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 published: 2006-01-10

Todavía se palpa su paternidad

Una visita a la habitación de nuestro querido Padre y Fundador

„La foto del telefono de Padre“: Padre Kentenich en el escritorio en su habitación en Schulungsheim

“The photo of the Father telephone”: Fr. Kentenich at the desk of his department in Schulungsheim

“Das Foto vom Vatertelefon”: Pater Kentenich am Schreibtisch seiner Wohnung im Schulungsheim

 

La bendición del Padre

Father’s blessing

Pater Kentenich gibt in seiner Wohung den Segen

Fotos: Archiv © 2006

 
 

Escritorio en la habitación del Padre

Desk in the department of Father Kentenich

Schreibtisch in der Wohnung von Pater Kentenich

Foto: Cerini © 2006

 
   

SCHOENSTATT, Antonella Cerini. Nunca me hubiera imaginado que llegaría el día, en el que podría conocer la casa y la habitación dónde nuestro Padre y Fundador vivió los últimos tres años de su vida aquí en Schoenstatt, después de su regreso de Milwaukee. Sólo conocía el escritorio –– que se observa en la "famosa" imagen del teléfono del Padre vía Internet, pero estar concretamente aquí, fue una experiencia increíble....

Llegué al Schulungsheim (Casa de Formación de las Hermanas) acompañada por la Hermana María Julia. Antes de ingresar ella comenzó a contarme la historia de la piedra fundamental que esta por fuera de la casa. Es una piedra que bendijo el Padre José Kentenich. Esa es la primera casa que se construyó en el Monte Schoenstatt. Y la visión profética de nuestro querido Padre vislumbró, en aquel entonces, que se acercarían a ese lugar personas de todos los idiomas y lugares del planeta. Me preguntaba, mientras escuchaba a la Hermana, ¿qué confianza inquebrantable hubo en el poder de la Mater y en las palabras del Padre Fundador, cómo para creer fehacientemente que personas de todos los idiomas y países se acercarían a Schoenstatt?. Hoy se puede constatar, pero en los comienzos....También pensaba: realmente, el Padre fue un profeta de su tiempo. Yo, que hace una semana que estoy en Schoenstatt, he estado compartiendo experiencias con gente de España, Ecuador, Brasil, Alemania, Japón, Méjico, Chile, Texas, etc, etc, etc.

Objetos y pertenencias que se conservan intactos desde el 15 de septiembre de 1968

Cómo explicar la sensación de ingresar a su habitación. Sus cosas están intactas......en ese momento me imaginé la mañana en la que el Padre se levantó para ir a celebrar la Santa Misa y, por disposición de Dios, nunca más volvió allí. Pareciera que la gracia de ese lugar congela el tiempo y uno se transporta al 15 de septiembre de 1968.....todo está tal cual el Padre lo dejó.

Después de dejar caer algunas lágrimas (diría, un mar de lágrimas imposible de contener en ese lugar), pude observar más detenidamente cada detalle de las pertenencias del Padre. Empecé por su mesa de luz. En ella hay un reloj marrón de la época, una lamparita muy graciosa y una corona en el medio. Cuando observé la sencilla cama dónde dormía, me conmovió pensar que esas frazadas eran las mismas que lo cubrieron en aquel tiempo....Su escritorio, todo lo que hay sobre él, me trasladó en el tiempo a pensar en el Padre leyendo y contestando las muchas cartas que recibía diariamente, hablando por teléfono con toda la Familia de Schoenstatt internacional, escribiendo y proyectando ideas para el florecimiento de Schoenstatt en el mundo, en fin, son tantas las cosas que tal vez el Padre definió y proyectó en ese pequeño escritorio de madera.....

Quisiera detenerme en la foto de la Hermana María Emilie que el Padre Kentenich tenía en su escritorio. Es una de las fotos más lindas que se conservan de ella; su sonrisa radiante y llena de vida, "caminado a luz del Espíritu Santo" (una de sus expresiones). Realmente, es una alegría encontrar una foto de la Hermana M. Emilie en el escritorio del Padre. Esto habla del profundo amor del Padre Fundador a esta pequeña hija de Schoenstatt. Además, en una vitrina de la misma habitación el Padre conservaba muchas fotos de la Hermana M. Emilie para regalar a los que lo visitaban.

Otra cosa interesante de su cuarto es una biblioteca muy bien equipada. Son libros de temáticas diversas: literatura, sociología, psicología, teología, filosofía, entre otras ramas de la ciencia. El Padre estaba muy informado, todavía se conservan los diarios que leyó los últimos días. Un libro que me impactó mucho – y es el único libro que está sobre su escritorio – se titula "Cristo en Dachau" de (buscar autor del libro)......La imagen de la tapa es el rostro sufriente de Cristo coronado de espinas. La impresión fue tan grande que no encuentro palabras para describir esa vivencia. Por primera vez experimente – sensiblemente – la entrega sacrificada del Padre Kentenich en Dachau. Muchas veces sucede que conocemos la historia de Schoenstatt y por ende, la historia de nuestro Padre y Fundador, pero no medimos realmente lo que fue el campo de concentración de Dachau (creo que esto sucede especialmente en la generación que no conoció personalmente al Padre, ni vivió en ese momento de la historia).

Legado del "ranchito de La Loma" de Paraná (Entre Ríos-Argentina)

Finalmente quiero mencionar un cuadrito que encontré en la ventana de la habitación y, que para la familia de Schoenstatt de Paraná (Entre Ríos Argentina) es muy significativo. Es una pequeña foto del "ranchito de La Loma". En el dorso hay palabras dedicadas al Padre Kentenich. Para los paranaenses, el "ranchito" tiene una historia muy particular, ya que constituyó el primer lugar dónde la Mater comenzó a manifestarse antes de la construcción del Santuario. Saber que el Padre Kentenich tuvo en sus manos y ante su vista la imagen del "ranchito de La Loma" me habilita a pensar que, seguramente, el Padre lo habrá bendecido desde aquí. Y si bien actualmente tenemos nuestro Santuario de la Providencia, no podemos dejar de reconocer que los cimientos desde donde se construyó el Santuario fueron las sencillas pajas del ranchito; la pobreza de los instrumentos y la magnificencia de la Mater. La huella que nos ha dejado el misterio de gracias que se escondía detrás de la pobreza de ese precario rancho, es la confianza ilimitada en el poder de la Mater y el dejarse conducir por los caminos de la Providencia. Me atrevo a decir que esta huella constituye el secreto de la victoriosidad para los schoenstattianos del Santuario de La Loma.

 


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Last Update: 10.01.2006 Mail: Editor /Webmaster
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