El gran milagro del Siervo de Dios, Padre José Kentenich, es el Movimiento de Schoenstatt mismo

De norte a sur, Chile ha conmemorado el aniversario del fallecimiento del Padre José Kentenich

En la catedral de Arica In the cathedral of Arica In der Kathedrale von Arica
Arica : Ofrenda Arica : Offering Arica : Gabengang
San Felipe: el obispo canta para María San Felipe: the bishop sing. For Mary San Felipe: Der Bischof singt für Maria
En la catedral de Chillán In the cathedral of Chillán In der Kathedrale von Chillán
Durante la prédica en la catedral de Concepción During the sermon, in the cathedral of Concepción Bei der Predigt in der Kathedrale von Concepción Fotos: Hna. Ivonne Latsague © 2008

CHILE, Hna. M. Ivonne / mkf. "El gran milagro del Siervo de Dios, Padre José Kentenich, es el Movimiento de Schoenstatt mismo, que en su apostolado confirma el compromiso de su fundador de ser fermento en la masa del mundo de hoy, agradeciendo la acción que ejerce María como Madre de la Iglesia, quien nos enseña a vivir al estilo de Jesús", dijo Mons. Carlos Pellegrin, en la catedral de Chillán, Chile, el 15 de septiembre. Palabras que despiertan alegria y compromiso. Schoenstatt, recuerda, eres su milagro...

"Anoche, al ver la catedral de Concepción repleta de fieles en la Misa de los 40 años de la Pascua de nuestro Padre, no pudimos dejar de pensar que algo similar seguramente estaba pasando en las otras diócesis donde está presente el Movimiento. Fue una verdadera fiesta de alegría y gratitud", comentan René Maurelia y Olga  Picarte, de Concepción. Así fue. En todas las diócesis del país los schoenstattianos y muchos amigos del Movimiento llenaron las catedrales, como haciendo visible lo que siguió diciendo Mons. Pellegrin: "En esta tarde feliz, contemplamos al Padre Kentenich como al hombre visionario que supo mirar los tiempos nuevos y las profundas crisis humanas de todos los tiempos con los ojos de la fe y de la mano de María. Con un corazón gozoso podemos decir que su muerte es fecunda en cada uno de los miembros del Movimiento de Schoenstatt, que viviendo seriamente su espiritualidad, conquistan el mundo para Cristo".

Chillán: Una noche de cielo.

Todo comenzó alrededor de las 19.28 en la Catedral de Chillán, momento en que las banderas de la Juventud Femenina, Profesionales y Señoras, más dos personas designadas por el Consejo Diocesano, comenzaron la procesión de entrada desde las puertas de la catedral hacia el altar: Formaban dos filas, una encabezada por la bandera chilena y seguida de la bandera de la juventud femenina y luego la de las aliadas. La otra fila la encabezaba la bandera del Vaticano seguida de las señoras y las profesionales, al medio iba la portadora de la Virgen Peregrina auxiliar, y detrás los once sacerdotes con Monseñor Carlos Pellegrin, acompañado por cuatro diáconos y diez acólitos. Mientras se acercaban al altar parecía que la enorme Catedral se hacía pequeña para todas las personas que ese día querían conmemorar los 40 años de la pascua del Padre y Fundador. ¡Qué felicidad habrá sentido en el cielo al ver a tantas personas que se unían a él en una Misa tan solemne! El coro comenzó a cantar "Pueblo de Reyes", según cuenta Estephania Vidal, jefa de la Juventud Femenina.

Monseñor se lució con su prédica comenzando: "con la mano en el pulso del tiempo, y el oído en el corazón de Dios". En esos momentos los cientos de corazones pertenecientes a la Mater vibraron hasta la última fibra, y se sintieron inmersos en una entusiasta homilía que giraba en torno al Santuario, a la vinculación a María, la Alianza y de las gracias del Santuario, pero que también señalaba las grandes tareas de crecer, no sólo en número, sino también en santidad.

Luego de la bendición, como diócesis de Chillán congregada en la Catedral, rezaron la oración por la canonización del Padre y Fundador. Luego se consagraron todos a la Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt.

Comenzó la procesión final con el canto "Dilexit Ecclesiam", momento en el que sin lugar a dudas, el corazón de la Familia de Schoenstatt de Chillán latía al ritmo de un solo corazón, el de María. Monseñor Pellegrin no dejaba de saludar a cada uno de los miembros de Schoenstatt con que se encontraba, y les deseaba bendiciones en este día del Padre.

