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 published: 2004-03-16

"¡Es la hora de la Obra Familiar! ¡Ha llegada la hora de la Liga!"

Jornadas Nacionales de Jefes diocesanos de la Obra Familiar en la Argentina, 6 y 7 de marzo de 2004

Vista de los asistentes a las Jornadas de Jefes de Rama de Obra Familiar

View of the participants in the Leaders' Convention of the Family Movement

Blick auf die Teilnehmer der Jahrestagung der Diözesanverantwortlichen der Familienbewegung

 
 

Las familias en el encuentro con el Padre; atienden, pese a  la lluvia, la Hna Catalina y la Hna Madeleine

Encounter of the families with the Father and Founder, in his statue; despite of the rain, Sr. Catalina and Sr Madeleine accompany them.

Begegnung der Familien mit dem Vater bei der Vaterstatue. Trotz des heftigen Regens bleiben Schwester Catalina und Schwester Marie Madeleine bis zum Schluss da.

 
 

El matrimonio que portó la corona, los tucumanos Antonio y Lilian Haskour, observan atentos el encendido del fuego.La lluvia no cesa...

The couple that carried the crown, Antonio and Lilian Haskour, are watching the fire threatened by the rain.

Das junge Ehepaar Antonio und Lilian Haskour aus Tucumán beobachtet aufmerksam das vom Regen bedrohte Feuer.

 
 

Los Viudez y los López,  en la Iglesia de Dios Padre encomiendan a la MTA, los matrimonios de Corrientes, en particular, y todos los Proyectos que les son confiados

The Viudez and López, in the Church of God Father entrusted the couples of Corrientes and all the projects entrusted to them, to the Blessed Mother

In der Gott-Vater-Kirche vertrauten Ehepaar Viudez und Ehepaar López der Gottesmutter die Familien von Corrientes und alle ihnen anvertrauten Projekte an.

Fotos: López © 2004

 
 

La corona de la Obra Familiar

The Crown of the Family Movement

Die Krone der Familienbewegung

Foto: Bulfón © 2004

 

 

 

ARGENTINA, Melba y Pedro López. El 6 y 7 de marzo se realizó la jornada anual de los jefes de Rama diocesanos de la Obra Familiar en Nuevo Schoenstatt, junto al Santuario nacional. "¡Es la hora de la Obra Familiar!", fue una de las conclusiones, en tiempos que amenazan y complican la vida familiar. Es la hora la Liga, el brazo extendido de Schoenstatt para llegar más ampliamente a la transformación del mundo. En el pensamiento del Fundador, la Liga tiene como finalidad mover apostólicamente al mundo.

A comienzos de marzo en la Argentina todavía es verano. Junto al Santuario de Nuevo Schoenstatt, los senderos lucen un policromo y abigarrado marco de flores. También rodean a la estatua del Padre, que recibe a los peregrinos en un plácido marco de sol y calor veraniegos. Cerca, la Iglesia de Dios Padre se alza imponente, sólida, silenciosa y acogedora como el mismo Dios en nuestras vidas.

Cada matrimonio que va llegando recorre el camino flanqueado a ambos lados por altas casuarinas, imaginando los pasos del Padre y Fundador cuando paseaba meditando por ese mismo lugar. Recuerda también las responsabilidades que a cada uno su región le ha confiado; siente cierto apremio y alegría por encontrarse con otros matrimonios, para cotejar sus logros y dificultades. Y se adivina el entusiasmo por encarar nuevos caminos en el año que comienza. Urge la misión: forjemos la patria nueva, pero por sobre todas las cosas, todos tienen siempre la íntima e inigualable sensación de decirse mutuamente "llegamos a casa".

El ideal matrimonial y familiar en tiempos que cuestionan y amenazan la vida de familia

Con este espíritu, el asesor nacional de la Obra Familiar, P. Guillermo Carmona, inició la jornada del día 6.

Se refirió al guión de la Misa de apertura, preparado por el matrimonio Klobovs, de Villa Ballester, que acertadamente destacó los aspectos de fidelidad y filialidad que, en la Alianza, distinguen a la Obra Familiar.

Las palabras del Asesor Nacional, siempre claras, presentan el esquema sobre el que se trabajará. Son cinco las referencias clave que animan a la afirmación vocacional a cada matrimonio asistente.

