Nachrichten - News - Noticias
 published: 2004-09-21

"El Señor ha sido grande con nosotros y estamos alegres…"

Volver a gustar los días de gracia y de fuego

Han pasado ya doce días desde la bendición del Santuario de Belmonte...

Twelve days since the blessing of the Shrine in Belmonte

Schon zwölf Tage sind es seit der Weihe des Heiligtums in Belmonte

 
 

Ponderar lo vivido: la presencia de la jerarquía...

Pondering the experiences: the presence of the hierarchy

Nachkosten: die starke Präsenz der Hierarchie

 
 

Ponderar lo vivido: la presencia de la familia

Pondering the experiences: the presence of the family

Nachkosten: die Präsenz der ganzen weltweiten Familie

Fotos: POS Fischer © 2004

 
 

Llevar la Iglesia al corazón de Schoenstatt

Bringing the Church to the heart of Schoenstatt

Die Kirche ins Herz Schönstatts bringen

 
 

El Santuario de todos nosotros

The Shrine of all of us

Unser aller Heiligtum

 
 

La entrega de todos nosotros

The commitment of all of us

Unser aller Beiträge

 
 

Familia internacional

International Family

Internationale Familie

 
 

Omnia Matri Ecclesiae

Omnia Matri Ecclesiae

Omnia Matri Ecclesiae

Fotos: Reid © 2004

 

 

 

ROMA, P. Alberto Eronti. Han pasado ya doce días desde la bendición del Santuario de Belmonte. Fueron días de desaceleración y de regresar al ritmo de vida más normal, ya que las semanas previas al triduo fueron de un trabajo intenso, sin pausas. Al paso del tiempo y al peregrinar una y otra vez al Santuario - ¡qué sorpresa fue ver todo tan vacío, tan en silencio, con tanta amplitud visual! - inicié la tarea de revivir, de volver a gustar lo que fueron esos días de gracia y de fuego. Todo evento importante implica una larga preparación; el hecho en sí es comparativamente breve, por lo que en el después se hace fundamental "ponderar" lo guardado en el corazón y en la mente, según el "uso" de María que nos enseña el Evangelio.

La noche del día 7 tuvo su "magia". Cuando veía a los peregrinos entrar a la ciudad del Vaticano como "a su casa", portando símbolos propios, cuadros, etc, pensaba en las palabras de Juan Pablo II: "La Iglesia debe ser la casa de todos los hombres y de cada hombre". Cuando la noche cayó sobre Roma, cada candela se agrandó y todas juntas formaron un luminoso mar de fuego. Recordé espontáneamente el "mandato" de nuestro Padre: "Id y encended el mundo". Hace tiempo aprendí que orar en un lugar es poseerlo, creo que aquella noche se nos dio la posibilidad de poseer más a la Madre Iglesia y ser poseídos y abrazados por ella. ¡Lástima grande que el Papa no estuviera en su residencia vaticana! La noche tuvo mucho de Cenáculo, de espíritu pentecostal: la Familia estaba reunida y María, la Madre de Jesús, ocupaba el centro alentando y sosteniendo nuestra oración. Las lenguas eran varias, pero todos entendíamos el lenguaje del corazón. Cuando San Pedro, la plaza del mundo, fue colmada por la Familia, el fuego se hizo Santuario en el corazón de la Iglesia. Fue como si el Padre nos dijera: "Encended a la Iglesia con el fuego de María".

El Tabor de las glorias de Maria

El día 8 amaneció con un sol radiante, a pesar de que en la noche anterior había caído una tenue lluvia sobre Roma. Llegué a Belmonte al mediodía, en ese momento las únicas personas que se veían, un centenar, eran los que tenían diferentes tareas y encargos que realizar. Aprovechando que mi trabajo comenzaba algo más tarde, recorrí el lugar dejando que las impresiones se me grabaran interiormente. La gran tienda, como de circo, se levantaba blanca sobre el cielo azul. En torno al Santuario, celosamente cuidado por Nivaldo Abram, había otras tiendas pequeñas para proteger del sol a determinados grupos. Así lo primero que pensé fue en la imagen del Tabor, la primera figura bíblica que nuestro Padre usara para el Santuario el 18 de octubre de 1914. ¡El Tabor de las glorias de María! Sí, todo indicaba que sería una luminosa experiencia de Tabor, la que se nos regalaría como Familia Internacional.

