Rumbo al centenario de la Alianza

Comienzan las grandes peregrinaciones en Atibaia, Brasil

Llegada de los buses The busses arriving... Ankunft der Busse...
Alegría pura The joy to be in the house of the Mother Wie freute ich mich, als man mir sagte: Wir ziehen zum Haus… der Gottesmutter, zum Haus des Herrn Fotos: Ir. M. Nilza © 2009

Brasil, Hna. M. Nilza/mkf. Comienzan las grandes peregrinaciones en Atibaia, Brasil; las diócesis comienzan a llegar en peregrinación con sus obispos. Domingo a domingo, son millares de peregrinos que llegan en buses, para visitar a la Madre y Reina en su Santuario.

En una conversación vía skype el día 15 de marzo, la Hna. M. Nilza, responsable de la página de Internet www.maeperegrina.com.br, que pasa un tiempo en Atibaia, habló sobre las peregrinaciones, lo que lleva a los peregrinos al santuario y sobre una canción que tiene el potencial para ser cantada no solo en todo el Brasil...

Hna. M. Nilza, ¿cuántos peregrinos llegan hasta el santuario en estos días?

La semana pasada vinieron peregrinos de San Amaro con más de 80 buses, ahora llegarán grupos de Jundiaí, cuyo obispo aprovecha para despedirse, pues ahora va a ser Arzobispo en Juiz de Fora; ellos llegan con más de 100 buses, además de centenas autos y microbuses que también se unen a la peregrinación.

La semana que viene habrá romerías de San Andrés y Campo Limpio con sus obispos. El de Campo Limpio dispensó al conductor, pues al santuario se va en peregrinación. Ya están confirmados más de 200 buses.

Pero, ¿cómo recibir tantos peregrinos en un santuario tan pequeño?

Es preciso estar aquí durante algún tiempo para vivenciar eso con nosotros: el santuario explotando de hijos amados, cono su mirada dirigida hacia la MTA, en una enorme fila, esperando su turno para entrar. Hay grupos de voluntarios fijos aquí, que colaboran según un horario para ayudar en la acogida de los peregrinos. Cuando vienen las diócesis, ellos se organizan bastante tiempo antes y un buen número de esos peregrinos vienen para trabajar.

Eso es tan bonito, ellos llegan muy temprano para acoger a sus propios co-terráneos. Cuando se va en peregrinación no se espera mucha comodidad, se espera tener solo lo necesario. Sería una buena experiencia en vista de la preparación para el 2014 si pudiesen venir hasta aquí y ver como todo eso funciona.

Nuestra carpa tiene espacio para ocho mil personas. Pero tenemos días, cuando hay estas grandes peregrinaciones que igual al número de personas que está adentro, es el número de los que participan permaneciendo afuera, apenas escuchando, respondiendo y cantando felices. Al fin, están en la casa de la Madre. La actitud de todos los peregrinos es: "Somos familia, venimos a la casa de nuestra Madre."

¿Cómo se organiza todo eso? ¿No hay quejas por no encontrar un lugar o por tener que esperar horas en fila?

Hay sacrificios. A nosotras, hermanas y laicos que recibimos a los peregrinos, nos gustaría que cada uno tuviese lo que necesita. Mas somos tantos hijos y la MTA está feliz con nosotros. Lo que no sale tan bien, lo ofrecemos como dádiva de amor para Ella, que nos ofrece tanto.

Va a ser así también en el 2014. Las personas no quieren un hotel cinco estrellas, ellos quieren llegar y ser acogidas con amor, quieren un encuentro personal con la MTA en el santuario. Fuera de eso, las otras cosas pueden ser muy simples.

Aquí todos los años se hace un librito para acompañar el programa de la romería. Son hechos anualmente para estar siempre actualizados con las corrientes del tiempo, con las líneas del Movimiento.

Las personas llegan y adquieren esos manuales, así ellas acompañan todo el programa y luego los llevan a sus casas para rezar durante el año.

Los refrigerios son a la elección, algunos traen su lunch y hacen un picnic, extienden los manteles en los jardines del santuario y se sientan en el pasto para comer.

Otros prefieren comprar el lunch y para los que quieren almorzar también hay esa posibilidad. Ellos lo piden cuando llegan y pagan a la hora de comer en los diversos puntos de distribución.

