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Foro sobre Mario Hiriart
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 published: 2008-12-03

O no lo entiende, o es un santo

El segundo foro sobre Mario Hiriart en Schoenstatt, esboza un detallado retrato de este Hermano de María chileno

 

30. November: Mario-Hiriart-Forum in Haus Tabor, Schönstatt

30 de noviembre: Foro Mario Hiriart en la Casa Tabor, Schoenstatt

November 30: Mario Hiriart Forum at House Tabor, Schoenstatt

30. November: Mario-Hiriart-Forum in Haus Tabor, Schönstatt

 

Amelia Peirone aus Rom, P. Angel Strada, Schönstatt

Amelia Peirone, Roma, P. Ángel Strada, Schoenstatt

Amelia Peirone, Rome, Fr. Angel Strada, Schoenstatt

Amelia Peirone aus Rom, P. Angel Strada, Schönstatt

 
Blick ins Publikum  

Asistentes

Participants

Blick ins Publikum

 
Vortrag: Amelia Peirone  

Conferencia: Amelia Peirone

Conference: Amelia Peirone

Vortrag: Amelia Peirone

 
Zeugnis: Ingrid Springer  

Testimonio: Ingrid Springer

Testimony: Ingrid Springer

Zeugnis: Ingrid Springer

 
Zeugnis: Hermann Arendes  

Testimonio: Hermann M. Arendes

Testimony: Hermann M. Arendes

Zeugnis: Hermann Arendes

Fotos: Kuller © 2008

 
 

SCHOENSTATT, mkf. "O no lo entiende, o es un santo". Las Hermanas de María del hospital de Londrina estaban desconcertadas. Este ingeniero chileno, de poco más de treinta años de edad, recibió un diagnóstico abrumador: cáncer. Y permaneció totalmente tranquilo. Sí, se lo había imaginado. Había visto los mismos síntomas en su madre. Sobrio, analítico, sosegado, totalmente tranquilo. "O no lo entiende, o es un santo". No, dice su superior tranquilizando a las Hermanas. Lo ha comprendido. No necesita decir nada más. Las Hermanas entendieron. En este caso tratemos de fortalecerlo físicamente, así estará bien, y dejémoslo volar. Tiene un pasaje para Milwaukee. Allá tendrá los mejores médicos... y uno aún mejor para el alma.

Allá en Milwaukee estaba el Padre Kentenich, enviado al exilio por la Iglesia. Y en Milwaukee ambos se encontraron el 29 de mayo de 1964, el Fundador de Schoenstatt y el Hermano de María de Schoenstatt chileno, el Padre espiritual y el hijo espiritual. El Padre Kentenich estaba conmovido por la profundidad de la entrega de este joven. ¿Quieren ver la tumba de un santo? preguntaba más tarde continuamente a sus visitantes, y señalaba la tumba de Mario Hiriart en Milwaukee. Murió allí el 15 de julio. Las Hermanas de Londrina habían comprendido.

La tarde del domingo 30 de noviembre tuvo lugar en Schoenstatt el segundo foro sobre Mario Hiriart. Se informó sobre el estado actual del proceso de beatificación y canonización, pero también fue una aproximación a la persona de Mario Hiriart y su importancia para Schoenstatt.

La tensión entre el mundo y la fe

Quien trabaja por la causa de un santo, necesita una apertura, una semejanza espiritual, biográfica, con él: pues la causa de un santo necesita entusiastas. Amelia Peirone, de la Argentina, fue una firme colaboradora del proceso en la fase diocesana en Santiago de Chile. Con la entrega de las actas en Roma, a la Congregación para las causas de los santos, su lugar de trabajo se trasladó a Roma. La tensión entre el mundo y la fe, dijo Amelia Peirone en su conferencia, fue siempre un tema que le preocupaba. Algún día fue claro para ella que hace falta confrontarse con esta tensión, solucionándola en uno mismo. En este proceso personal descubrió a Mario Hiriart, el ingeniero y profesor universitario que vivió su fe y su compromiso apostólico en su trabajo, no al lado o cerca de él, sino en medio y través del mismo.

