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 published: 2005-06-24

Llegó el gran día: María toma posesión de su Santuario Ciudad

Bendición del Santuario Ciudad de Quito, Ecuador, el 18 de junio de 2005

El nuevo Santuario de Quito, ubicado a 3000 m de altura

The new Shrine in Quito, at an altitude of 3,000 m

Das neue Heiligtum in Quito, auf 3000 m Höhe gelegen

 
 

Chicos esperan la llegada de la Mater

Children waiting for the arrival of the MTA

Kinder erwarten die Ankunft der MTA

 
 

La Hna M. Leticia (der.) y la Hna Montserrat con la imagen de la MTA

Sr. Leticia, and Sr. Montserrat carrying the MTA picture to the Shrine

Schw. Leticia (r.) und Schw Montserrat tragen das MTA-Bild zum Heiligtum

 
 

La cruz en la plaza del Santuario

The Cross at the square in front of the Shrine

Das Kreuz auf dem Vorplatz des Heiligtums

 

El obispo de Quito, Mons. Raśl Vela, en el Santuario

Bishop Raśl Vela of Quito in the Shrine

Bischof Raśl Vela von Quito im Heiligtum

 
 

Una familia de fiesta

A celebrating family

Eine Familie in Feststimmung

 
 

Gracias, Mater, por nuestro Santuario!

Thank you, MTA, for our new Shrine!

Danke, Gottesmutter, für unser neues Heiligtum!

Fotos: www.schoenstatt.ec © 2005

 

 

 

ECUADOR, P. Rafael Amaya/ams. La Familia de Schoenstatt ecuatoriana vivió una fiesta de la gracia de Dios, siendo bendecida con un nuevo lugar santo. Con alegría, ha recibido un Santuario de Ciudad, situado en las faldas del volcán Pichincha, con una ubicación verdaderamente envidiable en la ciudad de Quito. El 18 de junio se reiteró el 18 de octubre para esa ciudad... y tal vez más allá. Como ocurre en toda familia, cuando en Schoenstatt o en cualquier lugar del mundo "nace" un nuevo Santuario, la familia entera está de fiesta, y -como dijo una joven el día de la bendición del Santuario en Hungría- la Mater abre más ampliamente sus brazos, ”en cada Santuario del mundo!

El gran anhelo de la Familia de Schoenstatt de Quito se ha hecho realidad. El nuevo Santuario, a casi 3000 metros de altura, "colgado" del volcán Pichincha y camino de paso hacia el recién inaugurado teleférico, ha pasado a ser parte ya del famoso paisaje de esa hermosa ciudad, junto a la gran imagen de la Virgen alada de Quito, en el Panecillo, y la imponente basílica del Voto Nacional al Sagrado Corazón de Jesús, visibles también desde el lugar donde se ha establecido nuestra Madre María.

Los días previos fueron vividos con mucha emoción a medida que llegaban y se instalaban los elementos que integrarían el Santuario y que representan la centenaria tradición católica y el arte de la Escuela Quiteña: las tallas policromadas del símbolo del Padre, los apóstoles Pedro y Pablo y el Arcángel San Miguel, el altar tallado en San Antonio de Ibarra. Los vitrales simbolizan el amor y la fe del pueblo quiteño: de un lado la azucena, que representa a Santa Marianita, la Azucena de Quito, y del otro la Virgen Apocalíptica, más conocida como la Virgen de Quito, o de Legarda. Asimismo, el pasado, presente y futuro de Schoenstatt en Ecuador se encuentran plasmados en los vitrales laterales del altar: de un lado las manos del Padre Kentenich con la Patena y una palmera, que representan la consagración de la Familia de Ecuador por parte de él y al Santuario de Guayaquil, y del otro lado, una corona que representa al hermosísimo Santuario de Alangasí-Quito.

Un paso de confianza en Dios

Este sueño por fin se hizo realidad gracias al liderazgo del Padre Ricardo y los miembros de la Fundación José Kentenich, que llevaron a la Familia a dar un paso de confianza en Dios, encausando juntos todos los aportes necesarios para esta obra. Se contó también con el apoyo y respaldo de la comunidad de los Padres de Schoenstatt, concretamente a través de la dirección y la presencia del P. Mariano, Superior de la Provincia Pentecostés, que ha hecho muy cercano el acompañamiento de los Padres.

