Donde me sentí discípulo de un Profeta
Peregrinación chilena a Schoenstatt
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Peregrinación de Chile, despues de la Misa en la Iglesia de la Adoración Pilgrimage from
Wallfahrt aus Chile, nach der heiligen Messe in der Anbetungskirche |
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P. Juan Pablo Rovegna, prédica en la Iglesia de la Adoración Fr. Juan Pablo Rovengna, sermon in the adoration church P. Juan Pablo Rovegna, Predigt in der Anbetungskirche |
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Presentación del recuerdo Presentation of the souvenir Wie an jedem heiligen Ort, gab es ein kleines Andenken |
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Alianza de Amor en el Santuario Original Covenant of Love in the Original Shrine Liebesbündnis im Urheiligtum |
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Entrega de las medallas Presentation of the medals Überreichung der Medaillen |
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Recuerdo Souvenir Andenken |
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Cristina y Guillermo Tagle Cristina and Guillermo Tagle Cristina und Guillermo Tagle Fotos: POS Fischer © 2008 |
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SCHOENSTATT, mkf. "Lo que más ha llegado a mi corazón es ver un grupo tan heterogéneo unido en el mismo amor al Padre Kentenich y nuestra Mater", dice Nancy Monaides Saguas, de Antofagasta, Chile. Lo confirma Cristina Quiroz de Tagle, que junto con su marido Guillermo está entre los peregrinos mayores, no solo en edad, sino de experiencia de Schoenstatt: son de la generación fundadora de Schoenstatt en Chile. Fue un grupo muy heterogéneo, con personas de casi todo el país que durante las semanas del viaje se experimentaron cada día más como una familia peregrina. Desde Bellavista peregrinaron a Milwaukee, lugar del exilio del Padre Kentenich, a Dachau, Quarten (Suiza), Gymnich y Schoenstatt.
"Tres lugares nos impactaron: Milwaukee, Dachau y Schoenstatt, cada uno de ellos con un aspecto importante de la vida del Padre Kentenich", comentan Fernando Aciste y Rosa Sepúlveda. Esta peregrinación hecha con el lema: "Discípulos misioneros tras las huellas del Padre. Realmente" les ha impresionado hondamente. Esto se percibe en los comentarios, en las caras, en los gestos, en el tiempo que pasan en oración. El sábado por la tarde una chilena camina, con cara de nostalgia, desde el Santuario Original, ya cerrado, a la Casa Marienau, donde está alojado el grupo. "Es mi ultimo camino por esta tierra santa", dice. "Perdí todas mis fotos, de Milwaukee, de Suiza, de Dachau, todas, al grabar mal un CD y formatear mi tarjeta antes de darme cuenta que no se guardaron las fotos. Lloré a mares. Pero ahora tengo fotos en mi corazón que nunca más se pueden borrar, y esto es lo que importa." ¿Cuál fue su experiencia de Schoenstatt? se le pregunta a Wilma Brumo Torres. La respuesta es sencilla: "Aquí me sentí discípula de un Profeta."
Un detalle hermoso de esta peregrinación: en cada Santa Misa, en cada lugar especial, se repartió un recuerdo. Por ejemplo una estampita de color verde con fotos de la estatua del Padre en la Misa celebrada en la Iglesia de la Adoración, o una hermosa cajita con un rosario en la Misa en el Santuario Original.
La mañana del sábado 14 de junio el Santuario Original se vistió de fiesta para la Sta. Misa y la Alianza de Amor de los peregrinos chilenos. Varias señoras sellaron su Alianza de Amor, una entregó su poder en blanco en una Misa llena de gratitud, de júbilo y de compromiso, con la que se iniciaron unas horas de retiro. "Dejen de sacar fotos, dejen de hablar, dejen de hacer compras, y tómense el tiempo para descansar y meditar todo lo vivido en su lugar preferido acá en Schoenstatt", les aconsejó el Padre Juan Pablo Rovegno, que junto con la Hermana Alejandra acompañó a la peregrinación. "Después de esta hermosa peregrinación, he decidido hacer la Alianza de Amor con Maria", dice Maria Teresa Saravia, "ser su siervo fiel, dócil instrumento para lo que ella me necesite. Procuraré replicar las vivencias y experiencias en mi comunidad de base para que se prepare a vivir una experiencia tan grandiosa como esta, además de las de los otros lugares donde he estado".
Experiencia que se vuelve misión
"Llevo un conocimiento más profundo de la vida del Padre Kentenich", dice M. Alicia Reyes H, de Rancagua. "Ahora me siento ligada a él, quiero que todos lo conozcan. Mi fe práctica en la Divina Providencia se agudizó y quiero que otros lo experimenten". Iris Varas tiene una experiencia similar: "Me llevo un corazón pleno de amor de Dios, de la Mater y de nuestro Padre Fundador", dice, y agrega que se lleva a casa "la certeza que mi misión es como la quiere el Padre, como me la ha señalado. Me esforzaré en cumplirla." Nancy Monaides Saguas quiere llevar a Antofagasta "Quiero llevar parte de los dones que el Padre Kentenich irradió en las Hermanas: paciencia, tolerancia, alegría y mucho amor a Dios y la Mater".
Allí nació Schoenstatt
Es ya la segunda vez que Fernando Aciste y Rosa Sepúlveda están en Schoenstatt, pero: "siempre nos ha faltado tiempo para hacer todo lo que quisimos realizar" - "Se respira la paz en Schoenstatt, el espíritu se calma. La Mater y el P. Fundador van a nuestro lado", dice Alicia Reyes. "Visitar nuevamente el Santuario Original, por la trascendencia en la historia del Movimiento", fue lo mas impactante para Wilma Brumo Torres, ya que "Allí nació Schoenstatt y nuestro Padre y Fundador contribuyó a que ese fuera un lugar de gracias a través de la Alianza de amor sellada con María en la capilla de San Miguel. Para mí fue maravilloso estar allí y sentir muy cercano a nuestro Padre. ¡Debe haber estado muy contento por la visita de nuestro grupo!"
Schoenstatt son sonidos, imágenes, sentimientos: "Sentí al Padre Kentenich en el sendero; el viento, los pinos, el agua... es un terruño", dice Iris Varas. "La siento como tierra santa, bella ¡es como estar en el paraíso!", comenta Aurora Isasi, de Iquique, en el norte de Chile. "El ver como el Padre Kentenich fue capaz (y lo sigue siendo) de dar tanto amor y de revertir el dolor que experimentó en su vida, me llena de esperanzas y deseos de trabajar por un mundo mejor".
Fue para todos lo que con pocas palabras expresa M. Angélica Catalán, de Iquique: "un compromiso renovado con Schoenstatt".