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Inhumación del Padre José Vermeegen
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 published: 2008-04-01

La luz victoriosa del cirio pascual venció a la oscuridad

Inhumación del Padre José Vermeegen. Testimonio de una vida basada en la fe en la Alianza de Amor

 
Beisetzung von Pater Josef Vermeegen  an einem Tag voller Licht

Entierro del Padre José Vermeegen – en un día lleno de luz

Funeral of Fr. Joseph Vermeegen – on a bright spring day

Beisetzung von Pater Josef  Vermeegen – an einem Tag voller Licht

 

Osterkerze im Urheiligtum

Cirio pascual en el Santuario Original

Paschal candle in the Original Shrine

Osterkerze im Urheiligtum

 
Eine Beisetzung im Osterlicht  

Un entierro a la luz de Pascua

A funeral in the light of Easter

Eine Beisetzung im Osterlicht

 
Gebet vor dem Sionsheiligtum  

Oración frente del Santuario de Sión

Prayer at the Sion Shrine

Gebet vor dem Sionsheiligtum

 
Auf dem Friedhof  

En el cementerio

At the cemetery

Auf dem Friedhof

 
Rede von Heinz Depenbrock

Agradecimiento por parte de Heinz Depenbrock

Speech given by Heinz Depenbrock

Rede von Heinz Depenbrock

Fotos: Springer © 2008

 
   

SCHOENSTATT, isp. "En esta hora memorable brilla la luz del cirio pascual", dijo el P. Franz Brügger, superior provincial de los Padres de Schoenstatt en Alemania, al presidir el funeral del P. Vermeegen el viernes 28 de marzo en la Iglesia de la Adoración repleta de fieles. El P. Rudolf Mosbach retomó esta imagen y la relacionó con la persona del P. Vermeegen, que partió a la Casa del Padre en Pascua y en la octava de esta fiesta ha llegado al lugar de su último descanso. Todo está relacionado con el cirio pascual: su luz ha iluminado su vida.

En la vida de cada persona hay una permanente simultaneidad: existe la oscuridad, pero siempre hay también algo de la cálida luz del cirio pascual. Sabemos que el difunto, por su temperamento, ha conocido la más honda oscuridad, lo más amargo. Pero la luz pascual ha penetrado esta oscuridad como signo de resurrección. Finalmente le ha regalado una victoriosa plenitud.

El amplio cielo

El P. José Vermeegen nació en el bajo Rin, en un paisaje sin grandes elevaciones y por eso con una visión ilimitada de la vastedad del cielo. Este "amplio cielo" de una profunda religiosidad traspasó toda su vida. Fue para él una gran y amplia evidencia.

En la Semana Santa de 1933 José Vermeegen, después de terminar el bachillerato, se presentó en su diócesis como candidato al sacerdocio. Se presentaron en total ciento ochenta solicitudes y solamente se aceptarían sesenta candidatos, por lo que debía esperar al menos un año más. Durante una visita a Schoenstatt sintió un claro llamado y se decidió enseguida a ingresar en el noviciado de los Padres Pallottinos. También en esto encontramos sus características: oscuridad y retroceso, pero al mismo tiempo confianza y victoria.

Fue ordenado sacerdote en 1939. El P. Mosbach recordó que en este momento de su vida el P. Vermeegen había invitado a Schoenstatt al difunto Carlos Leisner y que fue un invitado de honor en la ceremonia de su beatificación. Llegó a Schoenstatt desde la oscuridad de su juventud. ¡Si hubiera "desaparecido" en la diócesis de Münster no hubiéramos tenido esa celebración!

Cuando el Padre y Fundador fue al exilio, el P. Vermeegen no podía describir con mayor negrura la situación, ¡justamente por su temperamento tenía la capacidad de oscurecer lo oscuro! Sin embargo la luz pascual lo traspasó nuevamente porque encontró en la Alianza de Amor el camino a la victoria. Le mostró a mucha gente: necesitamos la luz pascual para reconocer lo oscuro de nuestras necesidades existenciales e iluminarlas. Pudo ayudar a los demás con su amor a la Mater, con su confianza y su dinamismo. Esto fue lo que lo marcó, lo que lo hizo convincente.

Con su modo de ser callado, reconoció firmemente al Fundador desterrado integrando el Círculo de fidelidad. Y por su fidelidad fue un punto de apoyo para muchos. Con la fundación del Instituto de los Padres de Schoenstatt presenció la victoria como recompensa por su silenciosa y esperanzada confianza. En la ancianidad se sintió solo, pero nunca se quejó. Hasta el final de su vida colaboró constructivamente con la comunidad de Sión. Tenía un afecto especial por los jóvenes de su comunidad y siempre rezaba por ellos.

Al despedirlo hoy, vale algo triple:

  1. Rezamos por él.
  2. Él ruega por nosotros.
  3. Queremos aprender algo de él: en la oscuridad trabajar seriamente con una confianza esperanzadora y colaborar para que nos sea regalada una victoriosa realización.

Piedad sacerdotal

Después de la Sta. Misa toda la comunidad se encontró en el Santuario de Sión y acompañó al difunto a su última morada. Ante el sepulcro, el Sr. Heinz Depenbrock, el Hermano de María de Schoenstatt que lo cuidó, habló con palabras conmovedoras sobre el testimonio de su profunda piedad sacerdotal: "la Sta. Misa, que el P. Vermeegen concelebraba desde su silla de ruedas, era algo emocionante para mí. La actitud sacerdotal, a pesar de los achaques, mostraba su profunda piedad como sacerdote". Lo captaba totalmente la profunda oración, y no por último mencionó con cuánta seriedad rezaba cada una de las frases de la pequeña consagración. "Cuán frecuentemente acentuó las palabras ‘te consagro mis ojos’ (su vista se había reducido considerablemente) o ‘te consagro mis oídos’ (su capacidad auditiva había disminuido mucho) y luego: ‘te consagro mi corazón’.

Seguramente no le fue fácil pronunciar estas palabras después de sus muchos ataques cardíacos. Siempre se golpeaba el pecho al decir ‘te consagro mi corazón’... Cuando apenas podía hablar, intentaba continuamente renovar la alianza de Sión con las palabras:

"Padre, nuestro corazón en tu corazón,
nuestro pensamiento en tu pensamiento,
nuestra mano en tu mano"

También me impresionó profundamente que varias veces al día diera su bendición a los difuntos. Cuando no pudo levantar más su mano para bendecir, lo hacía con su mano apoyada..."

El día del entierro fue el primero con sol aunque muy tormentoso después de un prolongado tiempo de clima invernal húmedo, gris, frío... Algunas nubes oscuras cruzaban ese mediodía sobre todo Schoenstatt, pero la luz del sol primaveral brillaba con fuerza en el amplio cielo...

Traducción: aat, Argentina

 

 

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Last Update: 01.04.2008