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 published: 2003-02-13

"¿ Sabe usted?..Así son las cosas en Vallendar....."

Entrevista en la zona peatonal de Vallendar. Resultados y experiencias en el marco del Seminario de Prensa de Schoenstatt

 
Señora Beils, Vallendar, con una cuenta sobre un arbol de navidad en el año 1944...
Mrs. Beils, Vallendar, shared the story of a Christmas tree stolen in 1944...
Frau Beils, Vallendar, bei der Geschichte vom Weihnachtsbaum 1944...
 
 
"Si, Schoenstatt... algo de los Pallottinos, no?"
"Yes, Schoenstatt.... something with the Pallottines, no?"
"Ja, Schönstatt... das ist von den Pallottinern, oder?"
 
 
P. Bernhard Scheloske SAC: un sonrisa sobre el arbol de navidad
P. Bernhard Scheloske SAC: smiling about the Christmas tree
P. Bernhard Scheloske SAC lächelt über die Weihnachtsbaum-Story
 
 
"... y vamos a la pequeña capilla para encender una velita."
"...then we go to the little chapel and light a candle."
"...dann gehen wir zu der kleinen Kapelle und zünden ein Kerzchen an."
 
 
El lugar de los hechos del año 1944... Colegio de los Pallottinos
The scene of the crime in 1944...
Keine Spuren mehr am Tatort von 1944
 
Foto: Schulte © 2003  

SCHOENSTATT, Michael Schulte. La pregunta inicial fue: ¿Conoce usted Schoenstatt? Armado con micrófono y cámara fotográfica, me dirigí a la Hellenstraße en un día sábado lluvioso y escaso de peatones. ¿Cómo hablarle a la gente? ¿ Me resultarán las fotos?, estos eran los pensamientos que llevaba en mi cabeza, al encontrarme con dos jóvenes, que se declararon dispuestos a contestar mis preguntas.

"¿Conocen Schoenstatt? ¿ Y Schoenstatt en Internet?", les pregunto directamente. "Yo conozco Schoenstatt", responde uno de los dos, "pero no schoenstatt.de en Internet". Naturalmente yo quiero saber un poco más y sigo preguntando qué es lo que conoce de Schoenstatt. Esta vez me responde un poco vacilante. "Ahí hay un internado o algo así, y una joyería y muchos sacerdotes". Al preguntar más detalles, responde él: "monjas y sacerdotes". Le pregunto qué contacto tiene él con Schoenstatt, su respuesta es que él no es una persona orientada eclesialmente.

Después de este corto diálogo, les agradezco a ambos y voy a la búsqueda de otras personas con quienes continuar mi entrevista.

Una señora joven con un niño pequeño se apresuran por la calle en dirección hacia el Rin. Ella conoce Schoenstatt y sabe que ahí hay hermanas, y que "hay un colegio, donde mi hermana estudió. Y está también la casa Wasserburg y la casa de encuentro de la juventud". De Schoenstatt por Internet no sabe nada. "En realidad, no puedo decir nada más", esto es en resumen lo que me dijo. Y su hijito quiere cabalgar en el elefante de juguete que está a la entrada de la tienda donde nos encontramos..

Con dificultad intento seguir recogiendo opiniones. Bueno, tampoco el tiempo es precisamente aconsejable para tal empresa, entrevistar a la gente mientras llovizna. A pesar de todo, me alegro e que los entrevistados estén dispuestos a responder mis preguntas.

"Sí, Schoenstatt, me dice algo..."

"Una persona carga en este momento preciso su Jeep. Planteo la pregunta. "Sí, Schoenstatt me dice algo. Es un Movimiento de los Palotinos", así responde claramente el señor Weisbrod. A la pregunta de cuál es la ocupación de la comunidad, me explica: " Es una comunidad religiosa – católica. Tienen una universidad de Teología y educan profesionalmente a la gente". Nuevamente pregunto por cosas más concretas. El responde, "formación de sacerdotes". En el correr de la conversación me entero de que el señor Weisbrod participó con gusto en un tiempo pasado en las misas de gallo. Esto le significó una caminata de dos horas, "una hora de ida y una de regreso".

