Charla del P. Juan José Riba Talk: Fr. Juan José Riba Vortrag von P. Juan José Riba
Rosita Alvarado se encanta con el hermoso y muy simbólico arreglo del escenario, la planta de calabaza que usó de metáfora D. Joao para enseñarnos la unión que debemos tener con el Santuario.  Rosita Alvarado enjoys the beautiful stage decoration Rosita Alvarado hat besondere Freude an der ansprechenden, symbolreichen Bühnendekoration
La Peregrina Auxiliar de Córdoba sostenida por cordobesas y bendecida por Monseñor Ivo The Auxiliary of the diocese of Cordoba, blessed by Bishop Ivo Lorscheiter Die Auxiliar der Diözese Cordoba wird von Bischof Lorscheiter gesegnet
Testimonio del matrimonio de Mercedes y Fernando Bonorino Testimony of Mercedes and Fernando Bonorino Zeugnis von Mercedes und Fernando Bonorino
Ermita en la casa de Don Joao Wayside shrine at John Pozzobon's house Bildstock am Haus von Joao Pozzobon
Los peregrinos de Córdoba en la Tumba de Don Joao The pilgrims from Cordoba at the tomb of John Pozzobon Die Pilger aus Cordoba am Grab von Joao Pozzobon
Recordatorio del lugar histórico de la Iglesia de Todas las Gracias : Hna M. Teresa Etcheverry de Argentina A souvenir from the Church whre John Pozzobon was baptized: Sr. Maria Teresa from Argentina Eine Erinnerung von der Kirche, in der Joao Pozzobon getauft wurde: Schw. Maria Teresa aus Argentinien
Daniela, nieta de Don Joao junto a las cordobesas Daniela, the niece of John Pozzobon, with the group from Cordoba Daniela, Enkelin  von Joao Pozzobon, mit der Gruppe aus Cordoba
Diario de Santa Maria Newspaper from Santa Maria Titelseite der Tageszeitung von Santa Maria Fotos: Alvarado © 2004

BRASIL/ARGENTINA, Rosita Alvarado/mkf. "Al llegar a Santa María por tercera vez siento que la Mater me vuelve a elegir como su misionera, hay tres palabras que rondan mi corazón: irrupción, misión y maravillas", escribe Silvia Masini, de Argentina, al volver del Congreso Centenario de Don Joao que se llevó a cabo del 3 al 6 de septiembre. Una de las delegaciones más grandes que participaron del Congreso en Santa María, Brasil, para celebrar el centenario de nacimiento de Joao Pozzobon, fue la de Argentina, donde la Campaña nació en 1983 a través de Don Joao y del Padre Esteban Uriburu, a quienes muchos llaman el "San Pablo" de la Campaña. Si Don Joao le regaló profundidad a la misma, el P. Esteban le regaló amplitud, dice el Padre Juan José Riba en una reflexión posterior dirigida a la Campaña argentina. Los misioneros de ese país comparten sus experiencias sobre el Congreso en Santa María.

"Emprendimos con gran entusiasmo y emoción el viaje hacia el Santuario Tabor," dice Rosita Alvarado. "Las que ya lo conocíamos, sabiendo "lo maravilloso que es estar allí", y las que iban por primera vez, con el corazón abierto a todas las riquezas que seguro iban a encontrar! Fuimos encontrándonos en el microbus en viaje a Buenos Aires, de Marcos Juárez y de San Francisco. Todos los peregrinantes nos reunimos para partir juntos en un colectivo. Allí, prácticamente, estuvo representada toda nuestra República Argentina: San Luis, Tucumán, Córdoba, Provincia de Buenos Aires, Capital Federal, San Juan y Mendoza, acompañados por la Hna. María Teresa Etcheverry y el P. Guillermo Cassone, en total, 42 personas.  Todos felices y ansiosos por llegar... Esto ocurrió luego de 16 horas de viaje, y todo cansancio se borró al llegar al Santuario!!!

Y ahí la emoción no nos abandonó, las lágrimas siempre estaban en nuestros ojos, no había distinción entre mujeres ni hombres, ya sea el Padre Daniel o Luis, quienes por primera vez pisaban esta "tierra santa". El cansancio no impidió que a la tarde visitáramos la Iglesia de Las Gracias, en Ribeirao, y la casa natal de Don Joao.

