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Jovenes de Alemania saludan al Santo Padre con entusiasmo
Young Germans enthusiastically greet the Holy Father
Jugendliche aus Deutschland grüßen begeistert den Heiligen
Vater
Foto: Schaich © 2005 |
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“Mi programa de gobierno es no hacer mi voluntad y no
seguir mis propias ideas, sino ponerme junto con toda la Iglesia a
escuchar la palabra y la voluntad del Señor y dejarme conducir por Él",
afirmó con firmeza el Papa Benedicto XVI en la homilía de la Misa
de inauguración de su pontificado.
“My real programme of governance is not to do my own will,
not to pursue my own ideas, but to listen, together with the whole
Church, to the word and the will of the Lord, to be guided by Him,
so that He himself will lead the Church at this hour of our history,” Benedict
XVI said in the Inaugural Mass.
“Das eigentliche Regierungsprogramm aber ist, nicht meinen
Willen zu tun, nicht meine Ideen durchzusetzen, sondern gemeinsam mit
der ganzen Kirche auf Wort und Wille des Herrn zu lauschen und mich
von ihm führen zu lassen, damit er selbst die Kirche führe in dieser
Stunde unserer Geschichte“, sagte Benedikt XVI in der Messe zum offiziellen
Beginn seines Pontifikates. |
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La imagen de personaje y duro con que lo bautizaron ciertos
medios de comunicación ha ido cambiando, gracias a su testimonio, por
la de hombre bondadoso, afectuoso y cercano.
The image of a distant and hard person that he was given
by the media has changed, thanks to his testimony, to that of the kind,
warm, close person
Das von manchen Medien verbreitete Image des harten, distanzierten
Menschen hat sich durch sein Zeugnis schnell gewandelt zu dem einer
warmherzigen, gütigen und menschenzugewandten Person.
Fotos: Rüttgers © 2005 |
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ROMA, P. Alberto Eronti. Ayer, 19 de mayo, se cumplió un mes
de la elección del Papa Benedicto XVI. Tras la catarata de información
previa y posterior al Cónclave, las referencias de los medios
sobre el nuevo Papa han ido decayendo, como era lógico de esperar.
Sin embargo algunas publicaciones o agencias religiosas han ido publicando
diversos artículos, con el afán de mostrar el "pensamiento
de Joseph Ratzinger" sobre temas muy diversos y de actualidad. Hoy
por hoy, hay como un impasse. Es como si se estuviera esperando "algo" que
todavía no aparece. ¿Cómo definir este "algo"? Benedicto
XVI, desde el día de su elección, no ha tenido tiempo
material para dedicarse a formular lo que llaman "su programa". Lo
que sí, ha debido dedicar largos tiempos a las llamadas entrevistas
protocolares; quizás ya anhele poder entrar en una cierta rutina
de trabajo y dedicación a la Iglesia.
La repercusión en el campo clerical es todavía incierta.
Nadie espera que el nuevo Papa sea como Juan Pablo II, pero hay algunas
cosas que sorprenden un poco, pongo dos ejemplos: el uso del latín
para algunas disertaciones y la insistencia de que los sacerdotes participen
con sotana y roquete en las celebraciones litúrgicas. ¿Es esto
signo de algo? Todavía es temprano para decirlo. Si se nota claramente
a nivel del pueblo que "el Papa" es lo verdaderamente importante. La
gente no se detiene en comparar sino que se centra en el ministerio: "el
Papa es el Papa", se oye decir. Quizás el Padre Fundador haría
referencia al "buen olfato del Pueblo católico".
Desafíos del tiempo presente
De todos modos, haciendo una síntesis de las publicaciones del último
mes, podríamos decir que se han perfilado temas ineludibles para
Benedicto XVI, hacia lo que se llama "ad intra" de la Iglesia. Cito seis
de ellos por ser los más repetidos.
- El reto de la diáspora, que se desglosa en tres reflexiones:
el futuro del cristianismo occidental, el fin del cristianismo convencional
y rasgos del cristianismo del futuro. Sin duda que dentro de este apartado
hay un cúmulo de desafíos ya instalados: indiferencia
religiosa, descreencia, relativismo ético, subjetivismo que
acarrea la incapacidad para creer y buscar la verdad objetiva, etc.
El resultado es la deserción de algunos o la marginación
práctica de Dios en la vida de muchos. Todo indica qué razón
tiene el Consejo Episcopal Latinoamericano que, para la V Conferencia
General, no pone en el centro una verdad teológica, sino a los agentes de
la pastoral. Es el tema del discipulado y de lo que San Pablo
formulara como "no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí". ¡La
identificación del discípulo con el Maestro!, la única "predicación" irrebatible,
se dice.