Mario Hiriart resolvió esta tensión, pero la tensión que existía en aquel tiempo dentro de la Familia de Schoenstatt chilena, le ocasionó un sufrimiento tremendo. Donde podía, trabajaba por la unidad, no en último término por medio de un análisis realista de los argumentos y experiencias de ambos lados. Amó y fue portador de la Cruz de la unidad, y esto comprendido al pie de la letra.

También aportó tensiones el Padre Ángel Strada, postulador de la causa de beatificación de Mario Hiriart. Si actualmente se hiciera una carrera de velocidad entre los candidatos schoenstattianos a la beatificación y canonización, entonces Mario Hiriart recibiría la medalla de bronce, después de la de oro para Carlos Leisner (ya beatificado, y está abierto el proceso del milagro para la canonización) y de plata para la Hna. M. Emilie Engel (en Roma, con la "positio" ya presentada). El proceso de Mario Hiriart ya fue cerrado en el nivel diocesano. Las actas están en Roma desde 2004, Amelia Peirone trabaja en la "positio". El proceso de José Engling fue cerrado – en el nivel diocesano – en septiembre de 2008. El del Padre Kentenich y el de Don João Pozzobon luchan actualmente por los lugares quinto y sexto. Ambos procesos están ante una inminente conclusión en las diócesis.

Un milagro viviente

Harald Knes, Hermano de María de Schoenstatt, se encontró con Mario Hiriart mediante la computadora. En 1999 preparó fotos de Mario Hiriart en su PC para la exposición realizada en la celebración del quincuagésimo aniversario del tercer hito de la historia de Schoenstatt, en Bellavista. Aquí no se podía eludir mirar los textos que correspondían a las fotos. Pero parecía imposible llegar a un vinculo personal con Mario Hiriart. Finalmente Harald Knes fue trasladado por un tiempo a Chile. Con espíritu aventurero participó en una peregrinación al Cristo Redentor, en las alturas de los Andes, un proyecto de schoenstattianos argentinos y chilenos inspirado en Mario Hiriart. Por último viajó por los lugares de Sudamérica que fueron importantes para Mario. Por fin se le encendió la lamparita... Lo conmovió la gran cadena de oración que, por intercesión de Mario Hiriart, fue ofrecida por Guillermo y Kiki Tagle, que después de un choque frontal con un camión, prácticamente fueron desahuciados por los médicos. Guillermo Tagle era del mismo grupo de Mario Hiriart. Probablemente fue la primera vez que se utilizó en Schoenstatt, para una cadena de oración, esta gran conquista técnica de la humanidad en las postrimerías del siglo XX: Internet. Los Tagle sobrevivieron sin secuelas permanentes, y en septiembre de 2004 estuvieron en Roma, cuando se entregaron las actas del proceso de Mario Hiriart.

Quiso perfeccionar su conocimiento del castellano y terminó como colaboradora...

Ingrid Springer, autora de varios escritos sobre Mario Hiriart y colaboradora de su secretariado, quería conseguir solamente un par de textos de Mario sobre el cáliz – el símbolo de su rama de mujeres académicas – para escribir un artículo para una circular. Y entonces "unos meses más tarde visité a una familia amiga en Santiago de Chile. Allá compré el único libro que había sobre Mario que existía entonces en castellano, para saber más sobre él, y también para perfeccionar mi castellano, que en aquel tiempo era muy pobre. El libro, del P. Esteban Uriburu, me fascinó. Pero puede ser fatal manifestar esa fascinación... El P. Joaquín Alliende, que en aquel tiempo era el postulador de la causa, escuchó hablar de mi entusiasmo. Una de sus cualidades es utilizar las más pequeñas oportunidades para impulsar grandes visiones. Rápidamente recibí un encargo: que junto a los Hermanos de María en Alemania, me empeñara en dar a conocer a este hombre tan santo", dijo Ingrid Springer.