Son millares de personas y ellos saben que no hay forma de facilitar mesas para todos. Hay un buen número de mesas distribuidas por el centro, quienes llegan primero las encuentran desocupadas; los que no encuentran mesa se sientan a la sombra de los árboles y comen felices. Nadie reclama por no encontrar lugar en las mesas. Estamos en una romería y eso también es parte de ella.

¿Qué esperan los peregrinos y cuáles son sus deseos?

Lo esencial para las personas es conseguir entrar al santuario. Cuando son por ejemplo, diez mil personas – y eso no es nada raro – ellas hacen fila por más de dos horas. Al entrar al santuario no se pueden quedar mucho pues hay mucha gente en fila todavía.

Todos los bancos del santuario son retirados para ofrecer más espacio. A lo mucho se deja un banco para los ancianos. Nadie se empuja. Es increíble, las personas están en casa de la Madre. Ellos sienten el no poderse quedar más tiempo; allí dejan sus ofrendas, sus flores, los recados de quienes se quedaron en casa. Los que se quieren quedar más tiempo regresan después, a la hora del almuerzo, a la hora de alguna programación, cuando hay menos gente.

¿Entonces ellos no participan de todo el programa? NO, algunos renuncian a alguna parte. ¿Eso es grave? ¡No! Lo esencial es que tengan un encuentro personal con la MTA en el santuario.

¿Cómo son recibidos los peregrinos?

Lo que le da un toque personal, es que al llegar al portón, cada bus es recibido por un voluntario. Este sube al bus con alegría, les dice que la MTA está feliz de que ellos hayan llegado, dan un mensaje y se dice a los peregrinos que hoy es día de fiesta en casa de la Madre, que millares de otros hermanos han venido también, entonces que cada uno puede colaborar para que la Madre atienda a todos.

Eso da un toque muy personal para el grupo; ellos son acogidos individualmente, entonces entran con el corazón abierto. Aquí las personas hacen filas inmensas para poder decir un "¡buen día!" a la MTA.

¿Qué hacen ustedes cuando llueve o cuando falta comida para tanta gente?

Los peregrinos no desisten, se quedan bajo sus paraguas, empapados, pero firmes y felices. Cuando las personas tienen una gran motivación, ellas enfrentan todo. Lo esencial es ser bien atendidos. La regla para las hermanas y los voluntarios de aquí es: puede faltar todo, agua, comida...cualquier cosa. Solo una cosa no puede faltar: un rostro sonriente y mucho cariño para los peregrinos. Las personas quieren ser tratadas como gente y con educación. Si ellas saben que no están siendo engañadas ellas perdonan. Todos entienden que cuando hay diez mil personas, al final del día puede faltar agua.

Pero ellas entienden porque estuvieron bien a lo largo del día, tenían lo necesario, lo que faltó fue debido a la sobrecarga de ese día.

En el santuario también hay voluntarios que permanecen ahí. ¿De qué se preocupan ellos? Ellos cuidan de que haya el silencio para que cada uno pueda rezar personalmente, aunque en la mayoría de las veces no es necesario, pues es todo tan sagrado que las personas entran en silencio.

¿Hay algo más que sea importante para los peregrinos y que hace que ellos tengan una buena experiencia?

Otra cosa importante son las confesiones. Las personas entran al santuario y les cambia el corazón. Tiene que haber sacerdotes para atender las confesiones. Las personas salen del santuario preguntando por eso. Y cuantas conversiones – ¡los Padres quedan impresionados cada vez! Personas que hace más de 40 años no se confesaban, y que aquí en el santuario se sintieron tan acogidos personalmente que tuvieron la valentía para hacerlo.

Los peregrinos buscan también un lugar para la oración delante de Jesús Sacramentado. Como el santuario es un entrar y salir de la gente que nunca acaba, la adoración se lleva a cabo en la capilla de la Casa Provincial. Ahí hay carteles que invitan a guardar silencio, y muchos entran ahí para permanecer bastante tiempo con Jesús en el Santísimo.

¿Cómo es el programa de las grandes peregrinaciones?

A partir de las 8 de la mañana comienza la acogida de los buses en el portón del santuario, a las 9 la acogida de todo el grupo en la entrada del centro, donde tenemos una cruz grande. Generalmente, cuando se trata de una diócesis, ellos traen una Peregrina Auxiliar junto con las imágenes de los patrones de sus parroquias y las banderas de sus ciudades.

