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La Familia del Padre en América latina

Las cuestiones europeas y la integración en Sudamérica, o: ¿quién le pone alma al Mercado Común de América del Sur?

ROMA, P. Alberto Eronti:

Logo del Mercosur

Logo of Mercosur, the South American Common Market

Logo des Mercosur, der südamerikanischen Freihandelszone

 
 

La Virgen de Guadalupe, partrona de América

Our Lady of Guadalupe, patroness of America

Die Gottesmutter von Guadalupe, Patronin Amerikas

Fotos: Archiv

 

 

 

Se acerca la fecha de la incorporación de nuevos miembros a la Unión Europea; se acerca también la fecha de la promulgación de una Constitución de la Unión Europa, en el marco de una intensa discusión sobre si se mencionan o no las raíces cristianas de la cultura de este continente. Mientras tanto, los Movimientos y Comunidades Nuevas se preparan para el Congreso en Stuttgart (6 al 9 de mayo de 2004) con la inquietud de "poner alma a Europa". ¿Es sólo un tema europeo? Pareciera que lo es también para Latinoamérica.

El miércoles 17 de septiembre asistí, respondiendo a una invitación de la Embajada Argentina ante la Santa Sede, a la disertación del Prof. Dr. Guzmán Carriquiri Lecour sobre el tema: "América Latina: catolicidad y globalización". El subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos habló durante 50 minutos. Comenzó afirmando que la primera impulsora de lo que hoy llamamos "globalización" fue la Iglesia, y la llamó "catolicidad", esto es: para todos los hombres y todos los pueblos. Distinguió tres fases de la globalización:

  1. El descubrimiento del nuevo mundo (1492), con un cambio radical de conceptos y toma de contacto con nuevas y fascinantes culturas.
  2. La globalización de las dos grandes ideologías: capitalismo y comunismo, que poco a poco alcanzaron hasta los "confines del mundo".
  3. La actual realidad del mundo, intercomunicado al instante por los medios, y la hegemonía de una potencia que se atribuye el derecho de actuar en cualquier punto del planeta. ¿Qué es y qué hace y puede hacer América Latina en esta última etapa, "atrapada" dentro del triángulo: EE.UU., Unión Europea y ella misma?. En este momento es, sin duda, "la pata más débil de la mesa".

Una Confederación Sudamericana ¿una integración social y cultural?

Esta realidad, afirmó, no puede ser ajena a la Iglesia de América Latina. Las naciones del Continente, aisladas, no tienen fuerza suficiente para aportar a los otros componentes del triángulo; sólo la integración puede fortalecerlas y llevarlas a ocupar su sitio en la mesa de Occidente. Guzmán Carriquiri presentó algunos puntos de integración más o menos desarrollados en la actualidad, pero del todo necesarios si se mira hacia el futuro:

  • En lo político: la búsqueda y el impulso de lo regional. Los Estados que no se unan, no "existirán", en el sentido de tener peso en el conjunto. Si Estados más fuertes se unen (Unión Europea), ¿qué nos queda a nosotros que somos más débiles? La respuesta puede estar en el sueño de Simón Bolívar: una Confederación Sudamericana.
  • En lo económico: ALCA, NAFTA, MERCOSUR y el Mercado Común Andino, han sido las iniciativas históricas. Lo que hoy necesitamos es un MERCOSUR bi-oceánico. Es la hora de buscar nuevos desarrollos, ya que sin un crecimiento anual sostenido del 4%, la economía no puede sustentar el crecimiento de lo social y educacional.
  • Integración social que tenga como meta superar la enorme desigualdad cultural, educacional y económica del Continente. La América del Sur clama por una revolución cultural y social que lleve a todos a ser más.
  • Una integración espiritual, fundada en valores e ideales que nos son comunes: la fe, la dignidad, la libertad, la vida, la familia, etc. Esto supone una integración desde la raíz, desde la base común. En este aspecto hay que destacar todo lo que nos une a la Unión Europea en el campo de los valores y la cultura, debiera ser éste un formidable impulso hacia el intercambio solidario con Europa.

