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Mons. Zollitsch convocó al Movimiento de Schoenstatt en Alemania a ir adelante
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 published: 2008-09-16

Un viejo mundo está en llamas. Un nuevo mundo está naciendo...

1600 personas llegaron a Schoenstatt para conmemorar el 40º aniversario del fallecimiento del Padre Kentenich. Mons. Zollitsch convocó al Movimiento de Schoenstatt a colaborar en la construcción de una nueva Iglesia

 

14. September 2008: Schönstatt gedenkt des 40. Todestages von Pater Kentenich. Gut 1600 Menschen füllen die Pilgerkirche

14 de septiembre de 2008: conmemoración del 40° aniversario de la muerte del Padre Kentenich en Schoenstatt

September 14, 2008: commemoration of the 40th anniversary of Father Kentenich’s death in Schoenstatt

14. September 2008: Schönstatt gedenkt des 40. Todestages von Pater Kentenich. Gut 1600 Menschen füllen die Pilgerkirche

 

Der Hauptzelebrant, Erzbischof Dr. Robert Zollitsch, Vorsitzender der Deutschen Bischofskonferenz, grüßt die Schönstattfamilie

Procesión de entrada. Mons. Robert Zollitsch, Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, es el celebrante principal

Entrance procession. Archbishop Robert Zollitsch, President of the German Bishops’ Conference, is the main celebrant

Der Hauptzelebrant, Erzbischof Dr. Robert Zollitsch, Vorsitzender der Deutschen Bischofskonferenz, grüßt die Schönstattfamilie

 
Ein festlicher Tag, der zum Aufbruch wird  

Un momento festivo...

A festive moment

Ein festlicher Tag, der zum Aufbruch wird

 
„Leben entzündet sich am Leben und beginnt nicht mit dem, was in Dogmen als wahr und bestimmt verkündet wird. Die Lebensgeschichte des Einzelnen zählt.“  

“La vida se enciende en la vida. No comienza con lo que anuncian los dogmas como verdadero y seguro. La historia de la vida de cada individuo juega un rol fundamental.”

“Life enkindles life and doesn’t begin with what is proclaimed in the dogmas as true and certain. The life history of the individual counts.“

„Leben entzündet sich am Leben und beginnt nicht mit dem, was in Dogmen als wahr und bestimmt verkündet wird. Die Lebensgeschichte des Einzelnen zählt.“

 
Segen zum Aufbruch  

Bendición

Blessing

Segen zum Aufbruch

 
An der Grabstätte Pater Kentenichs  

En la tumba del Padre

At Father Kentenich’s tomb

An der Grabstätte Pater Kentenichs

 
Gebet im und am Urheiligtum

Bendición el en Santuario Original

Benediction in the Original Shrine

Gebet im und am Urheiligtum

Fotos: K. Fischer /Clemens Mann © 2008

Álbum de fotos – photo album – Fotoalbum

 

 

 

SCHOENSTATT, Clemens Mann. "Poco después de las seis de la mañana, el Padre Kentenich entró en la sacristía de la Iglesia de la Adoración. Saludó brevemente a la sacristana, Hna. Anneluzia y al P. Weigand, se colocó los ornamentos sacerdotales. A las 6,15 ambos sacerdotes se dirigieron al altar. Luego llegó aún un tercer sacerdote, el P. Drago Maritsch, un carmelita descalzo de Yugoslavia, que justamente estaba de vacaciones en Schoenstatt. Concelebraron los tres la Sta. Misa. Al volver a la sacristía, el Padre Kentenich habló brevemente con ambos sacerdotes y los invitó a almorzar con él. Después se quitó los ornamentos y permaneció un momento en silencio delante de la mesa de la sacristía. Probablemente estaba rezando..."

Una pequeña delegación de representantes de la Presidencia General de la Obra de Schoenstatt, de la Presidencia Nacional de Alemania, de políticos de la región, de representantes de otros Movimientos – entre ellos Gerhard Pross, de la YMCA – y de los medios de comunicación, llegó a la tumba del Fundador al mediodía – antes de que arribara el aluvión de peregrinos – para recordar el cuadragésimo aniversario del fallecimiento del Padre Kentenich. También estaba entre los presentes el arzobispo de Friburgo, Mons. Robert Zollitsch, que desde hace unos meses es el presidente de la Conferencia episcopal alemana. Pero él llegó aún más temprano que los demás, y estuvo un largo rato en silencio, probablemente rezando, ante el sarcófago del Fundador.

"Repentinamente el Padre Kentenich cayó de bruces hacia delante, sobre la mesa. El P. Drago y el P. Weigand, que aún estaban a su lado, lo sostuvieron tomándolo de los brazos. Pero no pudieron sostener el cuerpo desmayado y lo depositaron lentamente en el suelo. La sacristana corrió a buscar un pequeño almohadón y lo puso debajo de su cabeza. El Padre Kentenich estaba inconsciente. Poco después, a las 7,07 hs. dejó de respirar..."

Se escuchan atentamente, con fascinación, las palabras de la Hna. M. Pía, que tranquila y seria relata lo sucedido ese día. Se reza y se canta en común ante el sepulcro del Padre Kentenich. Y pareciera que en este clima casi pueden volver y compartirse profundos recuerdos, y la gran conmoción que produjo – y produce – su inesperada muerte en la Iglesia de la Adoración. En ese entonces y aún hoy.

