Demasiado quería venir

Una experiencia de Viernes Santo en Tuparenda

PARAGUAY, P. Antonio Cosp. Semana santa en el santuario de Tupârenda. Los rostros hablan. Dicen de su dolor al compartir el de Jesús. Dicen de su expectativa de empezar de nuevo a partir de la resurrección de Jesús.

A muchos les conmueve la carta a los Hebreos 4,14 de la liturgia del viernes santo. Este versículo remarca la fe como un estampillarse a Jesús. La casa de retiros José Kentenich y el noviciado aledaño, de momento vacío de novicios, están llenos de jóvenes y adultos que siguen las celebraciones y tratan de descubrir la Buena Nueva para cada uno de ellos.

"Demasiado quería venir" dice un abuelo, quien cuenta a todos que hasta hace pocos días estaba en terapia intensiva. Le había tomado una rigidez que desconcertaba a los médicos fruto de su aislamiento afectivo. Estos se sorprendieron aún más, cuando acercándose la fecha del retiro y quizás estimulado por el deseo de compartirlo recupera rápidamente su salud y comparte esta hora de gracias.

Tupârenda crece y se levanta el sexto tramo de la iglesia Santa María de la Trinidad que acogerá a los peregrinos. Se multiplican las intervenciones de María para con sus hijos.