El aporte de la Iglesia

¿Es posible imaginar que lo dicho se torne realidad? Las encuestas realizadas en los últimos diez años en América Latina, a la pregunta: ¿cuál es, en su opinión, la institución más creíble del país?, la Iglesia, ocupó el primero o el segundo lugar. ¿Qué ha de hacer la Iglesia con este capital?. La Iglesia tiene la experiencia y el aporte de su "catolicidad", de saber unir en la diversidad. He aquí el aporte que América Latina necesita y espera de la Iglesia para poder ser múltiple y una. Hasta aquí el aporte de Guzmán Carriquiri, luego siguió un diálogo con los asistentes.

¿Unidos sólo por intereses políticos y económicos?

Tras escucharlo me hice la pregunta que antes me había hecho sobre la "unión" de Europa: ¿quién le pone alma al Mercado Común de América del Sur?. Si la Unión Europea tiene el peligro de ser "la Europa de los mercaderes" (Unión Económica Europea), el Mercosur puede quedar en la "Sud América de los mercaderes". Todos sabemos por experiencia que "nadie regala nada", los que dan esperan recibir algo a cambio. ¿Será posible, me preguntaba, una América del Sur unida sólo por intereses políticos y económicos, cuando a diario constatamos la miopía de la dirigencia política y la supremacía de lo económico sobre el hombre?. ¿Cuándo los nacionalismos o intereses de poder pueden más que lo noble, digno y justo?. El Papa hace referencia a esta hora de la civilización Occidental y plantea "la cuestión de la calidad moral de la civilización… para poder defender la estructura moral de la libertad, de manera que se proteja la cultura y la sociedad… tanto de la utopía totalitaria de ‘justicia sin libertad’, como de una ‘libertad sin verdad’…"

"Integración, clave para el tercer milenio".

Recordé que en el simposio realizado en Schoenstatt tras las celebraciones del Centenario del nacimiento del Padre Kentenich, se desarrolló un tema profético: "Integración, clave para el tercer milenio". En las ponencias realizadas a la luz del pensamiento y la visión del Padre Fundador, los conferencistas intentaron adelantarse a lo que se vislumbraba como una necesidad de futuro, proponiendo el inicio de una reflexión fundada en el pensar y sentir kentenichiano. Tal vez debiéramos desempolvar aquellos textos publicados por el Secretariado del Centenario y avanzar en la reflexión. La Familia tiene su propia "clave" de integración en la palabra "alianza". Se trata de una alianza en la que nadie atropella, sino que confía y se confía al otro. Tenemos la experiencia de ser "familia", es decir, la comunión e integración de muchos. Tenemos los Santuarios como lugares comunes de encuentro y comunión. En este contexto recuerdo vagamente los renglones finales del libro titulado: "Del Maure al Amazonas", y que expresa este pensamiento: "Si yo fuera integracionista latinoamericano, repito, si lo fuera, tiraría al mar las estatuas de los próceres y las reemplazaría por la imagen de la Virgen de Guadalupe". El libro lo escribió un inglés no católico, por eso es interesante su percepción: descubrió que los próceres dividían a América, pero el amor a María los unía y, entre todas las advocaciones, encontró que la más extendida por América latina era la de María de Guadalupe. Sin negar el valor de los Padres de la patria, lo dicho da qué pensar en la perspectiva de una estrategia de futuro.

La espiritualidad de la Alianza

Aquí, en Roma, se oye decir que el episcopado de América Latina se encamina hacia una 5ª Conferencia General (la última fue la de Santo Domingo, en 1992). Si fuera así, la Iglesia del Continente se enfrentará con un desafío enorme: ¿Qué Iglesia es la que necesita América Latina en esta hora decisiva?. El Espíritu nos recuerda que la Iglesia está llamada a ser "alma del mundo", en este caso ha de buscar el camino y el modo de ser alma en y de América Latina. Jesús sabía claramente que la "debilidad" de la Iglesia era la unidad. En la Ultima Cena oró a su Padre para que fuéramos "uno", unidad que tiene de modelo a Él y su Padre: "Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros…"(Jn.17, 21). La Iglesia tiene que realizar primero en ella lo que ha de regalar como su servicio al Continente. Se trata de "preceder" con la vida, para enseñar que la utopía es posible… Integración, clave para el tercer milenio, pide como fuerza de realización la espiritualidad de la Alianza, de ser así esta hora de la Iglesia Latinoamericana es también la hora de nuestro aporte, de ser lo que somos: Familia del Padre en América Latina.


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Last Update: 23.09.2003 Mail: Editor /Webmaster
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