  1. El matrimonio y la familia son un signo de los tiempos que nos toca vivir. En ellos se dan las luces y las sombras de un tiempo de fuertes exigencias externas al mismo, de quiebre de valores, de una anémica esperanza
  2. La Iglesia, en su Magisterio presenta los medios para una auténtica transformación en Cristo para todos aquellos que en el Sacramento han unido sus vidas para siempre. Invita a optar por los cambios en la hoja de ruta matrimonial.
  3. Un cambio de acento supone, entonces, que ambos cónyuges opten por abrir sus corazones y se animen a "anidar" en ellos la pedagogía que el P. J. Kentenich regaló para el matrimonio. Trabajar arduamente, con apego a la vida y ardorosa entrega "juvenil" por la conquista del ideal del matrimonial y de la familia que su propuesta profética enseña a forjar para tiempos difíciles. Fijar metas altas que entusiasmen, generadas con amor y confianza en cada hogar. Son proyectos que unen solidariamente corazones y vidas.
  4. Asumir que abrazar esta postura, es aceptar el desafío pedagógico, es decir encarar con férrea voluntad un plan de autoformación que genere desde el interior de la unión conyugal, una armoniosa y esforzada conciencia de ser "oficial de enlace" entre la ciencia y la vida, entre la teoría y la acción concreta.
  5. Y con el corazón "embarcado" en este desafío, generar líneas de acción personales. Una primera línea, que evidencie al mundo "real" concreto y cotidiano, que pueden existir familias felices, que es posible vivir plenamente un amor matrimonial gratificante, renovado y en plenitud, que crece y se gratifica en los logros y se consolida desde sus cimientos cuando enfrenta en "unidad sacramental" las más duras adversidades. Y una segunda línea, que es la concreta puesta en práctica de lo que se declama. La absoluta certeza de que día a día, empeñosa y responsablemente, se cultiva el amor. Buscar la autoformación como quien se lanza audazmente a conquistar un ideal, volver accesible lo que parecía lejano, hablar una y otra vez sobre las metas comunes que plantea cada individualidad unida a otra individualidad. Asumir la misión de encontrar la luz en la cruz, no abandonarse a la resignación, sino asumir con libertad, autodeterminación y alta autoestima, el autodominio que libera las dos almas identificadas en la comprensión de que fueron pensadas juntos por Dios.

No es una propuesta fácil, ni para débiles. Exige que la amplitud de los diálogos ejercite el amor orgánico y abnegado. Y así templados los corazones, las mentes, voluntades e impulsos, se puedan generar capacidades para que los conflictos sean valientemente encarados, analizados y solucionados.

Hay que tener el ánimo de generar una galería de matrimonios santos, que le digan al mundo que el sacrificio de Cristo no fue sólo para célibes sino para todos, para los laicos – hombre y mujer – unidos en el sacramento y la misión, que aspiran a una sencilla santidad cotidiana y así generan desde el seno familiar nuevas personas que hagan posible la patria nueva.

Recordó - como consigna permanente – que la Obra Familiar fue concebida por el Padre y Profeta como "el fundamento y la corona" de toda la Obra de Schoenstatt.

La Obra Familiar, y en ella la Liga, pensada y diseñada para que Schoenstatt llegue a todo el ámbito eclesial

Si la propuesta del P. G. Carmona motivó atentos apuntes y registros, la delicada firmeza de la asesora nacional, Hna. M. Catalina Walsh, puso un nuevo acento en la Liga Apostólica. Ella fue pensada especialmente por el Padre y Fundador para que Schoenstatt llegue a toda la amplitud del ámbito eclesial.

En un minucioso relato de las determinaciones del Padre al fundar a la Liga Apostólica como brazo extendido de la Obra Familiar, destacó la expresión del Padre Kentenich en momentos posteriores a la Fundación de la Federación: "esto no basta" debemos ayudar a María en la renovación del mundo, y para hacerla posible hay que activar todas las fuerzas alcanzables. Que sea la Liga el brazo más amplio de Schoenstatt.

Fue tan clara como convincente la afirmación de que en la Obra Familiar los distintos modos de pertenencia no responden a un escalafón, sino a la genuina y auténtica llamada de Dios. Son distintas vocaciones a las que Dios llama para cubrir los diversos frentes al servicio de la Iglesia, conducidos por la victoriosidad de la Madre y Reina. La Liga Apostólica tiene la finalidad de mover apostólicamente al mundo: urge a cada corazón a salir a encender nuevos hogares, nuevos matrimonios. Es el elemento fundamental de la acción creativa cumplida por la Obra Familiar en todo el país en estos dos últimos años. Corresponde y concuerda con el concepto de Liga que tenía el Padre y Fundador. Y agregó: si el Instituto y la Federación Apostólica, están llamados a "mover" al Movimiento Apostólico de Schoenstatt, la Liga está llamada a mover al mundo.

