Para que así ella tome cuidado del futuro de cada uno de los niños hoy aquí presentes...Consagración de Niños, 14 de Abril de 2002, Cabo Rojo, Puerto Rico |
PUERTO RICO, Sr. Teresa Blaquier. El Domingo 14 de Abril, celebramos en el Centro de Schoenstatt de Cabo Rojo, Puerto Rico, la consagración de los niños. Recordando la consagración de nuestro Padre y Fundador, el Padre José Kentenich como un niño de 9 años, aquel 12 de Abril de 1894. Mas de 800 personas se reunieron en el Centro de Peregrinos esa mañana, mayormente familias jóvenes con sus niños. La celebración comenzó con la Santa Misa a las 11:00 am, precedida por el Padre Hilario de Santo Domingo. Toda la celebración litúrgica tuvo un carácter especial para los niños. Un pequeño coro del pueblo de Moca vino a cantar las canciones en la Santa Misa. Las lecturas y el ofertorio de la Misa también fueron realizados por niñas de la Juventud de Schoenstatt. Una celebración llena de alegría, anhelo, lagrimas de esperanza y felicidad. Al finalizar la Santa Misa, el Padre Hilario bendijo las medallas de la Mater que les entregaría a cada niño con su respectiva bendición. La consagración de José KentenichPara comenzar la celebración, la Hermana M. Verónica hizo una pequeña reseña histórica de la celebración recordando la consagración de nuestro Padre Fundador: "En todas las épocas, han sido mucho los padres, que al sentirse desvalidos ante las amenazas que presenta el mundo a sus hijos, los han consagrado a Dios a través de un acto especial de entrega a la Santísima Virgen María. Los frutos de las consagraciones son incontables. Como Familia de Schoenstatt queremos recordar hoy una consagración muy especial. La consagración de Nuestra Padre y Fundador, Padre José Kentenich, quien como un niño a los 9 años ingresó a un orfanato en Alemania y fue consagrado a la Santísima Virgen por su Madre, quien por una gran necesidad y con gran dolor debió dejarlo allí. Recordamos... "El 12 de Abril de 1894, el Padre José Kentenich salio de Gymnich (su ciudad natal en Alemania) para el orfanato de St. Vincenz de Oberhausen. Le llevó su madre, que debió sentirse muy emocionada. Antes de dejar al niño, entró con él en la capilla de la casa. Se arrodilló ante una estatua de la Virgen para encomendar al cuidado y sabiduría educadora de María, al hijo, que en adelante ya no pudría tener consigo. Como señal de la seriedad de su petición, colgó del cuello de la estatua la joya más preciosa que poseía: una cruz de oro y una cadena de oro, regalo de su madrina en el día de la Primera Comunión. No es difícil imaginarse como afectarían al niño los sentimientos y el comportamiento de su madre. No sólo quedó hondamente impresionado de la piadosa acción de su madre, sino que, por su parte hizo un acto de consagración a María, cuya hondura y significado se mostrarían más tarde al correr de los años. Cuando con más de 70 años de edad, el Padre Kentenich echó una mirada retrospectiva a su pasado colmado de vida y actividad, pudo comprobar que aquel acto de consagración del 12 de Abril de 1894 encerraba toda la obra de su vida. La Santísima Virgen aceptó sin duda, la consagración del niño y de su madre, y tomó en sus manos, por así decir, el futuro de él, para que transcurriera siempre exclusivamente bajo su protección y quedara así bajo el influjo fecundo de la gracia divina" (Libro: José Kentenich - Una Vida Para la Iglesia) Nosotros hoy aquí, en nuestro Centro de Schoenstatt de Cabo Rojo en Puerto Rico, queremos invitarlos a consagrar a sus niños a la Santísima Virgen, a la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt para que así ella tome cuidado del futuro de cada uno de los niños hoy aquí presentes.
Oración leída por un Papá: "Te consagramos nuestros hijos para que veles por sus vidas..."Al finalizar la introducción un Padre de Familia leyó la siguiente oración: "Querida Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt, en representación de todos los padres que nos encontramos aquí, te consagramos a nuestros hijos para que veles por sus vidas tanto en lo físico, psicológico y sobre todo en lo espiritual. Te pedimos: se su Madre, su Maestra, su Protectora y Educadora. Protégelos del mundo y de sus malas influencias. No permitas que pierdan su inocencia, ni su pureza. Ayúdalos a ser fuertes, para que así como vayan creciendo puedan ir luchando contra la corriente del mundo. Que desde pequeños crezca en ellos la conciencia de que son responsables por ellos mismos y por los demás, y de su responsabilidad de construir un mundo mejor. Madre Tres Veces Admirable, hazlos fieles seguidores de tu Hijo Jesús, para que sus vidas estén centradas en Dios desde pequeños. Protégelos de los efectos negativos del ambiente, como la violencia, el materialismo, el mal uso de los medios de comunicación y de los vicios que tanto deshumanizan. Te pedimos Madre que nos ayudes a nosotros a cumplir fiel y responsablemente la parte que nos corresponde como padres. Que podamos ser transparentes de Dios para nuestros hijos." Ahora rezamos juntos todos los papas – solamente el papá – la
oración de consagración por nuestros hijos Oración leída por una Mamá: " Así como la Madre del Padre José Kentenich lo consagró por entero a tu protección..."Al finalizar el Padre de Familia la oración, su esposa leyó la oración de consagración representando a las Madres: "Querida Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt, en representación de todas las Madres que nos encontramos aquí, te queremos consagrar hoy a nuestros hijos. Venimos con corazones humildes, abiertos y alegres sabiendo que sin Ti, sin tu ayuda, sin tu cuidado y protección de Madre nosotras no podríamos lograrlo. Así como la Madre del Padre José Kentenich lo consagró por entero a tu protección, también nosotras queremos hacerlo con cada uno de nuestro hijos. Vivimos hoy en un mundo en el cual nos sentimos desvalidas, estamos ante un mundo sin Dios, un mundo que nos quiere arrebatar a nuestros hijos y llevarlos por caminos equivocados. Por eso necesitamos consagrártelos hoy por entero a Ti Madre, para que Tu, así como lo hiciste con tu hijo Jesús, ayudes a nuestros hijos a crecer em gracia y con valores que los guíen siempre hacia Ti. Enséñales y ayúdales a decidir siempre como Tu lo hiciste, siguiendo la voluntad de Dios. Te pedimos Madre que nos ayudes a nosotras a cumplir fiel y responsablemente nuestros deberes como Madres. ¡Madre y Reina, te entregamos a nuestros hijos, guíalos y protegelos! Ahora rezamos juntas todas las Madres – solamente las madres – la oración
de consagración por nuestros hijos: "Mis ojos son las puertas de mi alma..."Cuando ambas oraciones fueron leídas y los niños fueron
consagrados por sus padres, las niñas que estuvieron el fin de
semana se pararon y cantaron una canción antes de la entrega de
las medallas. La canción dice así: Bendición en el SantuarioLuego de la canción, el Padre Hilario invitó a todos los niños con sus Padre que se acercaran al altar para recibir la medalla de la Mater con su bendición. Alrededor de 300 niños recibieron la medalla. Al terminar la celebración en el Centro de Peregrinos fuimos al Santuario y recibimos una segunda bendición con el Santísimo Sacramento. Fue un día de mucha alegría, pero sobre todo de muchas bendiciones. La Madre y Reina atrajo muchos corazones a su santuario, muchas familias jóvenes y en especial a muchos niños. |
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