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Mons. Joachim Wanke ordenó sacerdote al P. Hans Martín Samietz, un nuevo Padre de Schoenstatt
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 published: 2008-05-20

Una mirada ampliada ante las posibilidades de Dios

"Una fiesta para todo Schoenstatt y para la Iglesia": Mons. Joachim Wanke ordenó sacerdote al P. Hans Martín Samietz, un nuevo Padre de Schoenstatt

 
Priesterweihe von P. Hans-Martin Samietz, Institut der Schönstatt-Patres

Ordenación sacerdotal del Padre Hans-Martin Samietz, de la comunidad de los

Padres de Schoenstatt

Priestly ordination of Fr. Hans-Martin Samietz, Institute of the Schoenstatt Fathers

Priesterweihe von P. Hans-Martin Samietz, Institut der Schönstatt-Patres

 

Gut hundert Priester begleiteten P. Hans-Martin Samietz

Unos cien sacerdotes acompañaron al P. Hans-Martin Samietz

Some 100 priests accompanied Fr. Hans-Martin Samietz

Gut hundert Priester begleiteten P. Hans-Martin Samietz

 
Bischof Wanke mit Heimatpfarrern des Neupriesters, P. MichaelMarmann, Rektor des Studentats, und P. Franz Brügger, Provinzial  

Mons. Joachim Wanke, con párrocos del neosacerdote, y con el P. Michael Marmann, rector del seminario, y el P. Franz Brügger, superior provincial

Bishop Wanke, with parish priests close to the newly ordained priest, Fr. Michael Marmann, rector of the Seminary, and Fr. Franz Brügger, provincial

Bischof Wanke mit Heimatpfarrern des Neupriesters, P. MichaelMarmann, Rektor des Studentats, und P. Franz Brügger, Provinzial

 
Weiheritus  

Rito de la ordenación

Rite of the Ordination

Weiheritus

 
Handauflegung durch die Schönstattpatres und alle anwesenden Priester  

Imposición de manos, por parte de los Padres de Schoenstatt y todos los sacerdotes presentes

Imposition of hands through the Schoenstatt Fathers and all priests present

Handauflegung durch die Schönstattpatres und alle anwesenden Priester

 
P. Hans-Martin Samietz spendet seiner Mutter den Segen

Bendición de su madre

Fr. Hans-Martin Samietz giving his first priestly blessing to his mother

P. Hans-Martin Samietz spendet seiner Mutter den Segen

 

Bischof Wanke mischte sich nach der Weihe unters Volk

 

Mons. Wanke en medio de la gente

Bishop Wanke with the people

Bischof Wanke mischte sich nach der Weihe unters Volk

Fotos: POS Fischer © 2008

Álbum de fotos – photo album – Fotoalbum

 
   

SCHOENSTATT, mkf. "Un regalo para los Padres de Schoenstatt, un regalo para la Familia de Schoenstatt, pero aún más, un regalo para toda la Iglesia y para el pueblo de Dios". Así se refirió el obispo de Erfurt, Mons. Joachim Wanke, al acontecimiento de la ordenación sacerdotal ocurrida en la tarde del 17 de mayo en Schoenstatt, con la presencia de más de cien sacerdotes y una enorme cantidad de gente joven con ánimo de fiesta. El nuevo sacerdote, P. Hans Martín Samietz, nacido en Gotha, diócesis de Erfurt, estuvo acompañado por muchos parientes y amigos de su pueblo como también de Munich, donde estuvo trabajando últimamente y por innumerables invitados a la fiesta. El P. Hans Martín Samietz pertenece al Instituto de los Padres de Schoenstatt.

Una pequeña vestida de rosa, con una graciosa hebilla en el cabello – aparenta tener unos tres años – mira, mira y mira fijamente... Está parada silenciosamente delante de la primera fila de bancos, con los ojos y la boca abiertos y de repente junta sus manitos. No le interesa mirar la gran cantidad de gente que hay en la iglesia, ni los sacerdotes en torno al altar, ni los adornos florales, ni el gran órgano que está justamente sobre ella. Solamente mira fascinada al joven vestido de blanco que está tendido en el suelo.

Ella es testigo de un prodigio. Lo sabe y lo muestra con intensidad. Es testigo de un milagro por el que rezan todos los días muchos cristianos, es testigo de un prodigio del que depende el futuro de la Iglesia y de Schoenstatt, testigo de un milagro que quizás nunca olvide en toda su vida: el milagro por el que un hombre es tocado totalmente por el poder de Dios y por el que este gran Dios le "encarga oficialmente" – así lo dijo el obispo – ser instrumento de su acción en la tierra. No es expresión de un deseo piadoso cuando el joven, pocos minutos después, ya sacerdote, tome el pan y el vino en sus manos y pronuncie sobre ellos, en nombre de Cristo: "este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre". No manifiesta un deseo piadoso cuando pronuncia la fórmula del bautismo o de la absolución. Lo que dice se hace totalmente realidad, porque Dios le ha dado plenos poderes para eso. Y sin esas palabras suyas no sucederá nada, porque Dios no quiere actuar de otro modo. La pequeña niña es testigo de un milagro, y lo sabe.