- El reto del ecumenismo, cuya reflexión se centra en
cuatro acentos: el escándalo de las divisiones cristianas, el
camino hacia la unidad, la Iglesia Católica y el ecumenismo
y el camino que queda por recorrer. Benedicto XVI se ha referido ya
a este tema varias veces en el mes, se nota que es una de sus ocupaciones.
- La descentralización de la Iglesia, es decir de su
gobierno marcadamente centralizado. Son muchas las voces que claman
por una mayor descentralización y colegialidad episcopal. Los
problemas concretos son tan diferentes en cada continente o países,
que se hace difícil que desde Roma se pueda pensar y legislar
para tanta complejidad y diversidad. Pongo un ejemplo tomado del periodista
español Juan Arias: "Recuerdo en este aspecto mi sorpresa
cuando en el Concilio Vaticano II fui a entrevistar a un famoso cardenal
africano. Le pregunté qué importancia iban a tener en África
las decisiones que estaba tomando el Concilio. "¿En qué parte
del África?". "¿Bueno, en su país?". "¿En qué diócesis
de mi país?". "Bueno, en la suya, por ejemplo". "¿En qué tribu
de mi diócesis?". Entendí la ironía. Sonrió y
tomándome la mano de joven periodista, me dijo: "Ese es el problema
de la Iglesia de Roma, que quiere legislar para todo el mundo, cuando
los problemas son diferentes hasta para cada comunidad de una misma
diócesis". ("El País", 5/4/05).
- La falta de presbíteros, que incluye: aporías
de una comunidad cristiana sin presbítero, ¿ordenación
de varones casados?, y el difícil dialogo que esto supone. Sin
embargo es un problema que no hay que enfrentar, se dice, sólo
con afirmaciones como: "El Señor sigue llamando". No se duda
de los nuevos y permanentes llamados, pero el problema está ahí y
es duramente concreto, afirman muchos.
- La mujer en la Iglesia. La reflexión transcurre por
estos tópicos: al principio no fue así, el malestar actual
y hacia un nuevo planteamiento. ¿Qué encierra todo esto? Es
difícil decirlo porque no hay una reflexión unánime,
pero el problema está instalado y no parece que vaya a disminuir.
- El ejercicio de la autoridad en la Iglesia, que acentúa
la corresponsabilidad, el respeto al pluralismo y la elección
de los pastores por el pueblo. De hecho hay una mayor conciencia de
que la familia de Dios, que son las iglesias diocesanas y parroquiales,
son "convidadas de piedra" en la elección del obispo como también
de sus párrocos, por ejemplo. ¿Es solucionable esto? ¿De qué manera?
Cada uno debe responder hoy y ahora por su fe
Como podemos ver, los temas no son para nada fáciles, sin embargo
lo peor que podría ocurrir es no tratarlos, no dialogarlos. Días
pasados me decían dos profesores universitarios: "Aunque las
conclusiones no sean las que algunos o muchos esperan, la Jerarquía
tiene que dejar al Pueblo de Dios con la experiencia y la sensación
real de que ha sido escuchado". Sin duda que la afirmación
tiene mucho de razonable, pero ¿cómo llevar todo esto adelante?
No se puede esperar todo de un solo hombre, el Papa. Pero los problemas,
si se niegan, se tornan más problemas, por ello debemos asumir
que "problemas son desafíos y tareas a resolver".
Decididamente, estamos ante grandes desafíos. Sería un
engaño esperar todo "desde arriba", desde la jerarquía.
Hay un aspecto irrenunciable, que es el de la responsabilidad personal
del bautizado ante su Señor y Maestro. La jerarquía tiene
su razón de ser y su misión, pero la Iglesia, como familia
de Dios, y cada uno de sus miembros tiene que responder hoy y ahora por
su fe. Si se decide reasumirla, ha de optar por la coherencia de vida,
de su vida personal llamada a ser anuncio y mensaje vivido.
El Santuario "Matri Ecclesiae", don de la Virgen para este Papa y sus
sucesores en el tercer milenio
Benedicto XVI no debe estar solo, toda la Iglesia ha de asumir los desafíos
del tiempo presente, lógicamente cada uno desde su sitio y opción
de vida. Otra vez vuelven a mi memoria las palabras del Acta de Fundación
de Schoenstatt, que indican también hacia la santidad de vida: "Ahora
tienen para ello la mejor oportunidad", decía nuestro Padre. ¿Será el
Santuario "Matri Ecclesiae" el don de la Virgen para este Papa y sus
sucesores en el tercer milenio? Así parece. En todo caso estamos
ante el desafío de avanzar hacia "la Iglesia de las nueva playas",
los temas citados y muchos otros son los desafíos de esta Iglesia
anhelada por el Padre Fundador, por lo tanto son nuestros temas.
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