published: 2008-09-19 |
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Juntos podemosPrimeros ecos de la memoria del 40° aniversario del fallecimiento del Padre Kentenich en Chile |
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CHILE, Hna. M. Ivonne / mkf. "Hoy, día de la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, hace 40 años el cielo tocó la tierra... Hace 40 años el manto maternal de nuestra Madre y Reina rozó nuestra tierra santa de Schoenstatt para sumergir eternamente en el corazón del Dios Eterno la vida santa de nuestro Padre y Fundador José Kentenich. Ven, Padre, a nuestra Patria. Ven, a celebrar con tus hijos de norte a sur, de cordillera a mar de nuestra tierra y en cada rincón donde haya un corazón que te quiera..." Con un mail con este texto en las casillas de correo comenzó el 15 de septiembre en Chile. Fue noticia en los medios nacionales y en los de Schoenstatt, fue tema de prédicas y comentarios: el 15 de septiembre, en todas las catedrales de Chile, y en 17 de ellas con la presencia de un obispo, se recordó el 40° aniversario del fallecimiento del Padre Kentenich. "¡Vengo de vivir algo tan emocionante!", escribe Kikí Tagle, de la generación fundadora de Schoenstatt en Chile, después de volver de la Misa en la Catedral de Santiago: "La Catedral repleta, con una Mater hermosa en el altar, la imagen del Padre, un gran entusiasmo, muchas caras conocidas, Hermanas, matrimonios, señoras, jóvenes, seminaristas, Padres, todos vibrando en amor al Fundador. Nuestros monjes cantaron vísperas, luego nuestros seminaristas la Misa Hacia el Padre, un cariñoso saludo del Padre Francisco Javier Errázuriz que no estaba y una homilía excelente de Monseñor Fernando Chomalí. Una gran felicidad por todas partes y un nudo en la garganta agradecidos por lo que estábamos viviendo". Todos podíamos cantar sin tener la letraLo que ha ocurrido el 15 de septiembre en Chile ha superado todas las expectativas de cualquier ambiciosa pretensión. El Padre se manifestó en toda su grandeza y estuvo con sus hijos de norte a sur del país, conmemorando los 40 años de su Pascua. Ya me han llegado comentarios de algunas ciudades y en cada una de ellas, la catedral llena, llena de gente. Miembros del Movimiento, peregrinos e invitados. En cada parte se esmeraron por una cuidada liturgia dando con ello un gran testimonio eclesial a los ojos de nuestros pastores, quienes se expresaron sobre nuestro Padre con hermosas palabras y gran reconocimiento a Schoenstatt y su servicio pastoral, según el carisma de nuestro Fundador en todas las diócesis. Ecos como: "éramos una sola gran familia, unida en un solo corazón junto al Padre" "Hemos experimentado el Cor Unum In Patre". "Cantar la Misa Hacia el Padre nos dio unidad. Todos podíamos cantar sin tener la letra, porque es tan nuestra". Se pensó mucho en los primeros que trajeron la semilla de Schoenstatt a Chile, los Pallottinos, las Hermanas de María, los primeros miembros del movimiento. Todos los difíciles comienzos de una fundación, se veían coronados con estos hermosos frutos de unidad y el gran crecimiento de la obra de Schoenstatt en Chile, ampliamente reconocida por la Iglesia. Y el comentario general: ¡cómo será cuando tengamos la dicha de ver a nuestro Padre en los altares!. Esta hermosa vivencia de amor y fe da nuevos impulsos para seguir trabajando aún con mayor esmero por la pronta canonización del Padre, "porque hemos comprobado que juntos podemos". Y si nos proponemos desde hoy, acelerar nuestra entrega especialmente dando testimonio de la fecundidad de nuestra Alianza de Amor en la vida diaria, unida a nuestros Santuarios, presentes en todo el país, haremos suave violencia al cielo para atraer su misericordia, regalándonos el tan anhelado milagro que necesitamos en el proceso del Padre. En la catedral de Osorno no estaba el obispo; el Padre Bernardo Werth celebró junto a tres diáconos. El Padre Bernardo (alemán) estuvo hace poco en Schoenstatt y venía muy entusiasmado con el Padre Kentenich. La Eucaristía fue muy bonita porque había mucha gente, especialmente familias que son visitadas por la Virgen Peregrina, además de todos los schoenstattianos. Después vieron una película del Padre Kentenich traída por el Padre Bernardo y tomaron café con galletas. La sorpresa más grande fue que Carlita, una niña de la juventud, anunció que ingresaba en la comunidad de las Hermanas de Schoenstatt en Santiago, junto a otra niña de Valdivia. Dos nuevas vocaciones. Además de otras dos que vienen de España. ¡Qué regalo en estos tiempos!... No sólo en las catedrales...En un pequeño pueblo, cerca de Linares – en la séptima región – la gente no podía ir a la catedral de la ciudad más cercana por motivos de distancia y horario, sumado a las dificultades económicas para el traslado. Entonces decidieron unirse a la celebración nacional, invitando al sacerdote del lugar para que celebrara la Misa en el Santuario del hogar de una misionera de la Virgen Peregrina. El sacerdote aceptó gustoso y ofreció la Misa por la canonización del Padre Kentenich. Asistieron alrededor de cincuenta personas y terminada la eucaristía, celebraron con una rica empanada de horno, adelanto de las próximas fiestas patrias. Casos como éste se habrán repetido en muchos lugares de Chile... |
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Last Update: 19.09.2008