Se completa el cuarto hito de la historia de la Familia

Hacia las 14,00 comenzaron a llegar los primeros ómnibus, eran nuestros hermanos de habla alemana que madrugaban para "estar" en el lugar y comenzar a vivirlo. Poco después la entrada de gente fue incesante. El sol se hacías sentir, lo que hizo que muchos buscaran la sombra de los árboles, o del terraplén o de la gran tienda. A la hora indicada unas 3.000 personas estaban listas para vivir la ceremonia de bendición. No voy a detallar lo que fue aquello ya que se informó detalladamente por medio de las páginas de "www.schoenstatt.de". Lo que importa es el hecho que nos reunía: la bendición del Santuario, promesa-regalo de la Familia al Padre y que él aceptara con alegría, incorporándolo en su visión y estrategia para que la Familia sirviera con amor a la "Iglesia de las nuevas playas". Con la construcción del Santuario de Belmonte se completa el cuarto hito de la historia de la Familia: la victoriosidad divina. La construcción de este Santuario, como la liberación del Padre de su exilio, ocurrió de tal manera que nadie puede dudar que fue iniciativa de la Madre tres veces Admirable. ¡Más de 30 años esperando este día! Fue como si la Familia hubiese sido llamada a cruzar su Mar Rojo y atravesar su Sinaí, hasta poder entrar a la tierra prometida. Lo que vivimos aquel día quedará en la memoria de todos los presentes, como un día de gracia: María descendiendo a su Santuario Matri Ecclesiae; la Iglesia, representada en la jerarquía y en el pueblo de la alianza, recibiendo a la Madre y Educadora con amor y esperanza.

"La vivencia más internacional que tuve en Schoenstatt"

Uno de los comentarios más reiterados que escuché fue: "Esta ha sido la vivencia más internacional que tuve de Schoenstatt". Algunos de los que estuvieron en 1985, agregaron: "Aquella vez fue algo más ‘nuestro’ en el corazón de la Iglesia, esta vez no: vinimos para la Iglesia, vinimos para decirle que la amamos con el corazón de María, que la amamos con el amor de nuestro Padre". No podría decir yo nada más claro que estas palabras oídas en el anochecer del día de Belmonte. Las palabras del Cardenal Camillo Ruini confirman esta sensación fuerte dejada por el Espíritu. Palabras que encierran una exigencia de fidelidad al Fundador y por eso a la Iglesia.

¡Desde 1985 la Familia no se encontraba masivamente con el Santo Padre!

El día 9 la cita fue en Castelgandolfo, en la casa veraniega del Papa. La preparación inmediata de la audiencia tuvo la alegría y la expectativa normales de algo que ocurre muy de vez en vez. ¡Desde 1985 la Familia no se encontraba masivamente con el Santo Padre! De las palabras de Juan Pablo II a la Familia, me impresionaron tres acentos. El pedido que Schoenstatt asuma una clara responsabilidad por el mundo y la realidad social. La referencia a la familia y, con ella, al Santuario del Hogar. La centralidad que el Papa señala de la cruz y María en la historia de la Familia. No faltaron quienes me dijeron que "el discurso no fue del Papa". Es cierto, lo escribió uno de sus ayudantes en función de lo que se le había informado de parte nuestra. Pero, cuando el Papa asume como propio lo que dice, es el Espíritu -por el Vicario de Cristo - quien lo dice y así hemos de recibirlo, ponderarlo y vivirlo.

Dilexit Ecclesiam

Creo firmemente que lo vivido los días 7, 8 y 9 de septiembre señala un "punto de inflexión". Lo formulo con mis palabras: Si el primer siglo schoenstattiano fue, por la misteriosa conducción divina, un tiempo "hacia dentro" en la formación de la Familia, el segundo siglo de Schoenstatt parece estar llamado a ser un profundo y comprometido, "Dilexit Ecclesiam". Descifrar cómo concretar este amor, será el obrar de María y el Padre Fundador en el interior de cada uno y de todos los hijos de Schoenstatt; como también nuestro esfuerzo alegre y esperanzado para encontrar los caminos de nuevo y fecundo amor. "Alegres por la esperanza y seguros de la victoria, con María hacia los más nuevos tiempos". ¡Qué así sea!

P. Alberto E. Eronti



Zurück/Back: [Seitenanfang / Top] [letzte Seite / last page] [Homepage]

Last Update: 21.09.2004 Mail: Editor /Webmaster
© 2004 Schönstatt-Bewegung in Deutschland, PressOffice Schönstatt, hbre, All rights reserved, Impressum