published: 2008-12-30 |
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El peregrino está nuevamente en caminoTraslado de los restos de Don João Luiz Pozzobon |
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BRASIL, Hna. M. Rosequiel Favero. Hace 23 años, en junio de 1985, Don João Pozzobon hacía su "última peregrinación", tal como él mismo lo escribió en su testamento espiritual. En su entierro, se hizo una procesión desde la iglesia Nuestra Señora de los Dolores hasta el Santuario Tabor, y de allí, a la capilla Nuestra Señora de las Gracias. Él, que caminó más de 140 mil kilómetros con la imagen Peregrina de la Madre y Reina de Schoenstatt, quería que su último homenaje fuera también una peregrinación. Pero aquella no sería la última caminata del "peregrino de María". El último domingo de 2008, el 28 de diciembre, fueron trasladados los restos mortales del Siervo de Dios João Luiz Pozzobon. Tal como fue en su entierro, la peregrinación incluyó los templos que marcaron la vida y la misión del "pobre diácono y peregrino", como él mismo gustaba llamarse: la iglesia Nuestra Señora de los Dolores, el Santuario de la Madre tres veces Admirable y la capilla Nuestra Señora de las Gracias. La primera estación de este itinerario de fe, fue el Santuario de Schoenstatt de Santa María. Poco antes del horario previsto, una hermosa urna de madera, sobre la cual se podía ver una cruz de la unidad y el nombre de Don João Pozzobon, fue llevada por los schoenstattianos por el portón central. Repicaba la campana del Santuario, como para darle voz a la Mater que recibía, con alegría, a su hijo querido. En el Santuario lo aguardaba la imagen Peregrina original, con la que Don João peregrinó durante treinta años. Una vez más ella sería su "compañera de peregrinación" a partir del Santuario, en las celebraciones de este día tan especial. Quiero estar siempre unido a tu Santuario.Algunos de los presentes recordaron como, a lo largo de su vida, él llegaba al trono de su querida "Mãezinha": se arrodillaba en el suelo, aún antes de entrar al Santuario, para "poner en las manos de la Mater sus contribuciones al Capital de Gracias" y recién entonces entrar. Cuando la urna fue llevada por las escaleras hasta el Santuario, parecía que el propio Don João venía, feliz, al encuentro de la MTA. Casi se podían "escuchar" las palabras registradas en su diario. "Madre y Reina, quiero estar siempre unido a tu Santuario. Solo me siento grande cuando estoy de rodillas en tu Santuario". Siguió un momento de profunda oración, en el que se recordaron diversos testimonios de Don João Pozzobon sobre la importancia del Santuario y de la espiritualidad de Schoenstatt para su camino de santidad. Poco a poco fueron colocados algunos símbolos sobre la urna: imágenes peregrinas, rosarios, fotos... como expresión de confianza en su intercesión de sus hermanos en la Alianza. El cielo y la tierra, el más allá y el aquí, se unieron en el momento en el que, a una sola voz, se renovó la Alianza de Amor con la Madre tres veces Admirable. Nuevamente, en los brazos de los schoenstattianos, la urna con los restos de Don João y la imagen Peregrina original siguieron, en procesión, desde el Santuario hasta la segunda estación: la iglesia Nuestra Señora de los Dolores, donde fueron recibidos por el vicario, P. Francisco Bianchin, y por un grupo de parroquianos. Quedaron allí, siempre custodiadas por los miembros del "Rosario de los hombres" y visitadas por muchos fieles. A las 19 hs. fue celebrada la Sta. Misa en la iglesia matriz de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, presidida por el P. Francisco Bianchin, que resaltó el "trabajo de precisión" de la Providencia, al colocar el traslado de los restos mortales de Don João Pozzobon justo en el día en el que la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. El gran "misionero de las familias" debería encender en cada uno de los presentes un nuevo ardor misionero a favor de las familias. Mãezinha do céuDesde este templo, una larga fila de autos partió hacia la capilla Nuestra Señora de las Gracias, llevando la urna y la Peregrina original. En una celebración sencilla, como el acto oficial de la causa de canonización, por eso también familiar, el obispo diocesano de Santa María, Mons. Helio Rubert, bendijo la nueva sepultura. Fue conmovedor el momento en el que se pudo escuchar la voz grabada de Don João Pozzobon, hablando de su entrega a la misión y de la gran alegría que tenía con ella. Al final, cuando el pueblo entonaba cantos marianos (especialmente "Mãezinha do céu") se colocaron en la sepultura una caja de acrílico lacrada, conteniendo las ropas y demás objetos que estaban en el ataúd de Don João y la urna con sus restos mortales. Quedará temporalmente en este lugar (hasta la beatificación), donde recibirá la visita de innumerables peregrinos que llegarán a su encuentro de cerca y de lejos. En todos los rostros había una expresión de gran alegría por todo lo que se pudo vivenciar en este día. "Un verdadero regalo de Navidad", como alguien comentó. Queda ahora, con la causa de beatificación casi terminada en la diócesis, implorar a Dios por el milagro para que entonces el "peregrino" emprenda un nuevo viaje, a Roma, rumbo a su beatificación. |
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Last Update:
30.12.2008