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En el año de la Eucaristía, las Hermanas adoratrices celebran los 75 años de la adoración perpetua en Schoenstatt

SCHOENSTATT, mkf. Aquellos tiempos fueron muy interesantes, cuando las primeras Hermanas de María se convirtieron en Hermanas adoratrices, y se llamaron a sí mismas "las hijas de una única salita", parafraseando con gracia la frase del Padre Kentenich "ser hijos de un único amor". Así lo muestra el testimonio de la Hermana Marie Martha, en video. Se pueden imaginar esos inicios, donde tanto las condiciones económicas como temporales fueron al menos tan estrechas como las del espacio. Seis Hermanas, las 24 horas y un gran amor, así comenzó hace 75 años la "adoración perpetua" en Schoenstatt. Que el jubileo de las Hermanas adoratrices coincida con el año de la Eucaristía, es algo que las pioneras no soñaron en aquel tiempo.

Con videos, testimonios, textos históricos y espirituales, las Hermanas adoratrices hicieron participar en su vida y en su misión – mediante escenas bien seleccionadas – a los asistentes a la Semana de Octubre en Schoenstatt,

Una novena por cada necesidad

Es bueno saber que desde los años 40 las Hermanas adoratrices se han repartido entre ellas las comunidades de Schoenstatt y las acompañan con la oración, y que siempre rezan por los acontecimientos del Movimiento de Schoenstatt. Ellas también han rezado por la peregrinación a pie desde Hasenkamp hasta el Santuario de Schoenstatt de la Loma en Paraná, Argentina, (90 Km.) el 14 y 15 de octubre. El año pasado la peregrinación se encontró con un tornado en la mitad de su camino y hubo que interrumpirla por primera vez desde que se inició hace varios lustros. La preocupación fue grande y el pedido de oración llegó hasta Schoenstatt... el resultado fue simplemente un tiempo inmejorable.

Saber que las Hermanas adoratrices toman cada petición en su oración diaria, en forma totalmente personal, que una Hermana ha rezado una novena a lo largo de nueve días por una intención, no solamente hace bien, sino que conmueve.

Cinco mil personas en el círculo de la adoración

Ingeburg Röttges, Hildegard Maas y Gertrud Alberding pertenecen al círculo de la adoración de Schoenstatt. Ellas presentan testimonios de algunas de las casi 5.000 personas que se han adherido al círculo de adoración y que unidas espiritualmente con las Hermanas adoratrices, se comprometen a hacer un tiempo de adoración determinado por ellos mismos. Es claro que la oración en común es eficaz y crea una vinculación mutua. "Yo busco un hogar en Schoenstatt", dijo un joven que está en la Semana de Octubre como delegado del círculo de adoración. "Ya soy ‘viejo’ para estar en la Juventud Masculina y demasiado joven para la Liga de Hombres. En el círculo de la adoración encontré un lugar de pertenencia que le da sentido a mi vida".

Porque quise todo, me hice Hermana adoratriz

Las Hermanas Dorithé Volmari y Petra-Maria Huber dieron un testimonio personal. La primera contó que desde niña siempre quiso hacer algo por aquellas personas de cuyos sufrimientos y necesidades se enteraba por los diarios y la televisión. En algún momento descubrió que la oración supera las fronteras, las barreras idiomáticas y las distancias y que ella podía estar cerca de esas personas sufrientes por medio de la oración. Descubrió que su vocación era rezar por los demás.

La Hermana Petra-María quiso "dar todo por Schoenstatt". Siendo Hermana adoratriz, ella no está aquí solamente por una diócesis, por un país, sino por el mundo entero, por todo el Movimiento de Schoenstatt y por todos aquellos hombres que van en busca de Dios. El silencio cuesta a veces mucho, confiesa con toda naturalidad, y dice: "Cuando quiero contar algo y me acuerdo que practicamos libremente el silencio para estar cerca de Dios incluso durante el trabajo, entonces pienso: adoro por amor".

Profundidad y recogimiento

La Hermana Dorithee describe los rasgos característicos de la adoración, tal como la cultivan las Hermanas adoratrices: es eucarística, litúrgica, mariana y schoenstattiana. La tarde terminó con una mirada al Padre Kentenich, para quien la Adoración era un anhelo de su corazón. Los delegados fueron después a una celebración solemne de Completas. Luego quedó expuesto el Santísimo Sacramento para la adoración eucarística... y mucho después de finalizada, hubo orantes que permanecieron de rodillas.

"No puede faltar el momento de la adoración comunitaria", dijo una mujer. "Esto lleva a los participantes en la Semana de Octubre al centro, a lo profundo" Allí se encontraron también la noche siguiente – víspera del 18 de octubre – en el Santuario Original, donde hubo adoración desde la medianoche hasta el alba del día de Alianza.

Traducción: Manuel Huapaya, El Callao, Perú