La naturaleza estaba vestida con sus mejores galas para recibirnos, las orquídeas y azaleas nos transportaban al "paraíso". Ya ese era un gran regalo!!! Pero, era sólo el comienzo... Todo el Congreso fue una maravilla!!! ¡¡¡Cuánta riqueza!!!"

Todo lo hacía por amor

"Las Palestras o Conferencias, los testimonios, nos llevaron de la mano a recorrer junto a Don Joao los caminos de esta "esforzada Campaña" y su vida llena de santidad.

Quiero sintetizar algo de lo que recibí:

- La importancia del Santuario para Don Joao. No podía estar sin visitarlo diariamente. En una oportunidad que no estaría en Santa María le dejó a la Hermana sacristana un papelito con su nombre, para que lo pusiera en el banco en que siempre rezaba.

- Su humildad y simplicidad. Sus hijas nos dijeron: "este homenaje lo hubiera hecho sentir incómodo, no le gustaba ni la distinción ni los honores, todo lo hacía por AMOR".

- Su audacia. Los inconvenientes no le hicieron abandonar esta hermosa  y ardua tarea. Y con la presencia del Padre Esteban Uriburu se hizo posible esta "invasión mundial".

Aquí y ahora

"Ñandejhá" nuestro Padre Antonio nos lo dijo en guaraní, ahora nos toca a nosotros.

"Carrera de postas": tomamos hoy la posta (el testimonio que se entrega en una carrera de varios integrantes y etapas), pero no para tenerla para siempre, sino para entregarla al próximo.

"Identidad": saber que nos llamamos Silvia, Rosa, o Juan José, pero nuestra identidad es: Soy misionero de la Virgen de Schoenstatt. 

El corazón sigue pleno y con la tarea de transmitir, aunque sea un poquito, de todo lo recibido. Y extrañando el despertar, al alba, con el canto del ruiseñor, en esa bendita tierra de Santa María."

Un encuentro internacional fraterno de misioneros

El Padre Juan José Riba , Asesor Nacional de la Campaña del Rosario, en una carta a los misioneros destaca tres impulsos de lo vivido:

"Lo primero que quiero rescatar es que fue un encuentro de hermanos misioneros que vinieron de 14 países distintos. Si bien en los corrillos se escuchaba hablar portugués, español, alemán, inglés, todos hablábamos el que nos enseñó Don Joao: el del amor a la Peregrina. al Santuario, a la misión recibida por las familidiomaias. Esta experiencia fraterna fue creciendo día a día y creo que tuvo su pico emotivo más fuerte en el rosario internacional preparado por Argentina. Ahí pudimos rezar y cantar en varios idiomas y sentir la unidad que nos regalaba el Espíritu Santo. En la mesa se podía sentar uno con chilenos, colombianos, paraguayos y escuchar cómo la Peregrina estaba haciendo milagros en esos lugares. Fue algo muy fuerte que nos recordaba que como misioneros seremos fecundos si nos unimos unos a otros, admiramos lo que hace la otra persona, la apoyamos y peregrinamos juntos.

En ese sentido fue muy hermoso contemplar cómo a Hermanas, Padres, Hermanos de María, laicos nos unía un mismo amor a la Campaña y a Don Joao.

Por eso la comunión entre todos es una tarea y un regalo que debemos cuidar y acrecentar. En el Congreso nos dimos cuenta que la fraternidad es esencial para que la Campaña sea fecunda. Si la gente ve como nos apreciamos, valoramos unos a otros, nos corregimos con delicadeza, en definitiva, como nos amamos incondicionalmente, entonces seremos más fecundos en esta tarea que nos une por encima de barrios, ciudades y países.

El centro del Congreso: el encuentro con Don Joao

Sin lugar a dudas el corazón de este Congreso fue el encuentro con Don Joao. Desde el acto de apertura donde un nieto de él, que se le parece mucho físicamente, entró llevando la primera Peregrina y la colocó en el frente del salón, pasando por las conferencias, las misas, las oraciones, los diálogos en la mesa, en los corredores y habitaciones, hasta el acto de cierre que lo celebramos frente al Santuario cantándole el cumpleaños feliz a Don Joao, todo nos hablaba de él. Creo que en estos días se sintió como si estuviera caminando entre nosotros y se hiciera realidad aquella palabra que dijo alguna vez: "aún muerto seguiré caminando entre ustedes".