Una viva corriente de la fe

Más tarde llegaron cientos de peregrinos a la tumba del Fundador. Llegaban hasta el Padre Kentenich confiando en que él tiene un corazón abierto para sus intenciones, un corazón abierto para todos los que llegan con sus anhelos, necesidades y preocupaciones ante el sepulcro del Fundador de Schoenstatt. Llegan rezando al sepulcro para agradecer por alguna experiencia feliz y por el obrar del Padre.

Antes esta viva corriente de la fe ya había fluida por la Iglesia de peregrinos. A la mañana del 14 de septiembre, a las 10,30, Mons. Dr. Robert Zollitsch había celebrado una solemne Santa Misa con la iglesia repleta por 1600 personas. "La gente estaba ubicada codo a codo. Es algo hermoso", dijo después de la Sta. Misa el P. Ángel Strada, argentino, que fue uno de los concelebrantes y es el postulador del proceso de beatificación del Padre Kentenich. La Iglesia de Peregrinos se ocupó totalmente en el acto. Espontáneamente se entraron algunos bancos de afuera, para que la gente tuviera un lugar donde sentarse. No obstante muchos permanecieron de pie, pues nadie había contado con una afluencia tan grande.

La gente de Osnabrück, que ya había arribado el sábado con su peregrinación diocesana, se mezcló con los cientos de personas que habían llegado para conmemorar el 40º aniversario del fallecimiento del Padre Kentenich. Algunos se habían anunciado, otros no. "Desde que lo leímos en Internet, sabíamos que vendríamos", dijo el matrimonio Hirschmugl, de las cercanías de Viena. Es fácil reconocer a un grupo de 48 peregrinos de la Argentina, que concluía en Schoenstatt un viaje por los Santuarios marianos de Portugal y Francia, por sus bufandas con los colores patrios. Siguieron atentamente la homilía, con creciente entusiasmo, gracias a la traducción que se había preparado previamente.

En la homilía – que movilizó y sacudió a muchos – y que dio exactamente en el estado de ánimo juvenil del Movimiento de Schoenstatt, y que fue contagiosamente entusiasta y auténtico, el Arzobispo de Friburgo, miembro del Instituto de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt, relató su encuentro con el Padre Kentenich en 1964, en Milwaukee. Allí el Padre Kentenich estaba convencido de que Schoenstatt, gracias al Concilio Vaticano II, sería mejor comprendido y que la Iglesia se pondría en movimiento. En los últimos años de su vida, el Padre Kentenich siempre acentuó que se debe dirigir la mirada hacia el futuro, descubrir una respuesta a los desafíos del presente y del futuro. Para él era muy claro que la Iglesia debía marchar hacia las nuevas playas si quería formar el futuro del mundo y de la sociedad. "Todos nosotros estamos llamados a colaborar, en nuestro modo, en la construcción, por así decirlo, de una nueva Iglesia, y quizás se nos va a regalar una Iglesia renovada en múltiples aspectos" (charla a sacerdotes, 17-2-68).

Partir hacia los tiempos más nuevos...

Esta exhortación a la partida, a la renovación, es para Mons. Zollitsch el imperativo del testamento paternal. Justamente hoy, y muy especialmente para la Iglesia en Alemania, Schoenstatt debe anunciar de nuevo al Dios vivo y todopoderoso, que obra en medio de los hombres, y con ello renovar a la Iglesia. Una renovación de la Iglesia por el compromiso de sus miembros, por el apostolado de los laicos, por la vocación de todo cristiano a esforzarse por construir el Reino de Dios. Esto lo ha cimentado el Fundador en su Familia desde el principio, como un encargo de Dios. Después del Concilio Vaticano II, en tiempos de escasez de sacerdotes, Schoenstatt puede brindar una larga experiencia y un camino de fe probado de lo que aportan laicos activos y comprometidos en la vida de la Iglesia.

"Nos podemos alegrar por todo lo que, en este sentido, vive en nuestro Movimiento. A la vez tenemos el desafío de preguntarnos cómo seguimos por este camino, cómo lo llenamos hoy de vida". También habló Mons. Zollitsch del fenómeno de una creciente individualización den la vida social y religiosa. Con relación a esto, Schoenstatt ofrece un valioso acceso – de nuevo fundamentado por el Padre Kentenich – que permite que este tipo de personalidades experimente la belleza de la fe. Él acoge en su espiritualidad las experiencias individuales; es consciente de que la huella de Dios está grabada en cada persona.

"La vida se enciende en la vida. No comienza con lo que anuncian los dogmas como verdadero y seguro". La historia de la vida de cada individuo tiene un papel fundamental. En la Alianza de Amor esto se evidencia de un modo ejemplar. Mons. Zollitsch dijo al final de la homilía con firme perspicacia: "Schoenstatt puede aportar a la Iglesia muchas riquezas de su tesoro. No tenemos que ocultarnos en las catacumbas, al contrario, podemos, conscientes de nosotros mismos y con espíritu de conquista, colaborar en la formación del camino a la Iglesia del futuro". No se debe olvidar este potencial innovador de Schoenstatt. "Queremos retomar las posibilidades que se nos ofrecen hoy. Estemos dispuestos y tengamos el valor de entregar nuestro multifacético tesoro a la Iglesia de nuestros días. Estemos dispuestos a embarcarnos en este viaje y también – como schoenstattianos – a seguir nuevos caminos. Tengamos el valor de ir adelante en este camino de la Iglesia hacia el futuro y así entusiasmar de nuevo a los hombres por la fe. La cosmovisión que nuestro Padre Fundador nos ha dejado es decisiva y fundamental. Con el mismo impulso queremos llevar adelante su espiritualidad a nuestro tiempo".

 


 

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Last Update: 16.09.2008