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„No tengan miedo“: Cartel en Roma, en agradecimiento “Do not be afraid”: Poster in Rome, a sign of gratitude “Habt keine Angst!” – Ein Plakat in Rom zum Dank für Johannes Paul II. |
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Santuario Cor Ecclesiae, Roma, después de la Misa de Alianza, 17 de abril Cor Ecclesiae Shrine, Rome, after Covenant Mass, April 17 Nach der Bündnismesse im Cor Ecclesiae-Heiligtum, 17. April |
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Intercambio: recuerdos de la visita de Juan Pablo II Sharing memories of John Paul II’s visit Erinnerungen an den Besuch von Johannes Paul II. |
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Un día de lluvia en Roma A rainy day in Rome Ein regnerischer Tag in Rom |
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Visita a San Pedro, por la noche: paz y melancholía Visit to St. Peter’s, at night: peace and a certain melancholia Ein Besuch am Abend: Frieden und ein wenig Traurigkeit Fotos: Donnelly © 2005 |
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ROMA, Simon Donnelly. Hoy cayó una lluvia torrencial sobre la Plaza San Pedro: al momento de cruzarla, este mediodía, bajo un cielo plomizo, tan sólo un grupito de audaces peregrinos, protegidos por sus paraguas, formaban fila para visitar la tumba de nuestro Santo Padre Juan Pablo II. Todo parece estar dispuesto ya para el cónclave de mañana.
Atravesando la piazza, caminé por la Via delle Fornaci — ¡una calle de locos peligrosísima para los peatones! hacia la Embajada de Rusia, donde proseguí por la Vía Apia rumbo al Santuario Cor Ecclesiae. Una vez más, como todos los meses, nos reunimos para celebrar el Día de Alianza. Hoy, la Hna. Lisianne Braunbeck nos llevó a conmemorar la vida del Santo Padre, Juan Pablo, a través de una magnífica presentación de imágenes y sonido, con muchísimas fotos de nuestro querido Papa, y muy particularmente, a través del video de su visita tan preciada al Santuario Cor Ecclesiae en el Año del Jubileo 2000.
Acción de gracias por la vida de Juan Pablo II
En ese video, al Papa ya se lo ve encorvado y con sus manos temblorosas, pero con una paz tan grande dentro del Santuario. Tan lleno de gracias y de santidad como siempre, incluso bromeando con la gente, bendiciendo a cada uno de los peregrinos y regalándoles un rosario. Las campanas del Santuario resonaron vivamente conmemorando su visita, tanto a su llegada como a la hora de partir. Lo acompañaba Monseñor Dziwisz, su fiel colaborador a lo largo de 40 años.
La Hermana planteó su vida como una gran celebración Eucarística, incluyendo el confiteor, el ofertorio, la consagración, la acción de gracias, brindándonos una nueva luz sobre el significado que tiene su vida para nosotros.
A continuación, como es habitual, se celebró la Santa Misa. Leímos en voz alta unas breves palabras personales de gratitud escritas ante la partida del Santo Padre, o referidas a él. Depositamos estos papelitos en el ánfora del Santuario, como símbolo de nuestra acción de gracias por su vida.
Renovación de Alianza en el Santuario Cor Ecclesiae
Al finalizar la Misa, renovamos juntos nuestra Alianza. Tras compartir una cena deliciosa, llegó un mensaje de un Guardia Suizo que visita frecuentemente el Santuario, pidiéndonos que rezáramos mucho para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales. Lentamente nos fuimos dispersando hacia nuestros respectivos lugares.
Crucé otra vez la piazza, ahora en penumbras. Todavía podían verse allí peregrinos y turistas. Una única luz iluminaba el cuadro de Nuestra Señora, el Totus Tuus de Juan Pablo, en los apartamentos. La ventana del Santo Padre estaba a oscuras, obviamente, no sólo porque él ya no se encuentra más entre nosotros sino también porque las habitaciones papales han sido selladas a fin de que nadie pueda ingresar a ellas hasta que haya un nuevo Pontífice.
Descubrí otro cartel más, agradeciendo al Papa por su vida entre nosotros, recordándonos las primeras palabras que nos dirigiera: "¡No tengáis miedo!". Todo se haya dispuesto ya para el cónclave. Sólo faltan allí los cardenales, y más que nada ni nadie: ¡el Espíritu Santo! ¡No tenemos miedo!
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