Está abierto un amplio campo de evangelización

Gran encuentro de los misioneros de la Campaña de la Virgen Peregrina y del pueblo devoto de la Madre y Reina en su Tabor

Celebração da Santa Missa Jubilar na Paróquia Nossa Senhora das Dores impossibilitada de se realizar junto ao Santuário devido a chuva. Celebración de la Misa Jubilar en la iglesia parroquial, debido a la lluvia torrencial Celebration of the Jubilee Mass in the Parish Church – as heavy rain made it impossible to celebrate it by the shrine Feier der Jubiläumsmesse in der Pfarrkirche – heftiger Regen hatte es unmöglich gemacht, vor dem Heiligtum zu feiern
Apóstolas de Maria oferecem 60 rosas amarelas Apostoles de María ofrecen 60 rosas amarillas Mary’s Apostles offering 60 yellow roses Marienapostel schenken 60 gelbe Rosen
D. Gilio Felicio,  Sr.Núncio Apostólico D. Lorenzo Baldisseri e D. Hélio Rubert Mons. Gilio Felicio,  el Núncio Apostólico D. Lorenzo Baldisseri, y Mons. Hélio Rubert Bishop  Gilio Felicio,  the Apostolic Nuncio, Bishop  Lorenzo Baldisseri, and  Bishop Hélio Rubert Bischof Gilio Felicio, der Apostolische Nuntius, Bischof Lorenzo Baldisseri, und Bischof Hélio Rubert
Misa Jubilar Jubilee Mass Jubiläumsmesse
Famílias recebem um terço bento e o compromisso de rezar pelas vocações Familias recibieron um rosario bendecido y se comprometieron a rezar para vocaciones Families received a blessed rosary, and commited themselves to pray for vocations Familien erhielten einen gesegnten Rosenkranz und versprachen, für Berufungen zu beten Fotos: Felipe e Ruben Bolzam, Adão Jaeger, Ir. Patricia e Ir. Nanci Álbum de fotos – photo album – Fotoalbum

BRASIL, Sandra Forjarini /Cassio Leal/ mkf. El 13 de abril fue el día de la peregrinación al Santuario de Santa María de los misioneros de la Campaña de la Virgen Peregrina y del pueblo devoto de Ella en su Tabor. Comenzaron a llegar por la mañana temprano, en ómnibus o en autos particulares. Eran aproximadamente cinco mil las personas que visitaron el Santuario en este día. Llegaron para celebrar el sexagésimo aniversario del Santuario Tabor, en Santa María.

La lluvia hizo cambiar lo previsto: se suspendió la procesión que debía salir de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores hasta el Santuario, tal como se había hecho el día de la inauguración, hace 60 años. La Sta. Misa, prevista en la explanada del Santuario, tuvo que celebrarse en la iglesia citada, donde se apiñaron unos mil quinientos devotos de la Mater, llegados desde nueve estados de Brasil y de varios municipios de Río Grande do Sul. Y una pequeña multitud quedó afuera, bajo la lluvia. La capilla Tabor también estaba repleta. Desde allí siguieron la transmisión radial de la Sta. Misa.

Mons. Lorenzo Baldisseri, nuncio apostólico en el Brasil, celebró la Sta. Misa del 60º aniversario junto con el obispo de Santa María, Mons. Helio Rubert y el obispo de Bagé, Mons. Gilio Felicio. Concelebraron con ellos el P. Danilo Seresser, párroco de Ntra. Sra. de los Dolores, Mons. Andrés Ferrante, secretario del nuncio, el P. João Batista Neto, capellán de la aeronáutica, el P. Antonio Bracht, presidente del consejo nacional de Schoenstatt en el Brasil, el P. Erno Schlindwein, superior provincial de los Padres Pallottinos, y varios sacerdotes diocesanos, Padres de Schoenstatt y Padres Pallottinos. En total eran más de doce sacerdotes, acompañados por dos diáconos. Los celebrantes, los comentarios, el conjunto Animación y Canto y la participación del pueblo, con sus banderines de color azul y amarillo, hicieron de esa liturgia una verdadera apoteosis de alabanza y acción de gracias al Dios Trino.

