Dachau: donde el cielo tocó la tierra

Una mirada distinta al lugar del horror: una peregrinación tras las huellas de Dios

Caminaron en las huellas del Padre Kentenich Walking in the footsteps of Father Kentenich Appellplatz: in den Spuren Pater Kentenichs
Bajo la lluvia: profesionales y universitarias In the rain: members of the Women’s League, and university students Was macht schon so ein bißchen Regen? Berufstätige Frauen und junge Frauen vom Life-Projekt
El amor es más fuerte Love is stronger Mein Dachau wird Heiligtum
Una corona de rosas – en Dachau A crown of roses – in Dachau Ein Kranz von Rosen – in Dachau
Rosario Iluminado en la capilla en Feldmoching Illuminated Rosary in the chapel in Feldmoching Lichter-Rosenkranz in der Kapelle in Feldmoching Fotos: Sr. Marion McClay © 2008

ALEMANIA, Gabriele Sudermann. Quien oye la palabra "Dachau" piensa automáticamente en el primer campo de concentración en Alemania, y simultáneamente le viene a la memoria la palabra "infierno". A pesar de ello, ocho mujeres de la rama de profesionales y las jóvenes del Proyecto Vida, de Munich – un modo de experimentar durante un año una vida comunitaria schoenstattiana – se tomaron un fin de semana para peregrinar a Dachau, pues para ellas este lugar es mucho más que un lugar del horror, de la deshumanización y de la muerte. En ese lugar el Padre Kentenich vivió de tal manera que mostró que también en Dachau Dios está y estuvo presente.

Ellas fueron por el campo tras sus huellas e intentaron trasladar su actitud y su modo de obrar a la vida cotidiana: "Mi pequeño Dachau, el sufrimiento, la injusticia, el ataque a la dignidad humana que también se presentan en mi vida diaria, deben transformarse a través de mí"

En el portón de ingreso al campo contemplaron la decisión del Padre Kentenich de ir voluntariamente a Dachau. El no esquivó ir al campo de concentración, sino que trató de reconocer la voluntad de Dios y obrar en consecuencia. Fue a Dachau porque creyó que era el lugar en el que Dios quería que estuviera, y fue porque con ello quería conquistar para toda la Familia de Schoenstatt la libertad interior. ¿Cómo es esto en mi pequeño Dachau? ¿Estoy aquí libremente, porque es el lugar que Dios quiere para mí?

No hay situación alguna en la que no se pueda ser apóstol

En la "Plaza de llamada" se les demostró como el Padre Kentenich jamás perdió su dignidad personal. No se dejó amedrentar por los gritos de los hombres de la SS. No aceptó el tuteo generalizado, no utilizó ninguna expresión del campo, no permitió que las circunstancias y el entorno lo rebajaran a un nivel de primitivismo.

En el bloque 13, que era el bloque de ingreso, estudiaron la actitud del Padre Kentenich con sus compañeros de cautiverio. Con apertura total se dirigió a todos, respetaba el modo de ser de cada uno y los trataba con dignidad.

En el bloque 26, las mujeres analizaron la confianza filial del Padre Kentenich en Dios y en la Mater. Ese era el bloque de los sacerdotes prisioneros. Un cuarto fue transformado en capilla en la que se celebraba diariamente la Sta. Misa. Allí Carlos Leisner fue ordenado sacerdote. El Padre Kentenich todas las noches, en el dormitorio, hacía una reflexión para todos: interpretaba los sucesos del día a la luz de la fe en la divina providencia.

El P. Dresbach, también prisionero en Dachau, atestiguó más tarde que para él, Dachau fue el cielo, porque en el Padre Kentenich había experimentado lo que es un padre por primera vez en su vida.

En el bloque 4, en el 27 y en el 30, el Padre Kentenich mostró que no hay ninguna situación en la que no se pueda ser apóstol. Él fundó en Dachau dos nuevas comunidades: la obra familiar y los Hermanos de María. Hizo de Schoenstatt una obra internacional y se involucró activamente en la conducción de la Obra de Schoenstatt y – debido a las circunstancias – mantuvo el contacto con Schoenstatt mediante el correo ilegal. "Hemos intentado trasladar su actitud a nuestra vida cotidiana, a nuestro pequeño Dachau, para que con ello nuestro Dachau pueda transformarse en un Santuario", dijo una de las mujeres.

Finalmente terminaron juntas el día rezando el rosario iluminado en la capilla de la casa del Proyecto Vida en Feldmoching, para poner ante Dios y la Mater todo lo vivido en el campo de concentración. Todas las intenciones del Dachau de aquel tiempo, la oración por los hombres que perdieron la vida en el campo de concentración, la gratitud por las hermosas cosas vividas, todo se lo contaron a María y a su Hijo.

Traducción: aat, Argentina