ARGENTINA, Entre Ríos, Tita Ríos. Con agobiantes calores, que superaron los 40º culminaron las misiones en los Departamentos de Diamante y Paraná (Viale y Piedras Blancas). Jóvenes desde Paraná y Buenos Aires, como en cada año, dedicaron parte de sus vacaciones de verano para misionar con la Mater en pueblos de la Provincia de Entre Ríos, donde la asistencia eclesial es mínima y donde existen muchas necesidades materiales y espirituales, colocándose al servicio del obispo y párroco del lugar.

En la zona de Piedra Blancas: la Peregrina en la carreta In the zone of Piedras Blancas: the Pilgrim MTA on a horse-drawn cart In der Gegend von Piedras Blancas: die Pilgernde Gottesmutter auf dem Pferdefuhrwerk
Misioneros en Piedras Blancas - en caminos embarrados Missionaries in Piedras Blancas - on muddy roads Missionare in Piedras Blancas - was macht das bißchen Schlamm schon?
Foto: Tita Ríos © 2003

En Viale, a 50 kilómetros de Paraná, el Padre Pablo Pol misionó con 170 jóvenes venidos desde Buenos Aires, desde el 26 de diciembre de 2002 hasta el 4 de enero de 2003. Cabe destacar, de parte de las familias de Viale, la alegría que significó esta experiencia de encuentros con los misioneros jóvenes, quienes dieron vida e inyectaron esa cuota de dinamismo, inflamados por amor a la Mater y al prójimo, contagiando a su paso a los niños, jóvenes y adultos. Allí ya estaba la Campaña del Rosario con sus misioneros, quienes se renovaron con este feliz encuentro y despidieron junto al pueblo en la explanada de su parroquia de Santa Ana, a los jóvenes entre abrazos y lágrimas de emoción.

Con la Peregrina a la zona de montes

Desde la parroquia Santa Teresita partieron alrededor de 60 jóvenes misioneros con la peregrina, a misionar a la zona de montes en Piedras Blancas y Puerto Algarrobo, de muy difícil acceso. Fueron acompañados con los sacerdotes Fabián y Walter Minigutti, quienes también se albergaron en escuelas, y de allí visitaban las familias con la Mater Peregrina. Esta zona que pertenece a la localidad de Hernandarias, está situada en zonas de barrancas donde, últimamente, a su pobreza se le sumó el peligro de erosión con las consecuencias de cortes de ruta y desmoronamiento en costa del río Paraná. Los jóvenes misioneros debieron saltear los obstáculos por falta de agua y luz sumados al calor, quienes preparados cual guerreros para la lucha y el tesón puesto en el amor a Jesús y María, entregaron todo en aras de ese pueblo sufriente y resignado.

Culminando en una de las escuelas, con la Santa Misa donde se llegó la gente, y a otros se les acercó, además de lo espiritual, gran cantidad de ropas y víveres. Aquí se realizaron bautismos, comuniones y confirmaciones de adultos y casamientos, entre ellos unos ancianos de 80 años.

Gracias por esta gran familia, que crece, que sufre, que se entrega diariamente por los suyos

Todo el entusiasmo que irradia a través de los testimonios y las fotos no debe ocultar la entrega y sacrificio de estas misiones en pleno verano, durante una ola de calor extraordinaria. El calor no deja salir a la nochecita ya cuando baja el sol. "Mañana iré a la Loma y allí cerraré los ojos y junto a la Mater correremos para alabar a Dios", dice la responsable de la Campaña en Paraná, "y con el Padre de la mano entregaremos esta acción de gracias por esta gran familia, que crece, que sufre, que se entrega diariamente por los suyos, y es feliz aún cuando el sol se oculta."

La entrega da frutos.

El sábado 4 de enero tuvo lugar la bendición de una ermita en la zona de Valle María, un pueblo cercano a Paraná, a unos 40 km. Allí también comienza la Juventud Femenina una jornada donde misionarán el pueblo con las peregrinas, hay ahora allí unas 20 misioneras de la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina, que a su vez han llevado la Campaña a los pueblos vecinos.