El vínculo entre Schoenstatt y Pompeya
Peregrinación a Pompeya desde los Santuarios de Schoenstatt en Roma
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Pellegrinos di Roma in Pompei Peregrinos de Roma em Pompeya Pilgrims from Rome in Pompei Pilgergruppe aus Rom in Valle di Pompei |
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Mons. Carlo Liberati, arcivescovo del luogo Mons. Carlo Liberati, arzobispo del lugar Archbishop Carlo Liberati Erzbischof Carlo Liberati |
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Mons. Liberati charlando con los peregrinos Archbishop Liberati talking with the pilgrims Erzbischof Liberati im Gespräch mit den Pilgern |
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„Arzobispo misionero“ „Missionary archbishop“ Der Erzbischof mit der Pilgernden Gottesmutter Fotos: Sr. Fernanda Balán © 2008 |
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Santuario di Pompei Santuario de Pompeya Shrine of Pompei Heiligtum von Pompei Foto: Santuario di Pompei © 2008
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ITALIA, Hna. M. Fernanda Balán. La peregrinación a Pompeya, el 20 de abril pasado, fue una experiencia muy singular. Eran cincuenta y tres peregrinos del Movimiento de Schoenstatt, muchos de ellos misioneros de la Campaña de la Mater Peregrina de Schoenstatt. Salieron a las 7 de la mañana del Santuario Cor Ecclesiae, en la Vía Aurelia Antica 112. En el viaje reinó mucha alegría, se rezó y se sintió el cobijamiento humano y espiritual.
El gran anhelo era encontrar más profundamente lo que une a Schoenstatt con Pompeya. Es sabido que cuando el Padre Kentenich era un niño de 8 años fue consagrado a María por su madre, en el orfanato San Vicente, ante una estatua de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, que tiene a sus pies a Santo Domingo y a Santa Catalina de Siena. ¡Quién hubiera imaginado que décadas después – el 18 de julio de 1914 –el Padre Kentenich leería un artículo sobre la iniciativa del abogado Bartolo Longo y el santuario de la Reina del Rosario en el valle de Pompeya, cerca de Nápoles, que lo inspiraría a imitar ese gesto, invitando a María a establecerse en la pequeña capilla de San Miguel, en el valle de Schoenstatt! En enero de 1952, en su largo camino al exilio, el Padre Kentenich peregrinó a ese santuario mariano, donde la Reina del Rosario obra milagros y sigue atrayendo a miles de peregrinos.
Los peregrinos fueron recibidos con mucho cariño por el arzobispo del lugar, Mons. Carlo Liberati, que les reservó un lugar privilegiado en la celebración de la Sta. Misa de las 11 hs. Después les ofreció un sabroso almuerzo. Estaba emocionado con la presencia de los schoenstattianos y con los lazos espirituales que unen a Schoenstatt con Pompeya. Los acompañó en todo momento, incluso cuando visitaron la capilla de San Bartolo Longo. Les explicó lo referente a la imagen milagrosa de Pompeya y los despidió con su bendición.
Regresaron a Roma felices y enriquecidos, y con mayor fe en la Alianza de Amor con María en el pequeño Santuario de Schoenstatt, fruto de la inspiración del Padre y Fundador. Hay varios paralelos entre Schoenstatt y Pompeya. ¡Vale la pena investigar la historia!
Traducción del Portugues: aat, Argentina