published: 2008-05-06 |
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Necesitamos una pedagogía de la santidad"De Schoenstatt, cerca de Coblenza": beatificación de la Madre Rosa Flesch en la catedral de Tréveris |
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ALEMANIA, mkf. "¿Ustedes estuvieron también en la beatificación? ¡Qué hermoso y conmovedor fue!". En la estación de ferrocarril de Coblenza los pañuelos celeste turquesa caracterizaban aún a los que habían participado en Tréveris en la ceremonia de la beatificación de la Madre Rosa Flesch. ¿Estupefacción religiosa? ¿Un cristianismo tímido en un nicho? ¡Nada de eso! Como si esta celebración en Tréveris hubiera soltado las lenguas y quitado las inhibiciones, gente totalmente desconocida camina por la estación hablando de la santidad y de la beatificación, sobre la oración y la alegría que hay en la Iglesia. La gracia del cielo ha caído sobre la diócesis de Tréveris en este día primaveral de sol radiante. "Cuando Margaretha Flesch nació en 1826 en el Molino de Wambach, en Vallendar, estaban aún en pie las dos torres del antiguo monasterio de monjas agustinas en Schoenstatt. Desde su casa paterna, Margaretha podía ver la antigua capilla del cementerio, que a partir de 1914 – pocos años después de muerte – sería el punto de partida de un movimiento religioso y pedagógico", así lo escribió el P. Dr. Joachim Schmiedl en el libro "Herausgefordert" ("Desafiado"), que apareció con motivo de la beatificación de la fundadora de las Franciscanas de Waldbreitbach. Fue la misma vista que tenían los primeros schoenstattianos, que tuvo también José Engling – cuyo proceso de beatificación se cerrará el 17 de junio en el nivel diocesano en Tréveris – uno de los jóvenes co-fundadores de Schoenstatt, como también la tuvo el fundador, Padre José Kentenich: la vista hacia a esa pequeña capilla que debía ser para muchos "la cuna de santidad". Los postuladores de ambos procesos de beatificación schoenstattianos que se tramitan en Tréveris, estuvieron en la ceremonia de beatificación de la Madre Rosa Flesch en la catedral de Tréveris, acompañados por una buena cantidad de schoenstattianos. Toda una vida resumida en una frase: "Accedemos al pedido..."Fue casi demasiado rápido. Pasaron unos cincuenta años desde su muerte hasta que se introdujo el proceso de beatificación, y durante cincuenta años más se ha trabajado arduamente para este momento. Y ahora llegó este momento. El administrador diocesano, Mons. Robert Brahm, se dirigió al representante del Santo Padre, Cardenal Meisner, junto con la superiora general de las franciscanas de Waldbreitbach, Hna. Basina Kloos, y la vice postuladora, Hna. Engeltraud Bergmann; ella leyó la "Petitio", una breve biografía de la Madre Rosa Flesch; el Cardenal Meisner anunció, al dar lectura a la Carta Apostólica, "con la cual Su Santidad ha inscrito en el libro de los beatos a la Sierva de Dios María Rosa Flesch". Todos se pusieron de pie y entonces el Cardenal leyó el breve escrito, una sola página: "Accedemos al pedido de nuestro hermano Mons. Reinhard Marx, anterior obispo de Tréveris, del administrador diocesano Mons. Robert Brahm, y de muchos otros hermanos en el episcopado como también de innumerables fieles y, después de deliberarlo con la Congregación para los Santos, con la fuerza de nuestra autoridad apostólica, permitimos que la venerable Sierva de Dios María Rosa, en el mundo Margaretha Flesch, virgen, fundadora del Instituto de las Franciscanas de la Bienaventurada Virgen María de los Ángeles, que unida con la pasión de Cristo empeñó su vida por amor a los más pobres, los sufrientes y abandonados, en lo sucesivo pueda ser llamada beata..." Y pareció que el tiempo se detenía, cuando por sobre los obispos y sacerdotes, del inmenso coro, de los timbales y trompetas y de las voces de un potente "Amen, Aleluya", se descubrió la imagen de esta "pequeña Hermana", como la nombró el Cardenal Meisner. Las voces jubilosas del coro y de toda la concurrencia, al entonar la canción de la "Madre Rosa" hicieron vibrar de alegría la solemnidad del momento. "Caminamos también con la Madre Rosa... " Este caminar con ella fue precedido por un largo caminar hacia a ella, volver a ella, en su propia fundación. Muy sinceramente su comunidad describió las intrigas por las