SCHOENSTATT, Antonella Cerini. "Unas semanas antes de morir me llamó y me dijo: Ángel encargate de la India. Me preocupa mucho esta gente, encargate de que la India conozca Schoenstatt", cuenta el Padre Strada. ¡Sorprendente!, en las proximidades a la tierra eterna, el Padre Esteban sigue pendiente de su anhelo de que surja Schoenstatt en la India. Actualmente, sabemos que esta misión ya está en marcha, con Hermanas y Padres de Schoenstatt presentes allí, y además, por ejemplo, con la labor apostólica y misionera de Edgardo y Rosa Aymerich, de España.

El Padre Esteban era una persona profundamente sencilla, ése era su rasgo más característico, comenta el Padre Angel Strada. Si bien provenía de una familia de la alta sociedad del barrio norte de Buenos Aires y estaba socialmente vinculado a familias importantes, nunca utilizó eso en su beneficio o como prestigio personal, sino sólo para la Mater. Al Padre Esteban le encantaba ayudar a los más necesitados, a los más pobres. Tanto es así que en su testamento dejó sus pertenencias a la comunidad y pidió que una parte de ellas fuera destinada a los pobres materialmente.

Dos aventureros de la Mater: el Padre Esteban Uriburu y Joao Pozzobon

El Padre Strada cuenta que en el año 1962 a 1965 él y sus hermanos de curso, entre ellos el Padre Esteban, estuvieron estudiando en el Colegio Palotino en Santa María, Brasil. Allí tuvieron su primer contacto con Joao Pozzobon. Este visitaba seguido el Colegio ya que se dirigía espiritualmente con el Director, y además aprovechaba la visita para darles charlas e instrucciones acerca de cómo debían rezar el rosario y las condiciones a tener en cuenta para el encuentro con las familias en sus propias casas. El barrio donde ellos vivían tenía una profunda influencia de macumba y espiritista. Y Don Joao, un profundo conocedor de la cultura popular, los preparaba para cuando ellos debían salir a misionar: "Por favor, por favor, nunca vayan a patear una calavera con velas prendidas en la calle porque se tendrán que hacer cargo de los males y desgracias de esa manzana" (Joao Pozzobon).

Ya en ese tiempo, Don Joao tenía fama de santidad, era un hombre muy respetado, sencillo y paternal. Justamente estas cualidades y virtudes fueron las quedaron grabadas en el corazón del Padre Esteban, que después de años vuelve a contactarse con él para trabajar juntos en pos de Schoenstatt y ampliar la misión de la Mater... "Diría que en la personalidad de ambos (el Padre Esteban y Joao Pozzobon) había un rasgo que los hacia muy hermanos: la sencillez. Al Padre Esteban le encantaba la gente sencilla y Joao era muy sencillo y paternal", continúa diciendo el Padre Strada.

Cabe precisar que Don Joao es el que inicia la Campaña de la Virgen Peregrina en Brasil, ya que de no haber sido por la tarea del Padre Esteban no se habría mundializado la Campaña. La internacionalización de la Campaña del Rosario la impulsó el Padre Esteban Uriburu... "Me atrevo a decir, exagerando, que sin el Padre Esteban, lo de Don Joao hubiera quedado, con mucha suerte, sólo al sur de Brasil, teniendo en cuenta además que Don Joao era un hombre grande", agrega el P. Ángel.

Qué en los países latinos se geste un Nuevo Schoenstatt

El Padre Ángel nos cuenta la importancia y sentido eclesial que tiene uno de los libros más interesantes del Padre Esteban Uriburu: "Huellas de una Padre". Este libro, cuya segunda edición ha sido publicada recientemente tras haber estado agotada hace años la primera, estudia un tramo de la vida del Padre Fundador, es decir, abarca un período de tiempo bien definido: desde el 16 de marzo de 1947, día de su arribo a Río de Janeiro, hasta el 20 de junio de 1952, cuando parte desde Santiago de Chile rumbo a Milwaukee/USA.

