published: 2008-08-08 |
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Primer Seminario del Exilio en MilwaukeeParticipantes de nueve estados de estudiaron la herencia del Padre Kentenich |
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USA, Hna. M. Victoria Heiderscheid. "Hace tanto tiempo que veníamos esperando este encuentro", dijo la Doctora Kathy Asanza, de Florida, expresando así el sentir de muchos de los participantes del primer Seminario del Exilio en Milwaukee que tuvo lugar en el Centro Internacional de Schoenstatt en Waukesha, WI, organizado por las Hermanas de María de Schoenstatt. Conducida por la Hna. M. Petra Schnurer, la Jornada comenzó el 31 de julio y finalizó el 3 de agosto. A lo largo de esos días, los 59 participantes de nueve estados, Puerto Rico, y un visitante de Paraguay, tuvieron "una fantástica oportunidad de conocer al Padre (Kentenich) y de darlo a conocer en los Estados Unidos", opinó el Doctor Luis Asanza. A Marge Roland, de Oregon, le pareció muy valioso que el encuentro con el Padre Kentenich estuviera estructurado en base a diversas categorías. Estas respondían al hecho de que en Milwaukee las personas que conocieron al Padre Kentenich lo experimentaron intensamente como un padre excepcional, un padre total, un padre santo y sacerdotal a través del cual uno experimentaba de manera muy personal los rasgos de nuestro Eterno Padre Dios. De ahí que las categorías fueron su imagen transparente, su imagen compasiva, su imagen pacífica, su imagen radiante de alegría, su imagen contemplativa de oración. Las enseñanzas del Padre KentenichCon su habilidad carismática para transmitir eventos del pasado, la Hna. M. Petra "trajo a la vida el lado personal del Padre", comentó Mary Moore, también de Oregon. Las experiencias del pasado que ella narró fueron el hilo conductor de un hermoso tapiz compuesto por música, audiovisuales, testimonios personales, oración, silencio, conversaciones, intercambios, y la oportunidad de seguir las huellas del Padre Kentenich en el Santuario del Exilio. El tapiz reveló la imagen del Padre Kentenich en Milwaukee durante sus años de exilio. "[Los organizadores y planificadores] nos dieron la oportunidad de vivir un encuentro personal con el Padre en el Santuario del Exilio y en el cementerio (donde el Padre Kentenich caminaba casi todos los días durante catorce años)", dijo otro participante. Un momento cumbre de la jornada fue una tarde de oración en el Santuario del Exilio al atardecer, una tarde que Nancy Swaggert, una participante de la costa oeste, describió como "una verdadera experiencia de la presencia del Padre". "He aprendido cómo llegar a ser un mejor padre para mis propios hijos", comentó en al grupo el Doctor Carlos Everett, de Texas, al concluir el encuentro. "Siempre he sido exigente con la disciplina", contó, "y he tenido grandes expectativas para mis hijos". Dijo que a partir del ejemplo del Padre Kentenich, aprendió que puede expresarles calidez, compasión, amor y misericordia a sus hijos, sin perder por ello su autoridad paternal. En las huellas del Padre Kentenich"Lo que aprendimos (sobre el Padre Kentenich y su paternidad) es aplicable a todos los países y podemos llevarlo a nuestros hogares", añadió Hugo Caseres, nuestro huésped de Paraguay cuya profesión lo lleva a pasar mucho tiempo en Washington D.C. Otra participante, para quien esta jornada coincidió con su primera visita al Centro Internacional de Schoenstatt en Waukesha y al Santuario del Exilio en Milwaukee, dijo que al llegar al seminario se encontró con un grupo de desconocidos, pero una vez que este concluyó: "Ya no había más desconocidos. Nos habíamos convertido en una familia". Compartir cuatro días juntos, caminando en las huellas del Padre Kentenich y descubriéndolo a través de la oración en el lugar en el cual él vivió durante casi catorce años, fue una experiencia de encuentro con un sacerdote santo de Dios, y al mismo tiempo, una experiencia de formar comunidad. Tal como en el tiempo del exilio, una diversidad de personas se acercaron a él desde todos los rincones, y en la calidez de su amor y cuidado santo, sacerdotal y paternal, abandonaron el lugar sintiéndose seguros y en casa en el corazón de nuestra MTA y su Santuario, llenos de amor y ardor por la misión que Ella le confió al Padre Kentenich. Esta Jornada demostró ser un excelente medio para ayudarnos a vivir nuestro lema de año como familia de Schoenstatt en los Estados Unidos: Un corazón, un santuario, una Iglesia. Aguardamos con ansia el próximo Seminario del Exilio. Trad : mev, Ecuador/mca, Argentina |
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Last Update: 12.08.2008