En la Sta. Misa, celebrada en la Iglesia de la Santísima Trinidad en el Monte Schoenstatt, acompañada magníficamente por el conjunto coral de Gotha, Mons. Wanke destacó que todos, sacerdotes y laicos, están llamados a ser testigos de la fe pascual en un mundo en el que en muchos hombres crece el hambre de Dios.

Hay que abrir las ventanas y mostrar la amplitud del horizonte

Los gobernantes absolutistas construían salones de espejos en sus palacios, dijo Mons. Wanke. Quien entrara allí podría mirar para todos lados, menos hacia sí mismo. Un testimonio de una realidad mayor es aquella persona que abre una ventana en esa sala para mostrarle al visitante que la realidad es más grande, que la tierra es amplia y no termina allí donde solo nos miramos a nosotros mismos. El tiempo actual recuerda esta sala de espejos, en la que la humanidad se restringe al horizonte de las propias posibilidades tecnológicas, políticas y sociales. Un testigo pascual es aquel que abre las puertas y las ventanas e invita a la gente a no quedarse solo consigo mismo sino a ampliar la visión para las amplias posibilidades de Dios, al horizonte que él nos abre, a la vida que no termina con la muerte. El impulso inicial de la cristiandad es la conciencia y la experiencia de esta novedad de la amplitud de los horizontes.

En todos los tiempos los primeros testigos pascuales, los apóstoles, fueron seguidos por los hombres y las mujeres que quieren ser testimonios de este mundo nuevo, de esta nueva creación.

Ser "testimonios de la resurrección", según Mons. Wanke, es estar "en el centro de aquello que se nos ha encomendado como sacerdotes: hemos sido llamados no solo a título personal, sino como testigos oficiales para sacar al mundo de su sala de espejos y ampliar la realidad.

Frecuentemente parece que en el mundo no hay más lugar para Dios y para su obra, que lo específicamente cristiano está muy distante. Aquí los sacerdotes, las Hermanas, cada laico, están llamados a abrir continuamente el horizonte de Dios en lo cotidiano.

Aquí, en Schoenstatt, el carisma del Padre Kentenich imprimió originales testimonios pascuales, al decir de Mons. Wanke, lo ha impreso mediante un permanente introducirse en la bondad del Padre Dios y con la respuesta al llamado de una confianza ilimitada en la alianza de amor, una alianza de amor, no de esclavitud ni de obligaciones legales.

Un gesto final

El rito de la consagración se realizó sencillamente y totalmente concentrado en el misterio de la gracia de esta hora. Uno tras otro, los Padres de Schoenstatt y los demás sacerdotes presentes impusieron las manos al nuevo sacerdote. El párroco de su pueblo le entregó la casulla, algunos representantes de su parroquia le alcanzaron el cáliz y la patena, y entonces el nuevo sacerdote subió al altar para concelebrar por primera vez la Santa Misa como sacerdote.

Con una oración de consagración muy personal, el P. Samietz renovó la Alianza de Amor al final de la celebración. Finalmente el P. Franz Brügger le agradeció al obispo por la ordenación y la homilía, lo que suscitó un fuerte aplauso. ¡Y entonces repicaron las campanas de la Iglesia de la Santísima Trinidad como en el gloria de la vigilia pascual!

Y cuando ya se había puesto en marcha la procesión de salida, Mons. Wanke se arrodilló para recibir la bendición del P. Samietz, un hermoso gesto al final de la ceremonia, que evidenció una vez más lo que se había visto en esta hora. Inmediatamente el nuevo sacerdote, con gran devoción, bendijo a sus padres.

Después de las felicitaciones espontáneas en la plaza de la iglesia, todos fueron invitados a trasladarse a la casa paterna de los Padres de Schoenstatt, en el Monte Sión, para continuar festejando con café y tortas. Mons. Wanke no tenía prisa, se mezcló con el pueblo, saludó a los Padres, a las Hermanas, parientes y amigos con gran cordialidad y verdadero interés.

En la Casa Paterna, en Berg Schoenstatt, ante las mesas bellamente decoradas, hubo muchas conversaciones e intercambios, y algunos pudieron encontrarse con gente que hasta ese momento solo conocía por "nombre y cara" por medio de los artículos de www.schoenstatt.de

El domingo por la tarde el P. Samietz dio la bendición de nuevo sacerdote en el Santuario del Monte Sión.

Traducción: aat, Argentina

 



 

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Last Update: 06.06.2008