Estos 5 años de la vida del Padre Kentenich son momentos claves, tanto para la historia de Schoenstatt como para la historia de vida personal del Padre. Llega a Latinoamérica después de haber fundado la internacional en Dachau. Él mismo se denominó Ministro de Relaciones Exteriores de María, es decir que concretamente se reconocía como representante de María. Tenía un objetivo muy claro: "quería multiplicar los santuarios; los santuarios son talleres del hombre nuevo y la Mater es la gran educadora. Schoenstatt necesita aliados, el Padre Fundador entiende, por aliados, ganar a los mejores, en calidad humana y dignidad. Pretende formar una red solidaria, una red internacional que esté en condiciones de llevar el evangelio y se comprometa con María, que posteriormente es uno de los pensamientos de Juan Pablo II" (Padre Strada).

El Padre Kentenich, en estos años, tiene un programa concreto, una meta: observa que en Latinoamérica hay una mentalidad que puede complementar y enriquecer la mentalidad alemana. Para realizar la misión de Schoenstatt es necesario nutrirse de otras culturas. Justamente esta intuición del Padre Fundador es la que se trabaja concretamente en el Concilio Vaticano II (la iglesia de las misiones, todos portadores de la misión, todos llamados a la santidad, insertos en el mundo, etc., etc.). Al Padre Kentenich le impresionan dos cosas de Latinoamérica, o mejor dicho, dos signos: por un lado, el amor espontáneo y multitudinario a María; Y por otro lado, el sentido de familia y la facilidad de crear vínculos personales. De esto deduce que Latinoamérica tiene una mayor predisposición al pensar orgánico e integrador que él quiere gestar, una mayor facilidad para identificarse con la misión de María y de Schoenstatt.

El Padre Fundador piensa la unidad cultural desde el intercambio entre los distintos países; por eso habla de "asistencia trinitaria" en las Hermanas de María. Esto significa el ABC: pensó que las provincias de las Hermanas de María de Argentina, Brasil y Chile debían formar una comunidad a semejanza de la Trinidad. En parte porque cuando estas provincias fueron definiendo sus ideales y nombres, Argentina descubrió que la misión del Santuario es el Santuario del Padre, Provincia de Nazaret, y casi simultáneamente las Hermanas de Brasil descubren que la misión de su Santuario es el Tabor con la ayuda de Cristo y en Chile Pentecostés, con el Espíritu Santo. De esta manera, emprendieron un trabajo en común.

"Huellas de un Padre" - Presencia y Mensaje del Padre José Kentenich en América Latina- 1947-1952

"Huellas de un Padre" constituye un intenso trabajo de seis años de investigación, recopilación de información (conferencias, cartas, redacción de informes, etc.), procesamiento y análisis de entrevistas, testimonios y viajes. Este libro, concretamente, se propone ahondar la profunda herencia que el Padre Fundador dejara por su paso en América Latina. El Padre Esteban argumentó en la parte introductoria las siguientes palabras: "la elaboración de este libro es sólo el primer paso de un camino que debiera continuarse en los años que vienen. Ha sido como extraer los primeros minerales, en bruto, de un rico yacimiento aurífico, cuyas dimensiones aún no es posible precisar con exactitud... Con este libro estoy abriendo una brecha desconocida, hasta el presente, ya que no se tenía una visión global de la gigantesca labor del Padre Kentenich en estos años".

Es profundamente significativo el aporte que este libro presenta para la misión de Schoenstatt en la Iglesia actual. En el total de las 337 páginas se vislumbra toda la espiritualidad y pedagogía de Schoenstatt; la educación del instrumento, la misión del 31 del mayo y la cruzada del pensar, amar y vivir orgánicos, el pensamiento mecanicista instalado en la cultura de occidente y la tarea del nuevo continente de impulsar la contra-corriente que realice un trabajo de salvataje y reedificación de estos países occidentales, la corriente de Dios Padre, el hombre nuevo en la comunidad nueva (ideal de la iglesia de las nuevas playas), la misión mariana en el mundo actual, entre muchas otras líneas de acción para la nueva evangelización.

"Huellas de un Padre" quedó agotado durante varios años después de la primera edición. A mediados de 2005, Editorial Patris Argentina volvió a reeditarlo.

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Uriburu, Esteban: Huellas de un Padre; Editorial Patris, Cordoba, Argentina, 2005. ISBN 950-9579-07-6. A la venta en las librerías de Schoenstatt.