Ella obrará el milagro de la paz

Peregrinación de la Tercera Auxiliar de la Campaña del Rosario a Bukavu, Congo

Envió por parte del Nuncio Apóstolico, en diciembre de 2007 In december 2007, the Auxiliar was sent out by the Apostolic Nuncio Im Dezember 2007 wurde die Auxiliar vom Apostolischen Nuntius ausgesandt Fotos: Maruhukiro © 2008

BURUNDI, P. Evode. La historia no ha dejado de demostrar que si bien el mal busca siempre rebelarse contra el bien, termina por ser vencido por él. Esta también fue la experiencia de nuestra Peregrinación a Bukavu con la Imagen de la Virgen peregrina.

Como ya hemos vivido la experiencia aquí en Mont Sion Gikungu, en vísperas de los grandes acontecimientos, sobre todo espirituales, Satanás no deja de meter su larga cola para impedirlo, pero finalmente es como si él allanara el camino, «gusuka amazi ku mugongo w’imbata», dice una máxima burundesa.

Desarrollo del viaje.

Los preparativos de la peregrinación iban bien hasta el momento en que, el día anterior, un ataque perpetrado por las Palipehutu-FNL sacudió casi toda la capital de Bujumbura. Durante la mañana de la peregrinación (el viernes 18/4/2008 y día de la alianza de amor), reinaba en la capital una relativa calma. Después de haber recibido la bendición a las 9.00 del Padre Déo MARUHUKIRO, Rector del Santuario de Mont Sion Gikungu, los Padres Jean Bernard, Joaquin y yo (Padre Evode), nos dirigíamos hacia Bukavu. Cuando llegamos a Mpanda (a aproximadamente 15 Km. de la capital), nos sorprendió encontrar una fila de autos que esperaban la autorización de los militares para continuar en ruta. Nos informaron que era debido a la falta de seguridad y que debíamos esperar como los demás. En el medio de todas estas vicisitudes, nos tranquilizamos entregando nuestra confianza a la Reina de la Paz que estaba con nosotros, convencidos de que ella manifestaría su poder. Mientras tanto, el Padre Jean Bernard llamó a Bukavu para avisarles que llegaríamos más tarde de lo previsto debido a esta situación. Al cabo de unos 30 minutos, los militares nos dejaron partir, y apenas habíamos recorrido unos 5 Km., otros militares nos ordenaron regresar a causa de la falta de seguridad que reinaba en la ruta. Cuando estábamos dando la vuelta nos decidimos a tomar el camino de Uvira vía Gatumba. Llegamos finalmente a Bukavu no sin tropiezos, por supuesto, en la frontera con el Congo que nunca faltan.

¿Y cómo fue la recepción?

Nos recibió un grupo de Schoenstattianos(nas) alborozados entre cánticos y danzas. Una vez concluídas las formalidades aduaneras, la caravana, compuesta por un autobús, una camioneta que llevaba la imagen y nuestro automóvil RAV4, se dirigió hacia Bagira. Cuando llegamos a eso de las 16.00, fuimos cordialmente recibidos por el Fratri Juvénal. A las 16.30 el Padre Jean Bernard presidió una Misa en Swahili, durante la cual explicó lacónicamente el objetivo de nuestra visita. Al día siguiente, a las 9.00 visitamos al Vicario general de la Arquidiócesis de Bukavu quien nos dio una cálida bienvenida. Recién a las 13.30 comenzamos con las instrucciones en presencia de la imagen y de todos los schoenstattianos de Bagire y de otras localidades: Kadutu, Nyangezi, Uvira, y otras. La conferencia del Padre Jean Bernard trató sobre el apostolado de la campaña del Rosario con la imagen de la tercera auxiliar. Explicó el origen y la misión de esta imagen. Luego siguió la conferencia del Padre Evode sobre el proyecto de la coronación de la Virgen María. El Padre Evode habló en francés y el Padre Jean Bernard hizo de intérprete. Después de estas conferencias, el Padre Evode presidió una Misa en francés en la cual participaron principalmente los schoenstattianos. Luego de esta Misa, visitamos el Seminario de Murhesa (philosophat y théologat).

El punto culminante de la peregrinación: la bendición de la ermita de la MTA.

El punto culminante de nuestra peregrinación fue el domingo 20 de abril de 2008 cuando se bendijo la ermita de la Virgen María. Efectivamente, esta bendición tuvo lugar después de la celebración eucarística presidida por el Padre Jean Bernard a partir de las 11.30, y en la cual había participado el cura de la Parroquia Bagira – que había cortado su sesión laboral debido a esta visita -, el cura de la Parroquia Mater Dei – que en otro tiempo había sido cura de la Parroquia Bagira -, el Padre Evode, Joachim al igual que una multitud inmensa de fieles. Una procesión abrió esta Misa en la cual se entonaron cánticos rítmicos acompañados cada vez por danzas. Esta es la razón por la cual le di al pueblo congoleño el sobrenombre de «pueblo de la danza». Después de la Misa procedimos a la bendición de la ermita. El Padre Jean Bernard, que presidía esta bendición, aprovechó la oportunidad para anunciar a todos los fieles que la ermita no pertenece únicamente a los Schoenstattianos, sino a todos los fieles. Cualquiera que sienta la necesidad de hablar con nuestra Madre podrá retirarse allí sin ambages. Después de la bendición de la ermita, festejamos juntos en la gran sala con cantos, danzas y discursos.

¿Y el viaje de regreso?

Al igual que el viaje de ida, el viaje de vuelta también salpicado por no pocos acontecimientos. En primer lugar, el padre Jean Bernard celebró una Misa de despedida por la mañana a la cual asistieron muchos fieles, si bien era un día feriado. Una vez iniciado nuestro viaje de regreso, todo iba bien salvo cuando llegamos a Cibitoke (en Burundi) a eso de las 12.00; nos enteramos de que la ruta estaba cerrada desde la mañana debido a los combates que libraban de un lado el ejército gubernamental y del otro el Palipehutu-FNL. Nos confiamos, como de costumbre, a la Reina de la Paz, convencidos de que ella iba a manifestar su poder como a la ida. Mientras tanto, comimos algo esperando la respuesta de la Virgen. Ésta no tardó en dar su respuesta ya que ni bien terminamos de comer y beber, nos entermos de que la ruta acababa de abrirse. La Virgen María había esperado que descansásemos para abrirnos el paso. Finalmente llegamos con gozo a Mont Sion Gikungu.

¿Cuál es la conclusión?

La Virgen María continúa manifestando el poder que proviene sin duda alguna del Señor. Si nos preparamos para coronarla como la Reina de la Paz, es porque ya experimentamos que ella lo es realmente y que continuará siéndolo. Los fieles congoleños también están convencidos de esta realidad, razón por la cual adhirieron a nuestro proyecto. Esperamos, entonces, que la Virgen María otorgue la paz a esta región de los grandes lagos herida por más de un decenio de guerras, con la condición de que aportemos nuestra contribución ya que «Nada sin ti, nada sin nosotros».

Traducción: Cecilia Mata, Buenos Aires, Argentina