El lugar mismo nos hablaba de él. Muchos visitaron su pueblo natal de Ribeirao, hicieron peregrinando el vía crucis hasta la Vila Nobre da Caridade, visitaron el cementerio donde reposa junto a sus dos esposas. Casi diría que hasta el clima nos ayudó a recordarlo ya que en los días del Congreso sopló el famoso viento norte brasileño que es una especie de zonda, esto es, un viento caliente, que exige mucho más físicamente de cada uno: nos decíamos unos a otros con viento norte, con lluvia, con frío, el burrito seguía llevando a la Peregrina a las familias.

Todo esto lo envolvía a uno en una atmósfera santa que elevaba el espíritu y nos hacía sentir presente a este hombre sencillo y humilde, con corazón de "crianza" (niño) que era un gigante del espíritu.

En este contexto no quisiera olvidar las conferencias que nos ayudaron a comprenderlo en su vida y actuar y nos desvelaron el misterio de su alma y las razones de su fuerza espiritual.

La misa de cierre fue presidida por el obispo diocesano de Santa María, Monseñor Helio, el cual exaltó en su prédica la figura y misión del diácono y peregrino. El Congreso terminó frente al Santuario Tabor, donde se realizó la acción de envío. Mientras cantábamos se abrió la puerta del Santuario y salió el nieto de Don Joao con la Peregrina en su hombro. Fue un momento muy emotivo ya que nos recordaba el origen de la Campaña y nos llamaba a ser nosotros los nuevos Joaos que debían llevan a la Peregrina en este nuevo milenio.

La Campaña en Argentina fue como el hijo de la ancianidad de Don Joao. Por eso permanecemos con sencillez unidos a él sabiendo que el camina junto a nosotros.

Un gran ausente que sin embargo estuvo presente

Hacia el final del encuentro presentó Argentina en un video la Campaña en nuestro país. Quizás lo más conmovedor fue escuchar la voz de Don Joao y del Padre Esteban en la primera peregrinación a Santa María que fue rematada con una plática de él donde afirma que "la Virgen está preparando una gran invasión, que ha desembarcado y quiere invadir todo con su presencia y su amor".

Quizás el P. Esteban fue el gran ausente pues se habló poco de él. En el fondo, así tenía que ser pues era el Congreso de Don Joao. Pero todos sentimos profundamente que él también estaba presente y que se alegraba con todos nosotros por aquello que él había visualizado como profeta hace ya más de 20 años: la Campaña sería mundial e inundaría el corazón de los hombres de todas las razas y pueblos. Al P. Esteban le tocó la gran tarea de descubrir esta joya de Don Joao y la Peregrina y mostrarla a los pueblos, partiendo por Argentina. Si el cristianismo primitivo tuvo a San Pablo para extenderlo al imperio romano, la Campaña tuvo al P. Esteban para llevarlo a todos los pueblos.

La Campaña en Argentina fue generada por el aporte de estos dos hombres: si Don Joao le regaló profundidad, el P. Esteban le regaló amplitud. Ese espíritu queremos mantener vivo en nuestra Campaña argentina. Es nuestro gran aporte a la Campaña internacional, el tesoro que Dios nos pidió que cuidemos y acrecentemos".

Como en el Tabor

"Me sentí realmente como en el Tabor", cuenta una misionera de Córdoba. "Y ni hablar de todo lo que aprendí, realmente ninguna "palestra" tuvo desperdicio. Y el poder estar con miembros de la familia Pozzobon fue maravilloso. Fui a la casa de Vilma y Ely (sus hijas) y conversando un poquito de todo, les comentaba que yo siempre pensaba en la misión de la esposa de Joao que lo acompañó a lo largo de la Campaña porque me parecía que no debe haber sido fácil acompañar a un hombre que siempre estaba afuera, haciendose cargo de siete hijos. Les aclaré que en muchas oportunidades me tocó quedarme sola a cargo de todo en casa, y las cosas más difíciles ocurrían entonces: accidentes domésticos, cirugías de urgencia, etc. Me impactó muchísimo cuando me contestaron que jamás ninguno de ellos ni siquiera se enfermó cuando el padre salía con la Mater. Obviamente fue la Mater quien tuvo cuidados maternales con la familia de Joao, cuando él salía a servirla. ¡Qué reconocida que fue la Mater con don Joao realmente!"