Un aplauso admirado por la brillante actuación

Pensamientos en torno al 17 de junio de 2008: cierre del proceso complementario diocesano en la causa de beatificación de José Engling

El 17 de junio, la iglesia aplaude a José Engling... y a su director espiritual On June 17, the church aplaudes Joseph Engling... and his spiritual director Am 17. Juni zollt die Kirche Josef Engling einen ersten Bewunderungsapplaus… und damit auch seinem Seelenführer Foto: Archiv © 2008

Por el P. Elmar Busse

El 18 de mayo se realizó el 5ª maratón del Ruhr. Esta vez se desarrolló desde Oberhausen (media maratón, con 8.500 participantes) y desde Dortmund (maratón completo, con 3.500 participantes) hasta la meta, en Essen. Alrededor de 720.000 espectadores alentaron a los corredores en todo el trayecto. Una periodista comentó:

"En un maratón hay distintos tipos de aplauso: el aplauso de admiración por una actuación brillante; el aplauso de estímulo, y – para los que llegan últimos – el aplauso de solidaridad. Y sin duda este es el más afectuoso". Aún cuando con esta clasificación manifieste una obviedad total, jamás se me hubiera ocurrido poner los aplausos bajo la lupa. También en la iglesia se aplaude cuando un coro canta bien, cuando una banda toca bien, o cuando un obispo predica bien. Aún cuando la música religiosa se ejecuta para la mayor gloria de Dios, los participantes de un concierto quieren expresar su gratitud y su reconocimiento.

Fuera de esto, quisiera preguntar además: ¿por qué y para qué se aplaude en la iglesia? En las diversas ocasiones en las que lo observé, tuve la impresión que en los últimos años hay en la iglesia muchos aplausos solidarios y pocos de admiración. Detrás de esto esta ciertamente la creciente cultura de la misericordia, dado que más que antes se ve al hombre en su debilidad. Esto también le facilita al individuo reconocer sus errores. No necesita esconderlos. Y la Iglesia como totalidad ya no hace un tabú de los pecados y las faltas desde que Juan Pablo II tuvo el ánimo de reconocer los pecados de la Iglesia en el marco de la preparación al jubileo del año 2000.

La Iglesia de los santos

Hay que saludar este desarrollo, pero no podemos dejar de ver el otro polo de la realidad. La Iglesia es no solamente una Iglesia de pecadores, sino también una Iglesia de santos. Casi diariamente encontramos en la liturgia y en el calendario un cristiano que a través del encuentro con Cristo se ha superado a sí mismo. Este cristiano se ha ganado nuestro aplauso de admiración. Pero frecuentemente escucho de los adultos que dan catequesis de confirmación: ¿cómo podemos, durante el tiempo de preparación, formar un clima en el que estos jóvenes cristianos puedan también estar orgullosos de la Iglesia? Se admira a los deportistas, las camisetas de las estrellas del fútbol se venden muy caras, crece la fiebre con las súper estrellas que van surgiendo en el negocio del espectáculo. En estos sectores funciona sin problemas el proceso interior, que el talento que alcanza el éxito, fascina a la amplia masa. Crece en ella el anhelo: ¡alguna vez quisiera poder hacer esto! O ¡yo también quisiera ser así!

Frecuentemente la catequesis de confirmación tiene una resignación anticipada ante los santos y la experiencia de la relación personal con ellos. La grandeza humana que se ve en ellos pareciera que es menos un estímulo y más una presión. Pero ¿no sería igualmente posible en esta área – tal como en el deporte o en la música – la recíproca interacción entre la actuación brillante de unos y la fascinación de muchos? Al fin y al cabo es el mismo proceso de vida.

Lo que él causa

El próximo 17 de junio se cerrarán en Tréveris las actas del proceso de beatificación de José Engling. Así estarán listas para ser enviadas a Roma. Con esto termina el proceso diocesano.

El Padre Kentenich dijo muchas veces que en el desarrollo personal de José Engling brilla inconfundible el ideal de la pedagogía de Schoenstatt y de la eficacia de la Alianza de Amor con la Mater. Conocer a José Engling ha sido y es algo clásico del trabajo de la juventud. Tanto las Hermanas como los Padres que trabajan con jóvenes han confirmado que el encuentro personal y la identificación con José Engling provocan en las almas de los individuos un asombroso dinamismo.

El 17 de junio de 2008 a las 16 hs. todos los admiradores y amigos de José Engling están invitados a participar en una celebración eucarística en la parroquia de San Antonio, Hindenburg Strasse 7, Tréveris. Estarán presentes representantes de Chile, Ecuador, Argentina...

Mirar a José Engling nos permite, en el ámbito de la Iglesia, volver a aplaudir por admiración y con ello volver a balancear las diversas posibilidades del aplauso.

Traducción: aat, Argentina