Mover corazones por Schoenstatt en Australia

Lo que puede ocurrir cuando los schoenstattianos se mezclan con sus compatriotas

Luzia, Claudia y Sabile, de la JF de Suiza Luzia, Claudia, and Sabine of the Schoenstatt Girls’ Youth of Switzerland Luzia, Claudia und Sabine aus der Schweizer Schönstatt-Mädchenjugend
Merienda a la suiza Coffee break Schweizer beim Jassen
El Santuario de Mulgoa The Shrine in Mulgoa Das Heiligtum von Mulgoa
Intercambio a la sombra del Santuario Sharing... in the shadow of the Shrine Gesprächsrunde im Schatten des Heiligtums
Todo el grupo de Suiza The entire group from Switzerland Schweizergruppe

AUSTRALIA / SUIZA, Xenia Schmidlin. En cada Jornada Mundial de la Juventud se presenta la pregunta: ¿cómo deben viajar los jóvenes schoenstattianos de Suiza? ¿Deben unirse al grupo oficial de la Suiza de habla alemana, o ir – o mejor – ¿volar como Juventud de Schoenstatt? Finalmente se decidió que se unieran al grupo oficial de Suiza. ¿Ventaja o desventaja?

Como es sabido, toda decisión tiene su parte positiva y sus inconvenientes. La desventaja de esta decisión fue que los schoenstattianos de Suiza no podían participar en el festival de la Juventud de Schoenstatt en Mulgoa. "¿¡Qué!? ¿No podremos participar como schoenstattianos en ese acontecimiento? ¡De ninguna manera!" Puede ser que uno u otro haya pensado así. ¡Pero también hay otra cara en la moneda!

"¡Moved los corazones!" es actualmente el lema del año de la Juventud femenina de Schoenstatt en Suiza. Lo que tienen en común este lema – lo que, para variar, también la Juventud Masculina se tomó a pecho – y la decisión de juntarse al grupo oficial de Suiza, lo quiero hacer relatar a mis propios compatriotas suizos.

"Las pañoletas de Schoenstatt" como emblema

"En la semana principal de la JMJ los schoenstattianos viajamos juntos con todo el grupo de los suizos de habla alemana. Eran 150 jóvenes, de los que unos 20 eran schoenstattianos. La famosa "pañoleta de Schoenstatt" fue nuestro emblema. Fue bastante difícil no descubrirnos, ya que se lo amarraba a la mochila, a la bicicleta, al cuello, a los pantalones o a un canguro. Lo genial de todo esto fue que así uno encuentra a otros schoenstattianos y se siente vinculado como en una familia. Fue especialmente interesante observar cuanta gente se nos acercó a causa de este emblema. Así, por ejemplo, en la fila para entrar a un concierto conversamos con un austriaco.

Un pedacito de patria en Australia

En el viaje posterior a la JMJ tuvimos la gran suerte de poder ir a Mulgoa, al Santuario de Schoenstatt, pero nosotros solos, sino con todo el grupo de suizos. Allí pudimos pasar una noche con la mejor hospitalidad y ¡con conversaciones en alemán!. El Monte Schoenstatt, el Santuario, las Hermanas de María, un hermoso panorama, una comida exquisita, todo esto fue un pedacito de patria en Australia. Pero en lugar de un acogedor repique de cencerros como se oye en Suiza, observamos en Mulgoa algunos canguros junto al Santuario, lo que para nosotros fue una verdadera vivencia. Un schoenstattiano de nuestro grupo le explicó a todos algo del Movimiento de Schoenstatt y de la Alianza de Amor. A la mañana escuchamos todos un testimonio impresionante de la Hna. M. Miriam.

¡Fue asombroso el gran interés que hubo por Schoenstatt! A algunos jóvenes incluso le pudimos dar la dirección de nuestra página en Internet y contestarles varias preguntas más, ya fuera del programa. Para nosotros fue una gran alegría que Schoenstatt y la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt pudieran conmover a tantos corazones".

Andrea Harder, Lucia Anliker, Claudia Anliker, Sabine Kempter