el hombre conserva su dignidad, incluso cuando se sabe dependiente.

Recemos todos, en esta tarde, por la Jornada de los católicos alemanes en nuestra diócesis, que logremos decir algo, en medio de nuestra moderna y compleja sociedad, de la justicia ante los ojos Dios. En lo más profundo se trata del mensaje de la mutua Alianza de Amor como fundamento de nuestra realidad social.

Traducción: aat, Argentina


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Last Update: 28.03.2006 Mail: Editor /Webmaster
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