(mkf) Un grupo de miembros de Schoenstatt de Santiago de Chile—matrimonios, madres, y mujeres profesionales—fue el primero de las más de 25 peregrinaciones programadas para este año desde Sudamérica, Centroamérica, España y Portugal en visitar Schoenstatt. Los chilenos estuvieron en Schoenstatt entre el 12 y el 18 de Febrero y vivenciaron el lugar donde Schoenstatt comenzó como un "lugar de gracias, lugar santo, un lugar de profunda vinculación como misioneros Cristianos, un lugar donde encontramos un Padre y Fundador que está vivo, que está presente."

"Con María, en los pasos de Jesús y de nuestro Padre y Fundador"—este fue el lema inspirador de la peregrinación de los 20 chilenos a Tierra Santa y a Schoenstatt. ¿Tuvieron miedo por la violencia en el Medio Oriente? "Claro que no," dijo el P. Jaime Echagaría Valdés que acompañaba al grupo. "Queríamos caminar en los pasos de Jesús y siempre nos sentimos muy tranquilos. Más aún, nos sentimos muy regaloneados por ser los únicos peregrinos allí—los lugares santos parecían estar esperándonos." El 12 de Febrero, los peregrinos llegaron a Schoenstatt desde Tierra Santa. Habían salido de Chile con dos imágenes de la Virgen Peregrina, pero llegaron a Schoenstatt sólo con una, la otra imagen había quedado en Tierra Santa. Una de las señoras de la rama de madres regaló una de ellas, con las oraciones e información sobre la Campaña de laVirgen Peregrina, al Padre Franciscano Emerito Marino, guía del grupo en Tierra Santa. "Sentimos que la gente en Israel y Palestina necesitan paz y queremos pedir a María que realice milagros de gracia allí. Prometimos rezar diez Ave Marías cada día por el Padre Merino, que él sea un instrumento de la Virgen Peregrina."

Visitando el Santuario Original por la Primera Vez.

En Schoenstatt, dos chicas de Paraguay se unieron al grupo. Ambas estudian alemán, una en Austria y una en Alemania. A su llegada a la casa Sonnenau en Schoenstatt, cargadas con sus mochilas y bolsas, exclamaron "¡al fin en casa!" y, dejando a un lado su equipaje, se dirigieron a la capilla de la casa. "Necesitamos ver a nuestra Reina, ¡nosotras somos su corona viviente! Y sentadas en la capilla le cantaron canciones a la Reina. Seis semanas luego de su llegada a Alemania, María Verónica estaba feliz de poder visitar el Santuario Original, "Me sentí en mi hogar. Al encontrar me con la Mater en el Santuario Original, mi corazón y me ser se elevaron a lo más alta; era como estar en el cielo." Ambas chicas estaban muy contentas de poder unirse al grupo de Chile. Adriana Ortiz dijo "Vine por primera vez y lo que más me gustó y llamó la atención, fue "el espiritu de Familie' que se vive en todo momento, cómo las personas que trabajan por la obra aqui; todo viene del corauzón del Padre."

Al igual que ellas, la mayoría de los peregrinos de Chile era la primera vez que visitaban Schoenstatt. La visita al Santuario Original constituyó el climax de su estadía. Uno de los chilenos dijo "pertenezco a Schoenstatt desde hace treinta años y desde entonces he tenido este sueño—el de alguna vez estar en Schoenstatt, el de alguna vez rezar la pequeña consagración en el Santuario Original. Tuvimos que enfrentar tantas dificultades para poder venir... nunca olvidaré lo que he vivenciado en este lugar."

"Un Padre Vivo."

"En los pasos de nuestro Fundador" fue el tema de la peregrinación que contempló muchos encuentros muy personales con el Padre. Los peregrinos visitaron el campo de concentración de Dachau donde el Padre Kentenich estuvo prisionero entre 1942 y 1945; también Gymnich, la ciudad natal del Padre Kentenich, y la pila bautismal de la iglesia San Cuniberto donde el Padre fue bautizado. También recorrieron los lugares donde el Padre vivió y trabajó en Schoenstatt, culminando con una hora privada en la tumba del Padre, lugar donde el Padre Kentenich falleció el 15 de Septiembre de 1968. Uno de los peregrinos, Gustavo Aguirre, compartió su vivencia "vine anhelando por un profundo encuentro con el Padre Kentenich, ha sido una profunda experiencia del corazón." Alicia dijo "la renovación y profundización de mi vínculo con el Fundador va a marcar una gran diferencia en mi vida diaria cuando regrese a Chile." La última noche, Mariano Jaque Román y su esposa, Pelusa, de Campanario, intentaron resumir las vivencias de los días pasados: "El Padre Kentenich—un padre, vivo, muy cercano, tierno, por siempre aquí."

Schoenstatt—un Hermoso lugar para una Familia Misionera.

"Estoy impresionada con tantos santuarios diferentes," dijo Josefina Fernández (36). "Dios nos ha regalado santos lugares aquí" dijo Mariano Jaque Román, un ingeniero de 55 años que visitaba Schoenstatt por la primera vez. "Lo que me llevo de vuelta a Chile es la firme convicción que la Mater siempre cuidará" y Pelusa agrega alegría, paz, entusiasmo, fuerza y la renovación del celo por nuestra misión ya están "en nuestras maletas." Una y otra vez los chilenos enfatizan la hospitalidad experimentada y la calidez de la acogida en todos los lugares visitados. También estaban muy impresionados con las bellezas naturales del lugar y el valle del Rhin. "Simplemente es un lugar muy hermoso" dijo Manuela García. "¿Dónde está el río Rhin?" Fue una de las primeras preguntas que el grupo hizo cuando visitaron el Monte Schoenstatt con la hermosa vista de los valles alrededor. El tiempo, excepcionalmente con días de sol y con un aire de comienzos de primavera, también contribuyó a la alegría—"¡Vimos los primeros azafranes y campanillas de invierno!"—e hicimos del viaje en barco por el río Rhin un "deber."

El estar unidos como grupo por un fuerte celo apostólico le da mucho impulso a María Jimena O’Ryan. Adriana Ortiz traía una Virgen Peregrina desde Paraguay. La imagen estuvo en el Santuario Original todo el tiempo que ella permaneció en Schoenstatt. "Quiero llevar la Virgen Peregrina a la gente del área de Klagenfurt donde estoy viviendo por seis meses" cuenta Adriana. "La gente en Europa también ama a María, lo puedo sentir. En Paraguay, decenas de miles visitan el Santuario porque aman mucho a María. Aquí, la Virgen ha venido sobre decenas de miles y los ama, aquí ellos pueden encontrar el hogar hacia Ella."

La vivencia de sentirse unidos el uno con el otro y con todo Schoenstatt Internacional es muy fuerte; el espíritu de familia se vivencia a pesar de las barreras del lenguage. Martia Villalobos es una de las pocas del grupo que había visitado Schoenstatt anteriormente, al preguntarle cómo había experimentado este tiempo, ella inmediatamente dice "es como volver al hogar."

En el transcurso del año, más de 25 peregrinaciones vendrán a Schoenstatt desde Sudamérica, Centroamérica y la península Ibérica—desde México, Chile, España, Paraguay, Argentina, Ecuador, Puerto Rico, Portugal y Brasil.

Traducción: Anna Santos, Edmonton, Alberta, Canadá