En la Misa de bendición la comunidad de los Padres de Schoenstatt estuvo representada por el P. Sydney, que viajó de Bogotá para participar de esta fiesta, mientras que desde Chile asistieron el P. José Luis (que trabaja en Antofagasta) y el P. Mariano. De Quito se hicieron presentes los Padres Rodrigo y Rafael, y de Guayaquil, el P. Eduardo, el P. Humberto y José Tomás Pérez, quien con su aporte realzó el coro y el ambiente.

Enseñar a otros a amar a Maria

Entre 300 y 400 personas acudieron a este bendecido momento, unas 100 venidas de Guayaquil. Asistieron también miembros de la Federación de Matrimonios de Chile, representantes de Colombia y la presencia infaltable de Sarita Ycaza trayendo el capital de gracias desde Miami.

El celebrante principal fue el Obispo de Quito, Mons. Raúl Vela. Junto con los miembros de la comunidad de los Padres de Schoenstatt, concelebraron también sacerdotes amigos y el Padre Hugo Vázquez, de los Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt.

La prédica del Obispo, expresada con mucho cariño y simpatía, estuvo centrada en María y el aporte de Schoenstatt a la comunidad. Expresó que los schoenstattianos allí no sólo quieren proporcionarle una educación a los chicos, sino que quieren conducirlos hacia su Madre, para lo cual han construido este Santuario... símbolo de compromiso para muchos y signo de responsabilidad frente a la Iglesia. Afirmó también que el Padre José Kentenich enseñó a sus hijos a amar a María, cosa que ellos han aprendido muy bien y, por tanto, están creciendo y enseñando a otros a amar a María.

El Santuario ya tiene Dueña

El ingreso del cuadro de la Mater al Santuario fue sin duda un momento hondamente emotivo. La Hermana Monserrat y la Hermana Leticia, Hermanas de María que trabajan en la ciudad de Quito, fueron las encargadas de llevar a la Mater a su lugar definitivo, no sin antes ser acompañada por una corte de honor compuesta por pequeñas apóstoles de María, que igual que Ella quieren llevar a Cristo a la comunidad, miembros de la Fundación, simbolizando la instrumentalidad de los hombres cuando están atentos a la voluntad divina, y por Ernesto Ribadeneira y María Fernanda Valdivieso, dos personas que son motivo de ejemplo para todos con sus vidas. A su paso, el cuadro recorrió un camino sembrado de pétalos de rosa –digno de nuestra Madre-, acompañada del repicar de campanas, anunciando al mundo entero que el Santuario ya tiene Dueña, y desde allí Ella invita a todos sus hijos a visitarla... Finalmente el cuadro fue colocado en el altar por dos chicos de la Juventud Masculina, Ignacio Cordero y Jorge Salgado, significando la audacia y la vida nueva que quiere tener este Santuario.

Posteriormente se presentó una cantata con el ballet Jachigua y se sirvió un refrigerio en medio de un intercambio familiar.

Fue muy hermoso el encuentro con tantos peregrinos de Chile, Colombia, y de distintos lugares de Ecuador. La familia ecuatoriana va creciendo y, dejándose conducir por el espíritu de Cristo, será un verdadero aporte para la Iglesia local...

Todos los domingos se celebrará allí la Eucaristía, para que Cristo se glorifique desde este lugar. Con certeza, muchos peregrinos arribarán en busca de "algo", que marca la tarea a futuro: brindarles ese lugar que el Padre Fundador soñó, un lugar donde se "anuncie el amor a la Santísima Trinidad".

Una hermana oyó alguna vez citar al Padre diciendo que nosotros los schoenstattianos tenemos tanta fe que podemos edificar un Santuario en las faldas del Vesubio. Así es, su familia de Schoenstatt tiene tanta fe que le construyó a María un trono de gracias en las faldas del volcán Pichincha, desde donde bendice a la ciudad, al Ecuador y al mundo.

Para conocer más sobre el nuevo Santuario, ver la página web: www.schoenstatt.ec

Con aportes de la Hna Maria Emilia Loor



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Last Update: 28.06.2005 Mail: Editor /Webmaster
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