La hermana hace una introducción antes de la visita al santuario, da la bienvenida y habla sobre las gracias de una romería. Enseguida, todos juntos van hacia el santuario, no pueden entrar todos juntos, pero saludan a la MTA y rezan la consagración: en el santuario recuerdan que estamos caminando juntos hacia el 2014.

Después pasan por el monumento del P. Kentenich, donde la hermana habla sobre nuestro Padre Fundador. Ahí rezan la novena del Fundador y se dirigen hacia la carpa. Allí se separan los jóvenes y los niños, que tienen un programa especial, todo preparado con ayuda de los voluntarios.

Cada grupo por separado tiene una conferencia más vivencial. A las 11:30 todos se encuentran nuevamente en la carpa para la bendición con el Santísimo, a las 12 es el almuerzo y a la 13:30 un momento mariano o vía crucis, dependiendo del tiempo litúrgico. Enseguida, a las 14:30 la Misa de clausura. Vea como todo es tan simple, sin embargo todos somos felices.

Cuando viene un obispo con el grupo, el horario de la misa se adapta al horario disponible del obispo; por ejemplo se puede celebrar la Santa Misa en la mañana y en la tarde, en lugar de la Misa se da la bendición con el Santísimo.

¿Cuál es esa canción que los peregrinos cantan con tanto entusiasmo? Parece que es sobre la Alianza de Amor.

Los peregrinos cantan con entusiasmo: "Rumbo al centenario de la alianza, esta es nuestra bandera, abre el corazón a esta gracia, para juntos dar frutos para la Iglesia."

Todos cantan, vibrando por el 2014 y alzando banderitas de Schoenstatt. Más de cuatro mil personas, todos cantando: Rumbo al centenario de la alianza, esta es nuestra bandera...

Es u canto que hicimos y que se popularizó entre los peregrinos. En las parroquias también se lo canta mucho. ¡Los obispos y párrocos no tienen como no saber que estamos preparando para el 2014! Nuestro pueblo está súper entusiasmado con el centenario. Ese es el tema en los días 18, mas eso está siendo trabajado. Estamos haciendo una novena de 9 años, hace 4 años estamos trabajando por el centenario. Ahora no hay ni una persona que sea del movimiento o que reciba la Virgen Peregrina que no sepa: ¡en el 2014 tenemos una gran fiesta!

Muchas personas están empezando a ir a Schoenstatt. El sueño es estar en el Santuario Original el día 18 de octubre de 2014. Con programa o sin programa los schoenstattianos van a celebrar los 100 años de fundación del Movimiento.

En los días 18, ellos celebran la misa de alianza, y ese canto resuena, los obispos también aprenden un poco de esto.

Nuestro pueblo simplemente ama a la Madre y Reina. La semana pasada recibí un correo electrónico de un sacerdote que está escribiendo la historia de su diócesis: San Juan de Buena Vista – Sao Paulo, y él quería saber la fecha en que la Madre y Reina llegó a la primera ciudad de su diócesis, pues la Campaña de la Mater Peregrina marcó un hito en la historia de la diócesis.

¿Cómo va a ser el 18 de octubre de 2014 con la llegada de estos peregrinos de Brasil que desde ahora ya están tan entusiasmados con el centenario?

Imagine el Santuario Original explotando de tanta gente, de hijos con ojos brillantes porque vienen a visitar a la MTA en Schoenstatt.

Cuando nuestros peregrinos estuvieron ahí el año pasado ellos salieron de aquí con el corazón en fiesta porque iban al lugar original. Cuando llegaron allá ya era tarde y el Santuario Original estaba cerrado. Igualmente ellos quisieron ir en romería para allá.

Rezaron en la puerta, besaron las paredes y la cerradura y dijeron: Madre, nosotros estamos aquí afuera, esperamos tanto para visitarte... cuando me contaron esto quedé con el corazón apretado, el Santuario Original es todo para ellos, el sueño es llegar hasta ahí un día. Schoenstatt es el sentido de la vida de millares de personas...

• Rumbo al centenario de la Alianza

Traducción: María Elena Vilches, Guayaquil, Ecuador