Los miembros y colaboradores de la Liga ya se veían avanzando como columnas numerosas, apremiados por "generar hombres nuevos, en nuevas comunidades". "¿Esto quieres Padre de nosotros?" parecían preguntarse. Y los corazones se entusiasmaron por cumplir con el encargo del P. J. Kentenich, por poner en marcha con gran convicción, acciones con un "efecto multiplicador" que vayan formando con un nítido cuño cristiano, católico, a cada vez mayor número de matrimonios, y con ellos al mundo y a todas las realidades temporales.

Los integrantes de la Liga Apostólica (miembros y colaboradores), tienen que ser el motor y la garantía de una empresa mayor: conquistar nuevas familias que vivan el misterio del amor de Cristo por su Iglesia. Cuentan con el gran seguro de la Alianza de Amor para avanzar intrépidamente aspirando a conquistar la santidad cotidiana.

"Debemos gestar un nuevo orden social" dijo el Padre Kentenich. Es la hora de la Obra Familiar. Es, sobre todo la hora de la Liga. ¡Qué gratificante desafío!

El encuentro con el Padre

Una y otra vez se encontraban los matrimonios, llegados de los más distantes puntos de la extensa Argentina, y animadamente intercambiaban ideas y opiniones. Las conclusiones se delinearon en diferentes paneles y al atardecer, cuando el cielo comenzaba a oscurecerse y caía una fina llovizna, salieron al encuentro del Padre Llevaban Capitalarios, gestos de acercamiento fraterno entre distintas comunidades que se habían conquistado en el día. A los pies del Padre se encendió un pequeño fuego que la lluvia pertinaz hacía peligrar, que los consumió. En ese fuego anhelaban consumir simbólicamente las ataduras que pudieran quedar, para lanzarse con libertad a la misión dada por el Padre.

Los secretarios nacionales, Marisa y Marcelo Bulfón, cuidaron en todo momento de todos los detalles. En ese momento pusieron la Corona de piedra que simboliza a toda la rama, en manos del joven matrimonio tucumano Antonio y Lilian Haskour.

Iban cantando, acompañados por muchas Hnas de María identificadas y solidarias con los matrimonios, que les daban su apoyo en la tarea emprendida. La Hna. María Pilar, experta en música y cantos, la Hna. Marie Madeleine, incansable asesora y observadora sagaz; la Hna. M. Sofía, con encendido entusiasmo; la Hna. María Laura, silenciosa y dispuesta, y muchas más. No pasó desapercibida la fuerza de su presencia de hijas fieles del Padre.

Cada comunidad anunció en alta voz su presencia, y también mencionó los nombre de aquellas otras que llevaban en el corazón; los López, después de Corrientes nombraron a Concepción del Uruguay (Entre Ríos), comunidad pequeña, incipiente y ausente todavía. "En esos momentos especiales si uno cierra los ojos hasta escucha un mensaje personal del Padre de pie junto al Santuario" finaliza diciendo Melba de López.

La vivencia de Tabor y la vida matrimonial

El domingo 7, hubo informes, talleres y formulación de las conclusiones. La homilía del P. Guillermo, culminó el despertar que se produjo en la Misa de apertura de la Jornada. Trazó un nítido paralelo entre la vivencia del Tabor y la vida matrimonial Definió CINCO características que invitan a difundirlas por la felicidad que produce descubrir tantas similitudes. ¡Cuánto sorprende!

  1. La SANTIDAD: todo el acontecimiento y todo el ámbito conyugal, tienen un sello de sacramentalidad, y por ende de SANTIDAD, que hay que custodiar con delicada firmeza y vigor.
  2. La ALEGRIA: en ambos la felicidad de la plena realización genera una alegre disponibilidad, y admiración de lo que ocurre. Es una alegría cotidiana, de las pequeñas cosas que revelan al Dios de la vida.
  3. La PREDILECCION: poder compartir ese momento del Señor. Los que están allí fueron elegidos para conocerlo en una dimensión diferente. También en el matrimonio fueron elegidos con especial predilección no siempre advertida, los llamó "el uno para el otro", y Él irradia en ellos su cercanía.
  4. COMUNION. Todo el relato evangélico pone de manifiesto una COMUNION sutil, delicada, de incondicional unión de corazones y de fidelidad decidida a "permanecer". El sacramento del matrimonio se asemeja a esa comunión indisoluble que invita con frecuencia al "quedémonos aquí".
  5. LA LUZ DE LA CRUZ. Sólo los dilectos del Señor conocen la dimensión de compartir el destino de llevar la CRUZ, al ser elegidos para asemejarse al Hijo, para entregar por amor, con la plena convicción de que la unión matrimonial surge de un encendido esfuerzo por la construcción "conjunta", de la aceptación bondadosa, y que promueva hacia Dios a quien la otorga y a quien la recibe.


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Last Update: 16.03.2004 Mail: Editor /Webmaster
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