Roma, San Pedro, vigilia de oración Rome, St. Peter’s, prayer vigil Gebetswache auf dem Petersplatz in Rom Foto: Donnelly © 2005

ROMA, P. Ludovico Tedeschi. El sabado por la noche el Santo Padre ha partido a la casa del Padre. Dolor, conmoción, gratitud y fe llenan nuestro corazón. Nos encontrabamos rezanodo el Santo Rosario en la Plaza San Pedro. La plaza estaba llena. Al terminar, nos dijeron de continar rezando en silencio. Me sorprendió que no nos invitasen a retirarnos en silencio como la noche anterior. A los pocos minutos el Arzobispo Leonardo Sandri anuncia la muerte del Santo Padre.

La gente con los ojos llenos de lagrimas: jóvenes, niños y adultos, religiosos. Muchos nos pusimos de rodillas. Rezamos juntos "De profundis" junto al Cardenal Sodano y luego se hizo un silencio conmovedor. Lo unico que se escuchaba era el rumor del agua de las fuentes. "El Santo Padre ha sido llevado a la casa del Padre", "está unido a Cristo Resucitado, "todos nos sentimos un poco huerfanos... " "Ahora con su oración el intercede desde el cielo por nosotros .." " Lo encomendamos a Maria, nuestra tierna Madre". Fueron los comentarios, llenos de emoción, antes de comenzar de nuevo a rezar el Santo Rosario.

Todo suyo para siempre

Es verdad, nos sentíamos un poco huérfanos y a la vez profundamente unidos a él. Un hombre de Dios. Un Papa que nos hizo sentir que nos queria a cada uno de nosotros, a cada pueblo. Un Papa que luchó por la paz, por la verdad, por la libertad de los pueblos. Increiblemente cercano a los jóvenes. Fue impresionante verlos llorar en la plaza, como niños. Un Papa tan cercano a nuestro carisma. Un Papa que seguramente recibirá el título de Magno. Tantas veces nos confió a Maria ahora también nosotros lo ponemos en sus manos, para que Ella lo haga "todo suyo", para siempre.