"La conferencia era para mí: 'Padre'"Décima conferencia Nacional en Australia y Bendición de la estatua del Padre Kentenich |
Australia, Sydney, Sr. Hellen. Sin duda el asunto más interesante de la décima conferencia nacional, que tuvo lugar del 18 al 20 de octubre en la casa José Kentenich, fue la bendición de una estatua de bronce de tamaño real del Padre Kentenich. . Durante los últimos tres años, se gestó en las distintas ramas del movimiento el deseo de tener un símbolo que represente la presencia de su fundador, quien nunca pudo visitar su continente pero que prometió "venir del cielo". La Hermana Aegidis y la Hermana M. Anita, integrantes del grupo de hermanas pioneras que llegaron a Australia en 1951, estuvieron encantadas de tener la oportunidad de estar en este acto con miembros del Movimiento de Melbourne, Perth, Canberrra, Toowoomba y Sydney. "Padre, bienvenido seas entre nosotros"En la introducción a la ceremonia, Fred Turner, el líder de la rama familiar de Sydney dijo: "Nuestra estatua esta para el Padre y su familia, su amor a la iglesia, su pasión por la libertad... Sabemos que él esta con nosotros en el santuario, en los santuarios hogar, en nuestra comunidad y en los distintos grupos. Ahora, con el símbolo de la estatua, estamos felices de tenerlo con nosotros. Creemos que desde la sombra del santuario el ayudará a forjar el destino de la iglesia y de la nación, para la cual, debemos crear líderes a través de nuestra oración, formación y sacrificio." Con mucho entusiasmo, mientras se destapaba la encubierta estatua del Padre, le dieron la bienvenida en ocho idiomas:"Padre, bienvenido seas entre nosotros". Luego, el Padre John Evans hizo la oración de bendición. Mano a mano, todos los presentes manifestaron su compromiso, ofreciéndose ellos mismos como instrumentos de la Madre tres veces admirable y renovaron su alianza de amor. Esto fue seguido por una reflexión acerca del amor del fundador a la iglesia, hecha por Shirley Hall de la liga de profesionales. Luego, en procesión, los padres, hermanas y los miembros de las distintas ramas fueron gozosos hacia la capilla para celebrar la santa misa. La iglesia no dio abasto para tanta gente; habían personas sentadas junto a las ventanas y en la alfombra. Las Apóstoles de María, repartieron hojas para que cada persona escriba un mensaje al Padre Kentenich; luego se ataron estas cartas a globos que fueron soltados afuera del santuario... un fax directo al cielo!. Achicando distancias por un idealEsta conferencia demostró su inmenso contenido, inspiración, espíritu comunitario y de oración. Pareciera que el Padre Kentenich, desde el cielo, logra más cosas de las que logró durante su vida; logró juntar a gente de la inmensa Australia. Cuatro de los delegados del Oeste de Australia tuvieron que viajar durante ocho horas en avión para llegar al encuentro. Dicho viaje, fue financiado gracias a sus compañeros Schoenstattianos que en Agosto, vendieron cientos de docenas de tortas. Otra joven pareja, con un niño de 10 meses, viajo 900 kilómetros desde Melbourne. Y como estos, muchas personas de toda Australia, hicieron un gran esfuerzo para llegar a la ceremonia que puso en manifiesto la presencia del padre en su país. Familia; una forma de vida en la sociedad actualParece que es el deseo del Padre Fundador; que una nueva forma de vida, de amor y de esperanzas inunde el nuevo milenio. Tras la larga jornada, ya con la luna presente, las distintas familias se tomaron fotos con la estatua del padre fundador. Si! Gracias a la intervención del padre fundador ahora tenemos el inmenso regalo que es la espiritualidad schoenstattiana que nos guía a través de nuestro camino complejo y confuso. Traducción: María Isabel Paredes S., Quito-Ecuador
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Last Update: 25.10.2002 11:49 Mail: Editor
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