cuales fue criticada en los últimos 28 años de su vida, en los que sistemáticamente marchó por el margen y que debían olvidarse. "Puro mobbing" dijo después un hombre en la estación de Tréveris. "Esto la hace muy actual para mucha gente, alguna vez habrá que reflexionar sobre esto". La santidad, dijo el Cardenal Meisner en su alocución, es la invitación del Señor a ser un poco semejantes a Él. "Y corresponde seguramente a la pedagogía de la santidad, cuando la Iglesia, con su beatificación, nos pone a lado nuestro la inolvidable fundadora de las Franciscanas de Waldbreitbach, Madre Rosa Flesch. Ella es uno de nosotros... Necesitamos una pedagogía de la santidad. Aquí nos la ha regalado en la Madre Rosa" el mismo Espíritu Santo, como ilustración autentica de lo que la Sagrada Escritura quiere trasmitir", tal como lo dice Urs von Balthasar. La Iglesia se alegra"La Iglesia se alegra", dijo una mujer en el soleado patio de la catedral, donde algunos cientos de personas seguían la ceremonia de la beatificación en una pantalla gigante. "Y si ella se alegra, entonces se la ve muy atrayente". La Iglesia se alegra y no escatima expresar esa alegría. Como en una gran fiesta de familia, llegan todos: los obispos de las diócesis vecinas, el anterior obispo de Tréveris, Mons. Marx, abades, sacerdotes, Hermanas franciscanas de Waldbreitbach de Brasil, de los Países Bajos, de Estados Unidos y Alemania. Después de la beatificación, representantes de varias naciones llevaron solemnemente la urna con los restos mortales de la Madre Rosa por el atrio de la catedral hacia el altar, y las lecturas y peticiones se leyeron de varios idiomas. La Iglesia se alegra, y muestra esta alegría en una magistral expresión musical. La Iglesia se alegra, y la gente se alegra con ella. Ya en la estación de trenes esperaba un equipo de colaboradores. El camino a la catedral estaba embanderado, hubo una edición especial de "Paulinus", el boletín de la diócesis, que se repartía gratuitamente. Se veían los ya mencionados pañuelos con los colores del logo que se había diseñado para esta beatificación. Y después de la solemne Sta. Misa, en el patio de la catedral se sirvió gratuitamente champagne, vino, agua mineral. La Iglesia se alegra y esto la hace atrayente. Un joven viajó expresamente desde Berlín. No podía perderse una beatificación, además siempre participa de la peregrinación del Santo Sudario. Tales fiestas son edificantes, dijo, y se las necesita. "Mi bisabuelo era hermano de la Madre Rosa", dijo un hombre de las cercanías de Waldbreitbach. "La superiora general nos ha dado una tarjeta para la catedral. Nos sentimos muy honrados..." La Madre Rosa es "una de nosotros": esto se siente en la catedral, en el patio, en la estación de Tréveris, en la zona peatonal de la ciudad... Nacida en SchoenstattNacida en Schoenstatt. Continuamente se repitió esto. De aquel lugar, Schoenstatt, donde estuvo su casa paterna ya hace mucho tiempo demolida, partió a la mañana un grupo de unas cincuenta personas para participar en la ceremonia de la beatificación. Que la imagen que estaba allí este día y ante la que ardía un gran cirio, estuviera en el marco de madera en el que fueron presentados los "Santos schoenstattianos" en el Festival de la juventud, fue quizás una simple solución de emergencia. Pero hay algo más. "Nacida en Schoenstatt", nacida espiritualmente en la "Cuna de la santidad", es quizás lo que el Espíritu Santo quiso establecer en este día como emblema. Dos días antes de la primera fiesta de la nueva beata, el 19 de junio, habrá nuevamente una fiesta en Tréveris también referida a una beatificación, aunque el proceso está en un estadio más temprano. El 17 de junio terminará la fase diocesana del proceso de beatificación de José Engling. Se celebrará la Sta. Misa a las 16 hs. en la Iglesia San Antonio en el centro de Tréveris: Todos están invitados a participar en ella, y después a rezar y cenar en el parque del Santuario de Schoenstatt (Avisar al P. J. Schmiedl jschmiedl@schoenstatt.net). A las 18.00 hs., se hará el acto formal del cierre en la Sala Gótica. ¿Cuándo se dirá de él – y de muchos otros, sobre todo del Padre Kentenich – : nacido en Schoenstatt, nacido a la santidad? Traducción: aat, Argentina |
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Last Update: 09.05.2008