"¡Yo dije que usted había ido a visitar a su amiga!"

Retiro sobre la vida de la Hna. Emilie, llevado a cabo en la Casa Provincial, Coblenza- Metternich,Alemania

Participantes Paqrticipants Teilnehmer
Participantes Participants Teilnehmer
Adoración Adoration Anbetung
Taller Workshop Methoden-Werkstatt Fotos: Mayer © 2009

ALEMANIA, Hna. Theres-Maria Mayer: "En mi hubo algo de luz!" así opinó una participante al finalizar el retiro sobre la vida de la Hna. Emilie. "Ya hace mucho estaba ocurriendo algo en mi vida que no podía comprender. Solo que no sabía ciertamente qué era. Sin embargo ahora lo se, aunque mi padre hubiese querido un hijo: Para Dios había llegado mi hora. ¡Él me quiso a mí! Ahora el resto ya no es tan importante!" Así formula una señora su percepción al final de este retiro que se llevó a cabo del 12 al 15 de marzo en la Casa Provincial de las Hermanas de María de Schoenstatt, Coblenza, Metternich, Alemania.

Con el tema: "Tú me conduces hacia la plenitud," 19 señoras y un caballero participaron de un retiro, realizado en la Casa Provincial. Con periodos más o menos dedicados al silencio y con muchos intercambios de ideas y enriquecimiento mutuo, estos días de retiro se tornaron en una vivencia para los participantes: "Esto fue un círculo armónico; desde la celebración Eucarística de apertura hasta la de clausura, tofo fue harmónico!"

El lugar en que la Hna. M. Emilie pasó sus últimos años de vida y su regreso a la Casa del Padre, sse convirtió en un lugar de encuentro con Dios y con la Hna. M. Emilie. "Aquí la gracia de Dios es verdaeramente tangible." Con estas palabras una participante manifestó lo que pensaba. "Es algo grande ejemplificar siempre de nuevo toda la información con respecto a la vida de la Hna. M. Emilie. Ella es un ser admirable, al contemplar sus fotos, lo que más me llama la atención es su mirada... De hecho, a sido lo contrario: En sus fotos de niña, la Hna. M. Emilie tenía una mirada triste, que habñaba de mucho sufrimiento; y al final de su vida tenía una mirada de niña. Ella tuvo una vida tan magnífica. De ella se puede aprender mucho.

Cuando el sábado la señora W., empresaria, telefoneó a su esposo, este le contó lo que les contestaba a sus amigos y conocidos que preguntaban por ella: Él: "Les dije que se usted se ha ido a visitar a su amiga." "Más, Hermana," así prosigue la mencionada señora, "y de verdad; la Hna. M. Emilie es mi amiga! Ella siempre me ayuda. Fue hace cinco años que leí algo de ella cuando casualmente llegó a mis manos el librito de la novena. Desde entonces recurro diariamente a su intercesión. Cuando fui sometida a una cirugía riesgosa, recé la oración de la novena de la Hna. M. Emilie hasta dormirme bajo el efecto de la anestesia general."

Mi sí es para siempre

El retiro despertó algo en los participantes. Una señora que está pasando por un periodo de grandes transformaciones, tanto a nivel profesional como a nivel personal, dijo: "Yo sabía: tengo que hacer algo por mi misma. Cómo proseguir con mi vida? Ya es tiempo! Un alma caritativa llamó mi atención hacia este retiro. Ahora me decidí nuevamente: "Mi si es para siempre!" "¡Estos días aquí fueron importantes para mí!" Otra participante se expresa en forma bien resumida: "Regreso a casa enriquecida!"

Basados en las lecciones de la Hna. M. Emilie dadas en las conferencias, en los impulsos para la vida y en el seminario, se vio como ella, a partir del miedo y la angustia, se dejó conducir por Dios hacia la plenitud de su amor. La Hna. M. Emilie escogió al P. Kentenich como su director espiritual y pudo experimentar la fuerza de las gracias del santuario, de modo que al final de su vida pudo decir: "La verdad, estoy convencida de mi miseria, pero siempre cuento con el amor misericordioso de Dios!" Quien sigue toda la trayectoria de la vida de la Hna. M. Emilie, puede ver como ella se fue convirtiendo en un alma más dichosa. Ella vivenció, no una felicidad evidente, sino una felicidad que consiste en el reconocimiento de ser querida y aceptada por Dios; una felicidad que consiste en poder vivir para alguien y para algo que vale la pena en la vida. "En mi interior irrumpió una luz cuando la Hermana habló sobre ser niños ante Dios. Ahora puedo decir sí a mi "niño interior" Así consideró la Señora B.

En el último día de retiro la Hna. Mariengardis, testigo contentemporáneo de la Hna. M. Emilie, relató como vivenció a la Hna. M. Emilie en Metternich, Alemania. "La conferencia fue un excelente resultado de estos días de retiro. Ella era del todo imprescindible!"

Hermana, guarde estas tarjetas, pues el próximo año la señora los va a necesitar!

E para enfatizar seu pedido, a senhora W. recolheu espontaneamente alguns cartões dos lugares com os nomes de alguns participantes e disse: " Irmã, guarde estes cartões; pois no próximo ano a senhora irá precisar deles!"A senhora Pe. deixou em seu quarto uma saudação de agradecimento: "Porque tu a meus olhos és preciosa e valiosa!". Tais palavras podem ser aqui bem vivenciadas nesta casa, mas podem ser outrossim ditas a cada um dos participantes, e, neste espírito, um "Muito Obrigado!", de todo o coração, a todos vocês, outrossim para mim/ para nós almas de Deus invisíveis , que permitiram que estes dias de retiro aqui transcorridos fossem magníficos. A todos vocês as mais copiosas bênçãos de Deus e (oxalá) "até logo".

"El próximo año todos volvemos a este retiro!" así consideran algunas de las señoras participantes. Al decir la conferencista que no sabía si el próximo año habría nuevamente un retiro sobre la vida de la Hna. M. Emilie, surgió una protesta por parte de los participantes: "Pero tiene que darlo, absolutamente!" Y para enfatizar su pedido, la señora W. Recogió espontáneamente tarjetas con los nombres de algunos participantes y dijo: "Hermana, guarde estas tarjetas, pues las va a necesitar el próximo año!" La señora P. Dejó en su cuarto n saludo de agradecimiento: "Porque eres preciosa y valiosa ante mis ojos!" Estas palabras pudieron ser muy vivenciadas en esta casa, y pueden ser dichas a cada uno de los participantes, y, en este espíritu, un "Muchas gracias!" de todo corazón, a todos ustedes que permitieron que estos días de retiro aquí fueran magníficos. A todos ustedes los bendiga Dios abundantemente y (ojalá) "hasta luego."

Taducción: Maria Elena Vilches, Guayaquil, Ecuador