Un importante centro de irradiación apostólica

El nuncio apostólico incentivó a la Familia de Schoenstatt, en la homilía, a cumplir su misión para la Iglesia y la sociedad. "Con gran alegría recibí la invitación para participar en la conmemoración de los sesenta años del Santuario de la Madre, Reina y Vencedora tres veces Admirable de Schoenstatt, que desde el 11 de abril de 1948 ha sido una gran bendición, no solamente para los fieles de la diócesis de Santa María, sino también para innumerables peregrinos que llegan desde los más diversos lugares del país para encontrarse con la Madre y Reina. Este primer Santuario de Schoenstatt en el Brasil, que es copia fiel del original que está en Alemania, se va afirmando, década tras década, como un importante centro de irradiación apostólica, en torno al que se congregan familias y jóvenes, laicos y sacerdotes, religiosas y diáconos, que se sienten atraídos por el carisma que el Espíritu Santo suscitó en el corazón y en la vida del Padre José Kentenich.

El hecho de también ser conocido como "Santuario Tabor", expresa el reconocimiento del pueblo de Dios, que en tantas ocasiones contempla la gloria del Señor manifestada en este lugar, y sale de aquí reanimado para evangelizar a las familias, el ambiente del trabajo, la cultura y toda la sociedad". Habló de las dos perlas dejadas por el Padre Kentenich: la Eucaristía y la devoción mariana. "La primera es la Eucaristía, fuente y ápice de toda la vida cristiana", dijo. "La otra perla preciosa es una profunda devoción mariana que el Padre Kentenich cultivó a lo largo de toda su vida. Desde aquel momento crucial en el que su madre, imposibilitada de cuidar de él, lo confió a la protección de la Madre celestial, se estableció una verdadera e inquebrantable Alianza de Amor. Gracias a esta Alianza el Padre Kentenich tuvo fuerzas para superar la soledad del orfanato, los dramas de su juventud y los horrores del campo de concentración. Precisamente allí, donde muchos perdían la esperanza, él supo desarrollar un fecundo apostolado, mostrando a aquellos hombres que, a pesar de las atrocidades que allí se cometían, la fe daba a la existencia humana una razón mayor por la que valía la pena vivir y morir".

Finalmente hizo un llamado a los laicos, a las familias, a los religiosos, al amplio camino de evangelización, santificación y compromiso por las vocaciones. Estimuló a los sacerdotes del Movimiento a seguir dando testimonio elocuente del Padre Kentenich, y a las Hermanas de María, a edificar cada vez más esta Obra de Dios. "Está abierto un amplio campo de evangelización, que comienza por la vida matrimonial y familiar, pasa por la defensa valiente de la vida, y se amplía en los más diversos sectores de la sociedad".

A la sombra de este Santuario, el Brasil y todo el mundo deberá transformarse en un único Tabor de Cristo y de María".

En el ofertorio, sesenta niñas de las "Apóstoles de María" ofrecieron sesenta rosas amarillas como símbolo de gratitud por el aniversario del Santuario Tabor. Al final de la celebración el nuncio agradeció una vez más la invitación y entregó rosarios a algunas personas. Al P. Antonio Bracht y a la Hna. M. Neida les entregó una medalla conmemorativa acuñada con ocasión de la visita del Papa Benedicto XVI a Aparecida, con ocasión de la V Conferencia del CELAM en mayo de 2007. Dijo que todos se sientan involucrados en los acontecimientos de estos sesenta años del Santuario, y también por su paso por Santa María. Dijo también que "el Movimiento que conozco, está en mi corazón".

Para el almuerzo, los peregrinos se refugiaron en las barracas, los comedores, los autos y los ómnibus. Todos escapaban de la lluvia. A pesar de esto el clima era alegre pues podían estar cerca del Santuario.

A la tarde hubo varios programas alternativos: historia del Santuario Tabor, actividades con la juventud, momentos de adoración, visita al museo João Luiz Pozzobon... En el auditorio del Centro Mariano se presentó el libro "Los años ocultos", con la presencia del nuncio apostólico. Espontáneamente dijo que "los años ocultos" no fueron años oscuros, sino años luminosos. Por eso se trata de un libro luminoso, porque permite reconocer como Dios, desde la infancia y la juventud del Padre Kentenich, colocó los fundamentos de su personalidad y de su carisma, preparándolo para su gran misión.

Finalmente, en dos salones de la Casa de Retiros se realizó la bendición con el Santísimo Sacramento y también la de todos los objetos de devoción y el envío de los peregrinos de regreso a sus casas.

Todos partieron con la conciencia de una gran celebración y de que en los próximos años, "a la sombra de este Santuario, el Brasil y todo el mundo deberá transformarse en un único Tabor de Cristo y de María".