Y "a medida que avanzaba en la lectura de los escritos originales de Mario, – con esto el se transformó en mi nuevo profesor de castellano – tanto más vislumbraba algo de la profundidad fundamental de este Hermano de María, que al mismo tiempo, como ingeniero, sabia vincular con Dios lo secular de su profesión y de sus tareas. El modo de rezar en medio del bullicio de la ciudad, o en el apiñamiento de un ómnibus urbano, o durante su trabajo cotidiano, me encantaron de la misma manera que su profundo diálogo con "su Madrecita" en el Santuario. Pensé: aquí hay un tesoro que debe ser descubierto para que mucha gente lo encuentre. Y comencé con la primera modesta publicación: ‘Vivir en el Santuario’. Este folleto permite entrever cuán claramente comprendió Mario que la línea del Santuario de Bellavista, de cuya construcción y bendición participó, lo llevaba al Santuario original, pero simultáneamente también hizo realidad la línea que se dirigía al Santuario de su corazón"

Ave María, zart...

El punto culminante de los testimonios fueron los relatos de Germán M. Arendes, que en Santa María (Brasil), fue el superior de Mario. "El Sr. Arendes relata fantásticamente, con muchos pequeños detalles", opina Dietger M. Kuller. "Hoy fue algo hermoso, especialmente lo del Sr. Arendes, fue el broche de oro", agrega Ingrid Springer. El broche de oro con innumerables detalles, cariñosamente esbozados, muestra como Mario Hiriart, un extranjero – chileno – llegó a Brasil a una comunidad puramente alemana. Como este ingeniero tan sobrio manifestaba sus más profundos sentimientos mediante el canto de sus canciones preferidas en castellano, y descubría sus canciones preferidas en alemán: Es blüht der Blumen eine ("Se abre una flor" y "Ave María zart" (Ave María, tierna), canciones antiguas de la devoción popular alemana...

Fue "tierno" en su tarea como sacristán, completamente nueva para él. ("Por su estatura no podía ir con los demás al jardín", aclaró Hermann Arendes). Lavar y planchar los purificadores que se utilizaban en la Sta. Misa, era un trabajo nuevo para él. Cada cosa que hacía era como una oración, también cuando adornaba la capilla con flores. En los relatos cobra vida este hombre Mario Hiriart, y la imagen de este joven cobra color y calidez... La alianza de Amor de Schoenstatt tiene muchos colores, la vive originalmente gente de todas las clases sociales, de todos los países y culturas, con todas las características y caracteres biográficos... dándole así fuerza y atracción para las muchas personas que hoy no preguntan por ideas sino por modelos logrados.

Por ejemplo, no tener tiempo y sin embargo rezar. Dice Ingrid Springer: "Nosotros, que frecuentemente no tenemos tiempo para tomarnos tiempo, podemos aprender mucho de la efectividad de Mario para tener tiempo. Por ejemplo, su oración permanente en la vida cotidiana. Este modo de vida de oración que se desarrolla lejos de todo tipo de "estrés de piedad", fue algo totalmente revolucionario, en vista de las prácticas y deberes religiosos de los años ’50 y ’60. Y es hasta hoy el núcleo y el móvil de una sana espiritualidad laical. Mario, que no tenía en torno a sí los muros protectores de un monasterio, llevó el mundo hacia Dios y a Dios hacia el mundo mediante su continuo diálogo interior, concreto y real, con Dios y con la Mater".

Quien no haya participado en el Foro de Mario Hiriart, puede captar algo de lo que allí se trató en los libros, en la exposición sobre Mario Hiriart o también en los nuevos paneles de la Casa Tabor.

Con el aporte de Harald M. Knes, Dietger M. Kuller e Ingrid Springer.

 


 

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Last Update: 10.12.2008