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 published: 2005-08-30

"Hemos venido a adorarlo"… en la estación de tren

JMJ Colonia 2005: M. Carolina Sandrone, de Córdoba, Argentina, entendió cómo adorar a Cristo en los quehaceres diarios

 

Carolina (stehend) mit ihrer Gruppe

Carolina (de pies) con su grupo

Carolina (standing) with her group

Carolina (stehend) mit ihrer Gruppe

Foto: POS Fischer © 2005

 
Auf der Suche nach einem Ort der Anbetung  

Buscando un lugar de adaración

Looking for a place of adoration

Auf der Suche nach einem Ort der Anbetung

 
Auf der Suche nach tiefer Begegnung mit Jesus  

Buscando el encuentro con Jesus

Looking for the encounter with Jesus

Auf der Suche nach tiefer Begegnung mit Jesus

 
Gefunden; auf dem Bahnhof, in der Hilfe für andere&  

Lo encontró en la estación de tren, en la ayuda a los demás...

Found: at the train station, helping others...

Gefunden; auf dem Bahnhof, in der Hilfe für andere…

Fotos: Kaut © 2005

 
 

JMJ-MOMENTOS. Miles de expectativas corrían por mi cabeza al llegar a Colonia: ver al Papa, conocer la cuidad, compartir cosas con gente de todo el mundo… pero entre tanta gente y tantas opciones me sentía perdida, sin rumbo… ˇClaro! Había "olvidado" lo esencial, el principio y el fin por el cual había llegado a esa cuidad: "Hemos venido a adorarlo". Sí, a adorar a mi Dios y Señor, como lo habían hecho los reyes magos en aquel portal de Belén.

Los primeros días de la jornada era un ir y venir de un lado al otro, en tren, caminando, o en colectivo. Buscaba iglesias que tuvieran el Santísimo expuesto para poder adorar a Jesús, pero a veces no podía. Allí mi corazón se llenaba de gozo por estar en su cercanía. Pero luego era salir y encontrarme nuevamente con los miles de peregrinos, que cada uno tenía su ruta.

Tengo que buscar otra forma de adorar al Señor

Dije: "Tengo que buscar otra forma de adorar al Señor, de poder orar y encontrarme con Él". Empecé a descubrir que cada vez que ayudaba a mis compañeros de grupo, escuchaba, compartía con alguien, caminaba entre todos los jóvenes, o cuando esperaba el tren, podía hacer de aquellas pequeñas cosas una oración y así poder encontrarme con Jesús.

En realidad esto ya lo había escuchado y leído muchas veces, pero nunca lo había experimentado, y realmente pude descubrir que a través de los quehaceres diarios, las exigencias, y las personas, uno puede orar y adorar a Cristo.

Animémonos a adorar al Señor diariamente en cada gesto sencillo que realicemos.



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Last Update: 30.08.2005 Mail: Editor /Webmaster
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