En la puerta de una casa, me topo con un señor en ropa de trabajo. A mi pregunta por Schoenstatt, desgraciadamente no me puede responder. "¿Es usted de Vallendar?", continúo preguntando. "No- yo me mudé para este lugar. Pero ahí está mi vecino", y me indica la calle de enfrente. "Ellos son de aquí". Un señor mira amigablemente por la ventana abierta del primer piso, su esposa se acerca también a la ventana y al escuchar mi pregunta, me invita decidida a entrar en su casa. De este modo no necesitamos hablar a voces desde la calle.

Niñez en Schoenstatt

En la sala de la familia Beils continuamos nuestra conversación. A mi pregunta: "¿Qué conocen ustedes de Schoenstatt?", la señora Beils me cuenta de tiempos pasados. Ella recuerda que iba a la escuela en Schoenstatt. "Y durante la guerra funcionaba allí un hospital militar, ahí íbamos nosotros, los niños, a tomar sopa donde las hermanas. Después de la guerra, construyeron como está ahora, que es todo nuevo. Yo trabajé allá haciendo el aseo una que otra vez, era en una casa grande amarilla, ah- ¿cómo se llama?".¿Se refiere usted a la casa de ejercicios, ahora la casa de la alianza? "Sí - una que otra vez también se podía hacer vacaciones. Ahora está cerrada. No se puede entrar más". Mientras seguíamos conversando, me di cuenta que la señora Beils conocía muy bien la localidad de Schoenstatt. "Viniendo desde la Iglesia grande, la de la carpa, hay una casa. Ahí se puede tomar café y comprar recuerdos. Del lado de enfrente está la información". Naturalmente quiero saber si acaso Frau Biels va para allá de vez en cuando y ella cuenta: "¡Sí! y más adelante está la pequeña capilla de la Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt. Antes uno se podía casar ahí". Cuando yo pregunto, admirado, si acaso hoy eso no es posible, me dice: "Hoy ya no hay posibilidad- no se por qué, pero mi ahijado se casó allí".

El árbol cortado de 1944

El señor Beils le dice a su esposa la palabrita clave: "árbol de navidad", y entonces ella recuerda una vieja historia. "Mi mamá dijo antes de Navidad: Aún no tenemos un árbol de Navidad, Dios mío ¿dónde podremos conseguir uno? Era el año 1944, mi papá no estaba con nosotros pues murió en la guerra. Entonces le dije a mi mamá: yo sé donde hay un hermoso abeto. Los Palotinos tenía delante en su jardín un abeto blanco. Entonces tomé la sierra, lo corté y lo llevé para la casa. Primero recibí una paliza. Y después tuve que llevar el abeto desde arriba, del cerro de Mallendar hasta el cerro de Weiterbsburg, donde mi tía. Y entonces ella recibió el abeto y nosotros tuvimos que quedarnos con su mutilado árbol de navidad". A mi pregunta, acaso nunca salió a la luz este hecho, su esposo se rió y afirmó que una vez tienen que salir las cosas a la luz.

La visita al "lugar de los hechos" no agrega ningún indicio al caso del árbol de navidad. La investigación realizada al Padre Palotino Schewatzke, director del foro de la universidad , trae como consecuencia solamente el regocijo frente al recuerdo de este hermosa historia del pasado.

"¡Entonces se va a la capillita y se coloca una vela!"

La señora Beils me confía aún algo: "¿Sabe? Aquí en Vallendar es así". Y entonces en un lindísimo dialecto de Vallendar: "Cuando se tiene, o cuando tengo un deseo, o pienso que el Señor Dios debe hacer las cosas de tal modo, o cuando le decimos, Tú podrías ayudarme un poquito, entonces uno va a la capillita y coloca una vela". Y- pregunto yo lleno de curiosidad - ¿resultan entonces las cosas así como uno quiere? "De vez en cuando", asegura la señora Beils, "No siempre. Bueno, no siempre puede lograr uno todo lo que quiere!".

Traducción: Hna. Adriana Ortiz, Schoenstatt



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Last Update: 18.02.2003 Mail: Editor /Webmaster
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