Concepción: Una Misa de Familia

La procesión de inicio en la catedral de Concepción estuvo encabezada por la cruz de la unidad, seguida por un cirio, luego una inmensa bandera chilena y después todas las banderas de las distintas ramas del Movimiento de Schoenstatt. Seguían los seminaristas, los sacerdotes y el Arzobispo, entonando con fuerza el himno "En nuestra llameante bandera". La procesión arrancó desde una nave lateral y luego tomó la nave central para acercarse al altar, donde se depositaron los símbolos y las banderas. Fue una Eucaristía muy hermosa y alegre. Concelebraron doce sacerdotes, acompañados por unos seis seminaristas y diáconos y un número similar de acólitos. La Catedral estuvo llena, muy llena de gente, mucha juventud, mucha gente "antigua" y que se ha ido perdiendo en el tiempo, y por supuesto también con todos los que tienen el corazón comprometido con la Iglesia, el Padre, la MTA y Schoenstatt. Fue en definitiva una Misa de Familia.

Monseñor Ezzati estaba feliz, radiante, se alegró por el Fundador, el Movimiento y por la vida que ha generado.

Durante la presentación de las ofrendas, las ramas, la Campaña, las acciones y fundaciones de Schoenstatt entregaron lo propio. Era una larga fila que hizo tomar conciencia de lo mucho que se está haciendo en distintos ámbitos de la vida y la sociedad. De verdad, sobrecogió el corazón.

Al final de la Misa, con voz muy fuerte que retumbaba en la Catedral, todos se comprometieron con el Arzobispo a trabajar por la Iglesia y la Misión Continental, renovaron con fe la Alianza de amor y nuevamente la procesión salió fuera de la Catedral. La cruz de la unidad, el cirio y las banderas flanquearon la salida de los fieles que permanecieron largo rato en el atrio conversando, saludándose y celebrando.

"Conversábamos anoche, como familia, que esta fiesta que vivimos no puede ser un hecho aislado y desde este momento debemos comenzar nuestra preparación para el año 2014", comentan René Maurelia y Olga Picarte.

San Felipe: el obispo toca la guitarra

La Familia de San Felipe es muy chica, pero participó mucha gente. Vino una delegación de señoras de Papudo, que llevan la Virgen Peregrina y fueron invitadas por el Obispo, monseñor Cristián Contreras, que las conocía. El Padre Obispo hizo una prédica dedicada totalmente al Padre Kentenich y terminó cantando él, con su guitarra, una canción a la Mater, realmente fue algo muy lindo.

Arica: El obispo conoce al Padre Kentenich

Monseñor Héctor Vargas sólo tenía escrita la biografía del Padre Kentenich y algunas fechas que usó en la reseña histórica que hizo del Movimiento, su fundación etc. Lo demás, lo desarrolló sin más apoyo que lo estudiado. Fue admirable. No es la primera vez que está con los schoenstattianos. Ha visitado, incluso, con los Madrugadores en el Santuario. Ha celebrado la Eucaristía en los tres últimos aniversarios y en otras ocasiones. La Familia tiene una gran amistad personal con él. Se nota que se esmeró en la preparación de esta prédica.

Linares: Agradecimiento a los sacerdotes diocesanos

Fue un hermoso momento, llegó mucha gente y Monseñor Tomislav Koljatic realzó mucho al Fundador leyendo pasajes importantes de su vida. Aparecieron personas que estaban algo alejadas y el Padre las trajo. Después de la Misa, Monseñor y sacerdotes diocesanos, invitados por segundo año consecutivo por la Familia de Schoenstatt de Linares, participaron de una cena festiva como una forma de agradecerles su servicio a Schoenstatt y de acogerlos en nuestro Movimiento, según el deseo de nuestro Fundador.

También la Familia de Schoenstatt de La Serena llenó la catedral.

Rancagua y San Fernando se unieron

¡La catedral de Rancagua llena! "Un precioso encuentro en torno a nuestro Padre y Fundador, encuentro con amigos tan queridos que pusieron las semillas de Schoenstatt en nuestros corazones y dieron sus frutos. Linda vivencia de familia. El Padre Obispo Alejandro Goic, nos dirigió hermosísimas palabras, basándose en dos textos de nuestro Fundador. ¡Cuánto cariño y dedicación hacia nuestro querido Padre!" cuenta un schoenstattiano del lugar.

"Valió la pena tanto esfuerzo, salió precioso y la Catedral estaba repleta, me dio gusto y orgullo de pertenecer a esta gran obra, nuestro Padre, estoy segura, estaba dichoso y sonriente", se lee en un comentario, y en otro: "Una sola voz cantaba nuestros himnos de alabanza de la Misa Hacia el Padre y llenaba cada rincón del gran templo. Tantas gargantas pero una sola voz, estábamos fundidos en el amor. Bajo la mirada atenta de nuestra Mater y por un momento de cielo junto al Fundador fuimos todos uno para Dios."

Si, ¡Schoenstatt, es su milagro!

• Prédica Mons. Carlos Pellegrin (PDF)