Ordenación sacerdotal y diaconal en Bellavista, Chile Deacons' and Priests' Ordination in Bellavista, Chile Diakon- und Priesterweihe in Bellavista, Chile
Imposición de manos, por parte de los padres y sacerdotes presentes Imposition of hands, by the Schoenstatt Fathers and priests present Handauflegung durch die anwesenden Schönstattpatres und Priester
Más de 1.200 personas participaron More than 1,200 persons participated Über 1200 Menschen nahmen an der Weihefeier teil Fotos: Berg  © 2004

CHILE, Mónica Berg/pps. Bellavista se vistió de fiesta. Por la imposición de las manos del Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo de Santiago, recibió la ordenación diaconal José Luis Zabala Meruane, y el sacerdocio: Fernando Adriazola Barroilhet, Darío Balbontín Spoerer e Ignacio Camacho Valdés, todos chilenos y de un mismo curso, luego de diez años de preparación. La celebración fue el 27 de marzo de 2004 a las 11.00 hs. en el Santuario de Schoenstatt de Bellavista. La Sta. Misa que presidió el Cardenal, fue concelebrada por más de 50 sacerdotes.

"¡Está tan lindo Bellavista!, la cordillera detrás del Santuario, los pinos, el césped…," fue la impresión de muchos que se acercaron al lugar de la ordenación. Desde la Casa Provincial de los Padres, se dirigieron en procesión y en silencio los Padres de Schoenstatt, los seminaristas, los postulantes y finalmente los jóvenes que serían luego ordenados. Hicieron un alto en el Santuario y siguieron hacia la Iglesia del Espíritu Santo. El día estaba precioso, con un sol radiante. En el camino hacia la Iglesia se fueron uniendo otros sacerdotes, amigos del tiempo de estudios, de la infancia. Por los parlantes se podía escuchar al P. Mauricio Cox, guía de la ceremonia, quien fue haciendo la presentación de los diáconos Fernando Adriazola, Darío Balbontín, Ignacio Camacho y de quien recibiría el diaconado: José Luis Zabala.

Una celebración con más de mil personas

Llenaban la Iglesia cerca de mil doscientas personas, familiares, Hermanas de María, compañeros de universidad y colegio, mucha juventud de todo Chile, y visitas especiales de Sudáfrica, la India, Italia, Alemania, Ecuador, la Argentina, etc. Se respiraba un ambiente de alegría, de gozo y de agradecimiento en el rostro de todos. Hubo un coro hermoso, con flauta traversa, piano y guitarra dirigido por un seminarista de la comunidad, que acompañó la ordenación con música y oración.

"Venimos a decidirnos nuevamente a ser como cera en tus manos, para que puedas enviarnos como instrumentos a pastorear tu rebaño según tus deseos" (Hacia al Padre, 140), fue el encabezado de la invitación.

El mundo de hoy necesita al Buen Pastor y pastores buenos

El Cardenal, en su homilía, les habló del Buen Pastor:

"Los signos de los tiempos claman por pastores que, a semejanza de Cristo, tengan compasión por las ovejas que vagan desorientadas, porque no encuentran a su Pastor. Los hombres y las mujeres en nuestra patria tienen nostalgia de Dios. Lo buscan y lo anhelan profundamente. Quieren la felicidad que Él proclamó en el sermón de la montaña. La quieren plena, pero la buscan a migajas, ilusoriamente; también en las fugas del alcohol y de la droga, donde no se halla. Pero como la cierva busca corrientes de agua, así el corazón humano busca a Dios; así tiene sed de Él y lo necesita. A pesar de las múltiples ofertas, aun cansado, sigue buscando, porque no lo satisface ni el placer ni las alegrías que se marchitan. Desde lo más profundo, anhela ‘esa tierra cálida y familiar, que el Amor eterno se ha preparado, donde manos bondadosas se juntan en oración y alivian dolores, donde resplandece la libertad y la alegría’; anhela cielos nuevos y tierra nueva, una nueva humanidad. Para conducir a esa tierra prometida, que es la Familia de Schoenstatt y que son otras familias carismáticas y comunidades cristianas a las que servimos, que es toda la Iglesia, Familia de Dios, y que es en su plenitud el cielo, los ha llamado el Señor".

La figura del Buen Pastor estuvo presente en las lecturas, las oraciones, las canciones. Cada uno de los que serían ordenados sacerdotes llevaba bordada en su estola la imagen de Cristo, Buen Pastor, en medio de las ovejas, conduciéndolas hacia las fuentes de agua viva.

Es Jesús quien nos ha llamado a cada uno por su nombre

Al final de la Eucaristía el P. Fernando Adriazola, dirigió unas palabras de agradecimiento a sus familias, a la Comunidad, a sus superiores, formadores, etc. Comenzó agradeciendo a Dios por el don del sacerdocio y lo hizo con las palabras de San Pablo:

"‘Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales y celestiales… Él nos ha elegido en la persona de Cristo para ser en Él santos e irreprochables por el amor’ (Col. 1, 1ss)". Y luego prosiguió:

"Con estas palabras de San Pablo a los Colosenses quisiera comenzar este agradecimiento, pues en Cristo hemos sido elegidos para ser santos e irreprochables en el amor, y esto es motivo para bendecir a Dios de corazón. Es Jesús quien nos ha llamado a cada uno por su nombre y que hoy nos recibe como diácono y sacerdotes, por la imposición de manos de nuestro Cardenal. A usted muchas gracias por acogernos en el orden sacerdotal en nombre de Cristo y de nuestra Madre Iglesia".

La Sta. Misa duró unas dos horas, y después de acompañar a los recién ordenados en procesión al Santuario a consagrarse a María, todos los asistentes compartieron con ellos en un salón un refrigerio, para saludarlos y felicitarlos. El domingo 28 celebraron su primera Sta. Misa en el Santuario de Campanario, Santiago, para luego recibir personalmente a quienes quisieran recibir la bendición especial de los nuevos sacerdotes.

Otras ordenaciones sacerdotales de Padres de Schoenstatt: 6 de marzo, fue ordenado en Miami el P. Jesús Ferras; el 17 de abril, Tiago Frescata será ordenado en Lisboa, en la Iglesia de Santa María de Belén, por manos del Cardenal Patriarca de Lisboa, el 24 de abril Juan Barbudo será ordenado en Madrid.