¡También yo puedo ser santo!

Mons. Dr. Félix Genn en "El día de Emilie", en Essen

1 de octubre, Essen-Kray: Mons. Felix Genn en el Santuario

October 1, Essen-Kray: Bishop Felix Genn in the Shrine

1. Oktober: Bischof Felix Genn zu Besuch im Schönstatt-Heiligtum in Essen-Kray

Procesión a la capilla Procession to the house chapel Prozession zur Hauskapelle
La vida de la Hna Emilie, un modelo para nosotros Sister Emilie’s life can be a model for us Das Leben von Schwester Emilie als Vorbild für uns heute
Intercambio Sharing Austausch
Panelistas Panel Podiumsgespräch Fotos: Heister © 2005

El Obispo de Essen, Mons. Dr. Félix Genn, siendo Obispo auxiliar de Tréveris en 1999 abrió el proceso de beatificación de la Hna. M. Emilie Engel. La Hna. Emilie fue asistente social en Essen en el año 1928. Con motivo de recordarse este año el 50º aniversario de su muerte, Mons. Genn quiso participar en "El día de Emilie" realizado en abril de este año en Essen–Kray, pero el comienzo del pontificado de Benedicto XVI le impidió acudir en la fecha prevista. Por ello recién el 1º de octubre llegó al Santuario de Essen – Kray.

Después de la apertura en el Santuario con el misterio del Rosario "Nos has regalado la Eucaristía", los asistentes se dirigieron a la Capilla de la casa para participar en la Sta. Misa. La banda "Rainbow" de Oberhausen se hizo cargo del acompañamiento musical. Tanto los mayores como los jóvenes cantaron con entusiasmo, incluso los cantos nuevos.

El Obispo relacionó en su homilía los textos del domingo, que tratan de la viña del Señor que solo producía frutos amargos, del propietario de la viña que envió a su hijo y de los viñadores que lo asesinaron... Los textos nos indican a Dios, el que nos amó primero, el que ha prodigado a su viña los mejores cuidados. Y ¿cómo se lo agradecemos? con frutos amargos.

Cristo vino al mundo para demostrarnos su amor hasta la muerte. ¿Y cómo se lo agradecemos? con vinagre, con frutos amargos... Su gran anhelo es que respondamos a su amor, que nos sumerjamos en su amor y así produzcamos buenos frutos.

La Hna. M. Emilie – así dijo Mons. Genn – hizo esto en su vida de manera brillante: respondió al Padre con amor. Y no hizo cosas extraordinarias. Respondió con amor justamente en las pequeñas cosas de la vida diaria. El Obispo terminó la homilía preguntando: ¿Y tú? ¿Y yo? ¿No son estas las personas que pueden regalar hoy a Dios la respuesta del amor?

Los santos no son tipos raros, sino hombres normales, llenos de vigor y lucidez

Siguió a la Eucaristía una presentación breve de la Hna. Thomasine, (postuladora de la causa de beatificación de la Hna. M. Emilie), y luego un panel con Mons. Genn, el P. Heister, director diocesano del Movimiento, y la Hna Thomasine. Señalaron ante todo la importancia del mensaje de la Hna. Emilie para el hombre actual, tan confundido. El anhelo de la gente – especialmente de los jóvenes – busca un ejemplo genuino, auténtico, que abre nuevas perspectivas, que ayuda y acompaña.

Se recordaron unas palabras que Mons. Genn dirigió a los jóvenes el 14-8-05, en el marco de la JMJ en Gelsenkirchen:"El Papa Juan Pablo II convocó a los jóvenes: ‘Queridos jóvenes, la Iglesia necesita verdaderos testigos para la nueva evangelización: hombres y mujeres cuya vida se transforme por el encuentro con Cristo. Hombres y mujeres que sean capaces de compartir esta experiencia con los demás. La Iglesia necesita santos. Todos nosotros estamos llamados a la santidad. Sólo los santos pueden renovar a la humanidad’. No perderemos las fuerzas si permanecemos vinculados con Jesús. Podemos transformarnos por el encuentro con Él. Podemos ser santos por el encuentro con Él. Pero los santos no son tipos raros, sino hombres normales, llenos de vigor y lucidez".

Que las personas con quienes convivimos noten que es bueno ser cristiano.

Los participantes escucharon sorprendidos con qué claridad Mons. Genn manifestó la esperanza de que la Familia de Schoenstatt haga conocer en la diócesis a la Hna. Emilie y que aspire a la santidad. Los santos están para que nosotros podamos orientar nuestra propia vida según su ejemplo, dijo Mons. Genn. Debemos transmitir también el mensaje con relatos o regalando un libro. Quizás lo lean, quizás no, quizás más adelante...

"Pero me importa que se contagien de esto y digan: ¡yo también puedo ser santo! ¡Inténtenlo una vez!" Un murmullo corrió entre los oyentes, pero el obispo siguió animando: "La Madre Teresa dijo en alguna ocasión: ¡Es muy fácil!. ¡Es muy fácil! Sí, esta es nuestra meta: ser santos". ¡No necesitamos ser hombres sobre los que en cualquier momento se haga una jornada!. Lo principal es que las personas con las que convivimos noten que es bueno ser cristiano.

Con la colaboración del P. Heister, de Essen.

Traducción: aat, Argentina